El canto coral en Cataluña
Resumen elaborado por la Federació Catalana d’Entitats Corals (FCEC)
El canto coral ha existido en Cataluña desde hace siglos. En el siglo XII, podemos encontrar muchas referencias sobre escuelas corales en iglesias por toda Cataluña. Una de estas ha sobrevivido hasta nuestros días, la Escolanía de Montserrat, que puede considerarse la escuela coral más antigua de Europa. Su extraordinaria importancia nos ha proporcionado música, compositores y composiciones de gran relevancia, destacando entre todos ellos “El Llibre Vermell de Montserrat (El Libro Rojo de Montserrat)”, que data del siglo XIV.
No fue hasta finales del siglo XIX cuando el canto coral comenzó a desarrollarse más allá de las iglesias, siguiendo la estela de lo que estaba ocurriendo en el resto de Europa. A partir de 1845, Josep Anselm Clavé creó las Sociedades Corales, coros masculinos de la clase obrera que representaron un importante foco humanístico dentro del entorno revolucionario que predominaba en la época. El propio Josep Anselm Clavé compuso un extenso repertorio dedicado a estos coros.
La Exposición Universal celebrada en 1888 en Barcelona, causó una “revolución” cultural, que permitió escuchar a coros de distintos países que tenían una forma completamente diferente de cantar juntos, la cual era completamente desconocida en Cataluña: el ajuste, el sonido claro y natural, el equilibrio y la fusión de las voces… Este hechocausó discrepancias entre las entidades catalanas sobre el arte que se estaba desarrollando en otros países. Como consecuencia, muchos quisieron crear algo similar en nuestra región. En 1891, Lluís Millet y Amadeu Vives crearon el Orfeón Catalán, con el objetivo de alcanzar un sueño común en el que se exaltase la música catalana, usando un modelo coral que interpretase a Clavé de una nueva forma, descubriendo la verdadera belleza de esta música, un coro que aunase nuestras canciones tradicionales con las exhuberantes formas del arte refinado, y, que al mismo tiempo, se convirtiese en un coro mixto capaz de interpretar la gran musica coral compuesta por genios.
La trayectoria del Orfeón Catalán, en el aspecto musical y como entidad en sí, ganó renombre en otros países en los que actuaron a comienzos del siglo XX. En 1908, se inauguró la casa del Orfeón Catalán, el Palau de la Música Catalana, que se construyó gracias a las contribuciones de los ciudadanos. Lo que no se conoce tanto es el dinamismo conseguido gracias a la energía de Millet, que impulsó el rápido crecimiento y la difusión del movimiento coral por toda Cataluña, lo que llevó al nacimiento de organismos similares: surgieron 88 entidades entre 1891 y 1917, con una notable dispersión geográfica.
El Orfeón Catalán celebró su 25 aniversario en 1916 y, por esta misma razón, al año siguiente las Sociedades Corales le rindieron homenaje: en 1917, en Barcelona, cerca de 5000 cantantes de 52 entidades de toda Cataluña celebraron el Festival Coral Catalán, con distintos actos y conciertos. El día terminó con un concierto del Orfeón Catalán y una reunión. Este evento supuso el primer contacto de todas las Sociedades Corales de la época e hizo palpable la necesidad de crear una asociación que permitiese trabajar conjuntamente en canto coral en Cataluña. Así nació la hermandad Germanor d’Orfeons de Catalunya, predecesora de la Federació Catalana d’Entitats Corals (FCEC). En 1918 se celebró la primera asamblea, en la que se estableció su organigrama y estructura con 52 entidades que formaron parte de ella en esta fase inicial. En 1920 se celebró la segunda asamblea, en la que se aprobaron los estatutos, tras el lapso causado por la dictadura de Primo de Rivera, y en octubre de 1931, tuvo lugar la tercera y, por desgracia, última asamblea, debido a la Guerra Civill. En estas asambleas, músicos y directores de renombre nos otorgaban su poder, algo que en algunos aspectos aún sigue vigente hoy en día.
La estructura de este movimiento favoreció la creación de 57 nuevas entidades entre 1918 y 1934, cuando por primera vez fue posible ver los problemas comunes a los que se enfrentaban las entidades, la forma en la que trabajaban a nivel musical, el repertorio que interpretaban, su situación económica, la realidad profesional de los directores, etc. Entre asambleas, la Asociación trabajaba con un comité permanente, se financiaba gracias a las cuotas de los miembros, a subvenciones públicas y los fondos recaudados en varios festivales. Entre los eventos que se organizaban podemos destacar las reuniones que comenzaban con un canto común; el trabajo para renovar, crear, ser conscientes, mejorar y enseñar un repertorio amplio: armonización de canciones tradicionales, repertorio original y grandes obras corales sinfónicas. Asimismo, se organizaron grandes eventos como el Centenario del Clavé (1924) y el Festival de las Sociedades Corales en el Estadio de Montjuic (1930), con 51 sociedades corales y más de 6000 cantantes.
Desde 1939, las Sociedades Corales experimentaron dificultades debido a la represión ejercida por el bando ganador, provocando que quedasen en silencio y sufriesen limitaciones impuestas de varias formas: prohibiciones, embargos y la obligación de participar en determinados actos.
Sin embargo, esto también generó a un nuevo impulso. Gracias a estos hechos, comenzó una modernización del canto coral, llevada a cabo por los jóvenes directores que continuaron creando distintas entidades. Enric Ribó creó la Capella Clásica Polifónica (1940), Antoni Pérez Moya la Schola Cantorum Universitaria (1941), Àngel Colomer el Orfeón Laudate (1942), pero por encima de todo, tenemos que destacar el año 1947, con la creación de la Coral Sant Jordi por parte de Oriol Martorell.
