Una Entrevista Con el Compositor Argentino Eduardo Andrés Malachevsky
Por el Dr. T. J. Harper
(Extracto de una entrevista realizada en junio de 2015 por María Elina Mayorga – San Juan, Argentina -la entrevista completa: http://es.calameo.com/read/004422631c2c9d3f6a99d-)
https://www.youtube.com/watch?v=SHW6iqpn420
Mientras que aún no existe un repositorio o plataforma mundial que reúna el ensamble de toda la música que ha sido compuesta para coro, la Federación Internacional de Música Coral (IFCM) y la Asociación Americana de Directores de Coro (ACDA) están realizando avances muy positivos al respecto con el fin de incrementar una mayor accesibilidad entre los músicos del mundo coral. Esto se presenta particularmente evidente en el caso de la música coral de Latinoamérica. Acceder a obras corales de compositores latinoamericanos ha sido por muchos años un particular desafío para muchos en la comunidad internacional. A menos que un director o ensamble tenga relación directa con una editorial latinoamericana de música coral o con tal o cual compositor, muchas obras de compositores de Latinoamérica permanecen en general por descubrir. En el presente artículo -el segundo de tres focalizados en la nueva música coral de Latinoamérica- he elegido a un compositor y director con un aporte sin igual bastante nuevo para el mundo de la música coral, pero que viene componiendo desde hace varias años. La música de Eduardo Andrés Malachevsky es a la vez poderosa, sublime, exuberante e íntimamente conectada al texto, lo que resulta particularmente evidente en sus obras sacras.
Eduardo Andrés Malachevsky es un compositor y director latinoamericano de Argentina (de ascendencia ucraniana, danesa, italiana y española). Nacido en 1960 (Santa Fe) y residente en la Patagonia (Bariloche), ha realizado estudios de dirección coral, orquestal, armonía y contrapunto, flauta y órgano. Durante 14 años vivió como monje Cisterciense (Trapense) y estos años en el retiro y la soledad de un monasterio contemplativo ha tenido un profundo impacto en su estilo y producción compositiva. Por sus obras corales ha recibido más de 20 premios y distinciones diversas; entre ellos: Aunque es de Noche 1er Premio del Concurso Internacional de Composición Coral de Cámara de Pamplona, España (2010); Do Not Pass By Like A Dream 1er Premio del concurso Polyphonos, Seattle, USA (2010); Return to Him 1er Premio de Tribuna Nacional de Compositores (TRINAC) Buenos Aires, Argentina (2008); In Pacem Tuam (Sero Te Amavi) 1er Premio del Concurso de Composición Juan Bautista Comes Segorbe, España (2006); Il Pleure dans mon coeur, 1er Premio del Concurso de Composición Polifónica Tomás Luis de Victoria, Ávila, España, 2003; Dios Pequeñico 1er Premio de los Premios a la Composición y Expresión Coral de Canarias, Tenerife, España, 2004; etc. En 2013 ha sido honrado por la Universidad Nacional del Litoral (Argentina) por su importante contribución a la música coral. Es fundador y director del CORO DE CÁMARA PATAGONIA (Bariloche, Argentina) y Presidente de AdiCorPat-RN (filial de la Patagonia de ADICORA / ADICORA: La Asociación de Directores de Coro de Argentina).
¿Cuál es tu principal motivación para componer música coral?
Así como compositor soy director de coro, lo que me aporta un conocimiento concienzudo de las posibilidades técnicas y musicales de la voz humana. Al componer música coral ¡me siento como pez en el agua! También su estrecha unión con lo literario, con lo textual. La rica posibilidad que brinda la voz cantada en dar una interpretación y articulación sonora a una palabra escrita.
¿Te sientes especialmente atraído por la música sacra o profana?
“De lo sublime a lo ridículo”: Es así como me gusta definir mi aporte coral creativo. Me atrae tanto lo sacro como lo profano; de hecho suelo alternar la composición de algo con contenido serio, profundo y/o denso con algo en que la risa, la ironía e incluso lo ridículo está presente. Es muy distinta la energía que me implica componer una u otra cosa. Después de componer algo que demanda el tipo de energía intrínseco a la creación de una obra con carácter más serio o ‘elevado’ -por decirlo así- suelo necesitar como un cable a tierra, relativizar, reírme. No obstante esto reconozco que tengo una inclinación natural hacia lo de contenido espiritual (diría espiritual más que sacro), profundo, serio. Valga aquí acotar que fui monje trapense (Orden Cisterciense de la Estricta Observancia) durante 14 años y lo sacro o espiritual de una u otra forma suele estar presente en el contenido de mi música.
