Música Coral en Eslovenia

Tomaž Faganel, director de orquesta y musicólogo, conferencista, Jurado, cantante.

 

Desde la Edad Media, el canto fue la principal concepción de identificación cultural y musical para los eslovenos en la región entre los Alpes y el Adriático, estrechamente ligados a la tradición histórica y cultural de la nación. Reliquias de la cultura medieval, fuentes de la historia, códigos y el arte  en conjunto,  establecen la música cantada compuesta en el  pasado, en  todo un milenio. Escasos restos de escritos antiguos y fuentes escritas de la zona más amplia, confirman la presencia de cantos sacros en latín, y de una amplia gama de canciones profanas,  lo que demuestra el nivel de desarrollo del idioma para entonces. (Ej:  Oswald Wolkenstein  siglo 14.), mientras que algunos códigos conservados (manuscrito Stična, primera mitad del siglo 15.), fuentes musicales más tardías (Kranj antifonal, fines del siglo 15), y muchos arreglos musicales de varios géneros,  hablan de canto eclesiástico en latín en monasterios  e iglesias de la ciudad.

La historia conoce a Balthasar Praspegius, un estudioso de Mozirje, que publicó una disertación en latín sobre el canto en Basilea en 1501. Incluso antes está el célebre Jurij Slatkonja (Georg Cryssipus, 1456-1522) en Viena, el fundador de la capilla de la corte (hoy Wiener Sängerknaben), obispo de Viena y director de los músicos  del emperador; su canción presuntamente fue armonizada por Heinrich Isaac. El sacerdote de Ljubljana, Georgius Prenner, autor de más de 39 motetes, fue también un músico de la corte vienesa.

 

Jurij Slatkonja, 1456 – 1522, founder of the Vienna court chapel (today’s Wiener Sängerknaben)
Jurij Slatkonja, 1456 – 1522, founder of the Vienna court chapel (today’s Wiener Sängerknaben)

 

A mediados del siglo 16, el protestantismo también dispone el canto a través de canciones eclesiásticas en Eslovenia. Primož Trubar (1508-1586) llamó a cantar en la lengua materna durante la renovación religiosa, en los primeros libros eslovenos y cancioneros. Numerosos libros de canciones, literatura religiosa  y traducciones de la Biblia (Jurij Dalmatin) confirman el nacimiento de la música  y despertar a nivel nacional, además del lenguaje, y la elevación de la  cultural general.

En un conflicto de renovación religiosa y la posterior Anti reforma, Jacobus Handl – Gallus (1550-1591), es el gigante indiscutido del siglo 16. Músico europeo, maestro de capilla, compositor prolífico y humanista que se consideraba a sí mismo Carniola (Carniolus), aventuró probablemente de la actual Eslovenia central al mundo, finalmente a Praga. Su enorme obra impresa  de motetes (374), misas (16) y canciones profanas  en latín (100) es uno de los pilares más vitales e importantes evolutivamente de la música renacentista. Después de él, otro ‘Carniolus’, Gabriel Plautzius, entró al mundo del barroco temprano alemán  con una colección de motetes y conciertos de iglesia con continuo (1621).

 

Jacobus Gallus (Jacob Handl) (1550-1591)
Jacobus Gallus (Jacob Handl) (1550-1591)

 

Los monasterios y ciudades y sus escuelas, al enfatizar la música y el canto, fueron los centros de poder musical en Eslovenia durante todo el siglo 17. Desde 1597, el papel central lo tuvo el colegio jesuita, donde estudiaron todos los intelectuales y músicos importantes. La influencia de la tradición jesuita eslovena en la música se siente por lo menos hasta fines del siglo 18. El compositor Janez Krstnik Dolar (1621-1673), de Kamnik, más tarde director de los jesuitas austríacos y líder musical en Viena, también proviene de allí. Se preservaron en el tiempo 14 de sus composiciones: misas, salmos, sonatas y ballets, en un estilo barroco desarrollado, monumental, como concierto de tipo italiano.

La música coral de finales del siglo 17 y todo el siglo 18,  sigue estando vinculada en gran parte a los monasterios, iglesias, capillas de la ciudad y las escuelas. Exclusivamente música vocal-instrumental, llega a tierras eslovenas a través de las migraciones de músicos, sacerdotes y frailes del sur de Alemania, Checoslovaquia y la vecina Italia, y sólo refleja el clasicismo en sus esquemas básicos. Fuentes musicales e históricas, dan testimonio de la muy extendida actividad de canto en Novo mesto, Kamnik, Ljubljana, ciudades costeras y otras poblaciones. La música cantada -o coral- de la iglesia ya no es eslovena de Trubar; la mayoría de nuestros músicos activos de esos tiempos no es de origen esloveno, y mucho menos su repertorio.