También consiguieron interpretar conjuntamente en algunos eventos corales, aunque esto contrariaba las prohibiciones del gobierno de la época. Durante este período, los coros catalanes y la Oficina Técnica de las Sociedades Corales comenzaron a trabajar con personas vinculadas a la Asociación de Sociedades Corales de Cataluña, cuya tarea fue la de buscar información sobre coros existentes, compositores y obras, proporcionar partituras y un servicio de copistería para los materiales.
Poco a poco, los coros pudieron comenzar a actuar en público, en grandes conciertos sinfónico-corales y en conciertos grupales. La actividad de muchos coros fue un ejemplo de resistencia y trabajo en silencio hacia la recuperación civil y cultural. Por suerte, un nuevo período, tanto a nivel estilístico como estético, estaba en camino.
Fèlix Millet i Maristany, desde la presidencia del Orfeón Catalán, revivió el espíritu de la antigua Germanor d’Orfeons. Tras un acto celebrado en 1956 en el Monasterio de Montserrat (45 coros), y gracias a la colaboración del Ilustre Padre Abad Aureli M. Escarré, el proceso llevó finalmente a la constitución de la Secretariat d’Orfeons de Catalunya (SOC) en 1960.
Durante los primeros años, integró en la comisión mayoritariamente a entidades permanentes que se habían fundado antes de la guerra, pero progresivamente, los representantes más jóvenes de las entidades más recientes tuvieron un papel fundamental. A finales de los 70 ya había más de 126 coros que formaban parte de la SOC, cuyo trabajo abarcaba muchos campos, entre que tenemos que destacar los actos conjuntos, la formación, la distribución del nuevo repertorio, la introducción de un nuevo repertorio cada año y, sobre todo, la proyección internacional del canto coral catalán. El contacto y la participación en las actividades de A Coeur Joie, proporcionó un nuevo impulso al canto coral catalán.
El trabajo enfocado a la calidad, los cambios políticos a finales de los 70, una visión cultural diferente, el apoyo de las nuevas instituciones democráticas y el nacimiento de otras nuevas, etc. Todos estos hechos produjeron que la SOC ratificara su transformación y así se fundase la Federació Catalana d’Entitats Corals (FCEC) en 1982, con 150 entidades como miembros fundadores.
Desde la creación de Europa Cantant, la Federación ha estado presente y, con Oriol Martorell a la cabeza, muchos de los coros que eran miembros de la Federación en la época vieron la necesidad de dejar atrás las fronteras de nuestro país y comenzaron a participar en los eventos europeos y se convirtieron en miembros de Europa Cantat.
Además, desde el comienzo, la Federación ha participado en la Federación Internacional para la Música Coral. Desde el principio, la presencia de los coros catalanes en actividades internacionales por todas partes de Europa ha sido siempre constante: se ha difundido el conocimiento de nuestra cultura por todo el mundo. Hay muchos coros que han visitado nuestro país para actuar. Barcelona ya alberga varios eventos corales organizados por otras instituciones.
La FCEC ha trabajado básicamente en formación, publicación de partituras, difusión del canto coral y las actividades en conjunto; todo ello destinado a la mejora de los coros, los cantantes y los directores. Entre los actos en conjunto que se han organizado, podemos destacar “Cataluña Canta”, celebrado en 1992 con la participación de más de 7000 cantantes. Este año, la organización del Festival Internacional ha celebrado su 50 edición. En la actualidad hay más de 520 miembros de coros, con cerca de 30.000 cantantes, distribuidos principalmente por Cataluña. El origen y los antecedentes de los coros son también muy diversos. La mayoría son coros amateur, pero también podemos encontrar aquellos concebidos como proyectos profesionales.
En 1967 nació la federación infantil, la Secretariat de Corals Infantils de Catalunya (SCIC). Esta organización desempeñó un papel importante, organizó eventos en conjunto y dispuso un nuevo repertorio. Hoy en día, además de SCIC, existen otras tres federaciones: Corals Joves de Catalunya (los coros jóvenes), la Federación Pueri Cantores, La Federació de Cors de Clavé, y la Confederación, denominada Moviment Coral Català (MCC), que aúna estas cuatro federaciones. Hay muchos coros en distintos ámbitos que no forman parte de ninguna federación.
Asimismo, en Cataluña, a lo largo del siglo XX, el canto coral ha evolucionado, desempeñando un papel importante, y ha sido siempre un pilar de la cultura y la música catalanas. En la actualidad, el canto coral continúa siendo la actividad cultural con mayor número de miembros en Cataluña.
Bibliografía:
- ARTÍS, Pere. El Cant Coral a Catalunya (1891-1979). Editorial Barcino. Barcelona, 1980
- MILLET, Lluís. Pel Nostre Ideal. J. Horta. Barcelona, 1917
- Primera Assemblea de la Germanor d’Orfeons de Catalunya. Tipografia Masó. Girona, 1918
- Segona Assemblea de la Germanor d’Orfeons de Catalunya. Tallers d’Arts Gràfiques Henrich i Cia. Barcelona, 1921
- Tercera Assemblea de la Germanor d’Orfeons de Catalunya. Arts Gràfiques S.A. Barcelona, 1932
- Archivos de la Secretaría de Orfeones de Cataluña (SOC)
- Archivos de la Federación Catalana de Entidades Corales (FCEC)
Traducido del inglés por María Ruiz Conejo, España
Revisado por María Zugazabeitia, España