¿Cómo describirías tu lenguaje compositivo?
Desde el punto de vista melódico lo describiría como expresionista y muy cuidadoso en que el texto encuentre una interpretación acertada en la línea melódica; desde el punto de vista rítmico mi música es desestructurada, juguetona, sinuosa (¡jamás cuadrada!); desde el punto de vista armónico soy Neo -neotonal, neomodal, neoclásico, etc.; amante de la disonancia que con-sona, consonante desarmonía o disonante consonancia como me gusta llamarlo. Si bien me gusta experimentar en mis obras, lejos me ubico de la avant-garde. Desde el punto de vista formal soy absolutamente libre e intuitivo, lo que termina siendo irracionalmente racional. Nunca pre impongo forma alguna a mis obras; la forma del texto o poema suele ser indicador de la eventual forma de la obra, forma que se va revelando a si misma a medida que voy componiendo.
Me gustaría retornar aquí en la expresión “irracionalmente racional”, que está muy ligado a lo intuitivo. Con irracionalmente racional quiero significar que a pesar de no construir o diagramar racionalmente la forma de la obra desde el vamos -entregándome voluntariamente a un proceso creativo totalmente intuitivo- cuando termino de componerla suelo descubrir con asombro una gran racionalidad formal… La experiencia y los años me han llevado a concluir que lo intuitivo y aparentemente irracional tiene más razón que la razón misma… En ese sentido no puedo estar más que de acuerdo con aquella célebre sentencia de Blaise Pascal: «Le cœur a ses raisons que la raison ne connaît point» (El corazón tiene sus razones que la razón no conoce en absoluto).
Ligado a lo anterior, un aspecto relevante de mi proceso creativo -y quizás el más relevante- es el tema de la escucha interior y del ser traductor sonoro de un silencio lleno de mensaje. Para mí, componer no es una mera actividad artística y/o intelectual. Como mencioné más arriba, durante 14 años tuve el inmenso privilegio de vivir a pleno la vida de un monje contemplativo y puedo reconocer en mi experiencia compositiva procesos interiores similares o casi idénticos entre el acto creativo y el acto de meditación contemplativa, oración o como quisiésemos llamarlo. Componer para mí es ponerme en ese estado espiritual análogo al de la meditación/oración; ubicarme, por decirlo así, en ese espacio interior necesario donde el silencio ‘habla’ y te indica o sugiere -con ideas musicales concretas en este caso de la creación musical- un camino. Lo decisivo en este proceso es distinguir entre aquellas ideas que vienen del cerebro y aquellas que vienen de otra parte (no podría identificar el dónde). Siguiendo las que vienen de esa otra parte todo termina SIEMPRE en buen puerto… -¡y lo irracionalmente racional se produce!-. A este proceso lo he bautizado “inercia del corazón”.
¿Reconoces una evolución o diferentes etapas en tu trayectoria como compositor? En caso afirmativo ¿ha sido por algún motivo en particular o simplemente por el íntimo deseo de explorar nuevas posibilidades?
¡Sin lugar a dudas! A grandes rasgos puedo reconocer claramente 3 grandes etapas en mi trayectoria como compositor. La primera se remonta a mi época de estudiante de música. La segunda desde los 24 años a los 38, mi etapa ‘monástica’ en la que mi producción creativa se concentró en composiciones de carácter estrictamente litúrgico y monástico. Y la tercera, ‘pos-monástica’, que se inicia en 1998 con mi salida de la orden monástica y se continúa hasta el presente. La 1ra. más tímida y experimental; la 2da. ‘intramuros’, litúrgica e introvertida (vertida completamente hacia dentro de un monasterio!) y la 3ra. completamente libre, abierta y extrovertida.
¿Cuáles de tus obras en tu conocimiento han sido las más cantadas por coros argentinos?