Sólo podemos hablar de una música coral verdaderamente “eslovena” – indirectamente canción de iglesia- de una manera creativa e interpretativa, desde mediados del siglo 19, cuando Gregor Rihar (1796-1863) – primero en componer para eslovenos – reforzó la vitalidad de la música coral eslovena principalmente a través de composiciones propias. A mediados del siglo 19, la musicalidad de clase media fue revivida a través del canto, lo que también influyó en el desarrollo del canto y la composición corales en las escuelas públicas de música.

La conciencia nacional y el despertar cultural de las naciones después de 1848, proporcionaron el estímulo adicional para el desarrollo de la música coral, sobre todo en la monarquía austro-húngara, una parte constituyente de la cual eran en ese momento las tierras eslovenas. Desde entonces se habla de la música coral en Eslovenia, que tiene texto esloveno, un tono nacional y estrecho vínculo con su poesía.

Curiosamente, tuvo su primer impulso de los eslovenos en Viena, y se extendió en el país a través de las sociedades de lectura, coros y nuevas asociaciones. Sus raíces musicales y estilo, sin embargo, se encuentran en medio de la clase de música del mundo cultural alemán y el romanticismo que entra en la música eslovena con un retraso perceptible debido a varias razones sociológicas-culturales.

Muchos compositores escribieron para coros, sin embargo, el orden de su nombramiento puede diferir: Davorin Jenko, Jurij Fleišman, Miroslav Vihar, varios miembros de la familia musical Ipavec, Anton Hajdrih, dos más  de los importantes músicos checos naturalizados en Eslovenia, Anton Nedvěd y Anton Foerster, y otros. La evolución de la música coral también se ve alentada por las sociedades musicales; especialmente Glasbena matica (desde 1872) y Matej hubad; más tarde Fran Gerbič, a través de sus ediciones y de la escuela de música, y la  escuela de música religiosa de la “Slovenian Cecilian Society’s” y la revista Cerkveni glasbenik (Músico de iglesia), están dedicadas al desarrollo de la música de iglesia. El progreso natural de su estilo fue conducido en parte por la reforma de la música de la Iglesia Cecilianista , temporariamente dirigida hacia la polifonía evolutiva neutra y el latín, aunque la tendencia eslovena perseveró.

Hacia el cambio de siglo fue muy importante el círculo alrededor de los compositores Anton Foerster y Sattner Hugolin. La publicación de la revista Novi akordi (Nuevos Acordes, 1901-1914), editada por Gojmir Krek, presenta iniciativas importantes del punto de vista contemporáneo en la música, también la publicación de la mayor parte de las antologías corales de algunos de los músicos antes mencionados, pero sobre todo de Emil Adamič, Anton Lajovic, Risto Savin, Josip Pavčič, Stanko Premrl, Ravnik Janko y Kogoj Marij.

Después de la Primera Guerra Mundial, la música coral eslovena se desarrolla en las direcciones establecidas por Nuevos Acordes y un círculo ampliado de compositores relacionados en varias líneas diferentes y desunidas en su estilo. Mayormente impermeable a las nuevas tendencias musicales europeas, ciertos pequeños destellos del impresionismo o, más tarde, de neoclasicismo, son excepciones a la regla.  La música coral eslovena se forma y vive en un marco post-romántico, con una reconocible nota nacional, y depende del nivel de ejecución de los coros. La vida paralela de la música coral sacra no es muy diferente, pues refleja aspectos específicos de su tipo. Sus creadores centrales, después de la desviación parcial del movimiento cecilianista, son Stanko Premrl, Kimovec Franco, y sobre todo Vinko Vodopivec, Matija Tomc en Alojzij Mav antes y después de la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial rompe el flujo evolutivo de la música coral y surge una nueva forma de música coral: canción de masas coral de resistencia, con una fuerte carga motivacional y revolucionaria, evolucionan adicionalmente, principalmente con  énfasis político-cultural a partir de 1945 a través de la política cultural planificada y dirigida. Muchos compositores también activos en otros ámbitos de la creación, se dedicaban a este tipo de música coral: Karol Pahor, Pavel Sivic, Kozina Marjan, Gobec Radovan, y otros.

La colorida variedad de estilos en la música coral eslovena sigue siendo una característica a lo largo de las décadas posteriores, junto con restos del romanticismo y sus derivados en común. El desvío con respecto a la cultura dirigida por el Estado está representado por compositores que encontraron la posibilidad de una declaración musical independiente con frecuentes notas expresionistas en la poesía de temática social. Vinko Ukmar y Lipovsek Marijan buscaron esos contenidos en sus composiciones corales e indicaron así una posible orientación de relajación contextual-artística y el encuentro de las líneas contemporáneas de la música coral Europea.

El contacto gradual de compositores eslovenos con el desarrollo de la música moderna de Europa occidental en los años 50 y principios de los 60, se puede sentir en la música coral. Algunos opus antológicos, principalmente los de Lojze Lebič, y más tarde los de Jakob Jež, superan las costumbres de la época y continúan abriendo (seguidos por las composiciones de Uros Krek, de los arriba mencionados, y de otros), una gama amplia de estilos y posibilidades de la voz humana y los coros, a mediados de los años 70.

Durante estas décadas, artistas que constante mejoraban su calidad, desde los mejores amateurs, el semi-profesional coro de Radio Eslovenia (siempre apuntando hacia normas modernas de ejecución desde finales de los 60), hasta el Coro de Cámara Esloveno profesional (desde 1991), fueron un estímulo importante para los compositores. El Departamento Coral del Fondo Público para Actividades Culturales influyó grandemente en la evolución de la música coral y las normas de ejecución, a través de su apoyo  organizacional y musical que complementa útilmente institucionales públicas y privadas de formación de directores y cantantes.

La música coral de iglesia es más cautelosa en la búsqueda de lo nuevo, con influencias de la norma estética cecilianista y de varias décadas de una actividad encerrada, que aún se sentía a lo largo de las últimas décadas. Los primeros pasos hacia lo contemporáneo en la música coral de la iglesia fueron dados por Jože Trost, y luego por Maks Strmičnik, Misson y Andrej Florjanc Ivan, también conocidos fuera del ámbito de la música coral. El presente momento cultural-estético desdibujó la línea entre lo sagrado y lo profano a través de varios puntos de vista estéticos, soluciones y técnicas compositivas, y también por la calidad de los intérpretes. Ambrož Copi, Mocnik Damijan y algunos representantes de la siguiente generación continúan las tendencias del momento y de los intérpretes.

No se puede pasar por alto el elemento folklórico dentro de la música coral eslovena. Desde mediados del siglo 19, está esencialmente presente el sentimiento popular. Más allá de la música compuesta, el canto popular principal (pero recientemente agonizante) de diferentes tipos a más voces, sigue siendo un fenómeno importante y duradero para la identificación nacional. La melodía popular, reconocible a su vez en la música compuesta, también está presente en armonizaciones tradicionales, hábiles disfraces y adaptaciones de raigambre folklórica para conciertos, todo como susceptibles obras de compositores.

Las décadas pasadas y el momento actual en el mundo coral esloveno animan a los  compositores (algunos de ellos activos directores) -pues la colorida pirámide de coros diversos de todo tipo ofrece un gran espacio para el desarrollo de su inspiración (tradicional, de composición sencilla o de búsqueda curiosa)- a buscar compromisos entre las ideas, las opciones, y la realidad, una relación armónica entre el placer y la absorta consideración. Los coros y sus directores se enfrentan a preguntas similares sobre la estética, la profesión y la responsabilidad artística.

 

 

Tomaz FaganelTomaž Faganel, director de orquesta y musicólogo, conferencista, jurado, cantante, investigador, jubilado del Instituto de Musicología SRC SASA. Estudió: violín, piano, órgano y canto en Ljubljana, un grado en Dirección en la Universidad de Música de Graz; maestría en musicología en la Universidad de Ljubljana. Carrera: profesor de música, director de varios coros, director invitado (Coro de Cámara – Radio Eslovenia, Coro de Cámara esloveno), cantante, productor de grabación, editor, secretario general del Primer Simposio de la FIMC Europea para la Música Coral en Ljubljana 1995, miembro de la junta FIMC 1996-2003, miembro de la junta directiva de CE 1995-2003, miembro de la comisión artística de la competencia Marktoberdorf desde 2004, actual presidente de la Sociedad Cecilianista Eslovena. Publicaciones: artículos en revistas científicas y corales, ediciones antiguas de música. Grabaciones: producidas en Eslovenia, Francia y Alemania. Email: tomaz.faganel@guest.arnes.si

 

 

Traducido por Luis Glines, Venezuela

Revisado por Juan Casasbellas, Argentina

 Edited by Gillian Forlivesi Heywood, Italy