¿Por coros argentinos? Sin lugar a dudas mis composiciones corales han sido cantadas más en el exterior que en mi propio país (se cumple hasta ahora a la perfección aquello de que nadie es profeta en su tierra); son sólo unos pocos los coros argentinos que han cantado mis obras.
¿Cuál crees ha sido la razón por la que esto ha ocurrido?
Varias me parecen las razones:
- La dificultad que implican mis obras para el estándar de los coros amateurs argentinos. Si bien no considero que mis obras sean muy difíciles, en general no son fáciles. Para un coro amateur incluso de buen nivel considero que mis obras requieren un tiempo de ensayo que a veces los directores no desean o pueden dedicar.
- Hasta muy recientemente mis obras no estaban publicadas; sin embargo, a partir de este año mis obras, auto-editadas, están disponibles en mi website. Espero que esto favorezca a una mayor circulación de mi contribución compositiva coral.
- Existen sólo unos pocas registros de mis obras en grabaciones (CD) comerciales y hasta ahora ningún CD dedicado enteramente a mi producción compositiva.
Finalmente, en tu opinión ¿crees que hay un lenguaje coral que pueda identificarse como propiamente argentino? En caso afirmativo ¿Qué elementos distintivos lo constituyen?
Restringiéndome a lo que podemos denominar como ‘música clásica académica’, en mi opinión no creo en absoluto que se pueda identificar como ‘propiamente argentino’ ningún tipo de lenguaje musical, sea este coral o de cualquier otro tipo. A mi juicio uno puede caer en la tentación de querer ver en la inclusión de elementos musicales tomados por ej. del folklore y/o el tango una identidad argentina en el lenguaje musical, lo que considero ¡es un gran error! Todo compositor es él mismo y sus circunstancias; y bien puede explotar -o no- esas circunstancias ligadas a la cultura de su país, ciudad o lugar dónde vive (para un porteño por ejemplo todo lo ligado al tango sería una de esas ‘circunstancias culturales’), pero de allí a que exista un número importante de compositores que coincidan con subrayar las mismas circunstancias como para que esto pueda indicar un lenguaje común -‘propiamente argentino’- hay un largo camino (que en la Argentina no veo que exista ¡menos aún en la música coral donde los compositores somos un pequeño puñado!).
En fin, el hecho creativo es algo esencialmente íntimo y personal y cuando más valor y calidad artística posee más distinto y único es y por lo tanto bien lejos de lo común o general se ubica -el lenguaje musical de un país por ej.-. Puede darse que un país adopte el lenguaje de tal o cual artista como su lenguaje propio, pero no a la inversa.
Selected Repertoire
De Profundis, Magnificat!
“Desde lo profundo ¡mi alma te glorifica!”
Compuesta en el 2004, específicamente para un concurso que celebraba el 100° Aniversario de la Catedral de Berlín (concurso en el que resulto premiada), esta obra busca subrayar el estrecho vínculo entre la oración de súplica y la oración de alabanza, tan presente a lo largo de las Sagradas Escrituras a y muy en particular en el libro de los Salmos. Teniendo esto en mente he querido desarrollar a la vez los versos principales del Salmo 130 De Profundis junto al primer verso del Magnificat (Lc 1:47). Grito desgarrador de súplica el primero, canto exultante de alabanza el segundo que se transformarán progresivamente en una única expresión de fe y reconocimiento: “De Profundis: Magnificat!”, “Desde lo profundo ¡mi alma te glorifica, Señor!”.
J. Harper es Profesor Asociado de Música y Director de Actividades Corales del ‘Providence College’ en Providence, Rhode Island; es director de los 3 ensambles corales de dicha institución y a la vez profesor de los cursos de Dirección Coral, Métodos Corales Secundario, Applied Conducting y Applied Voice. Harper ha recibido un Doctorado en Artes Musicales de la Universidad de California del Sur donde se graduó con honores. Su disertación titulada Hugo Distler and the Renewal Movement in Nazi Germany (Hugo Distler y la Renovación de Movimiento Nazi en Alemania) se focaliza en la yuxtaposición de las creencias personales de Distler y sus obligaciones políticas y profesionales en el partido Nazi. Los intereses de Harper también lo han conducido hacia diversos proyectos, explorando la música de Johannes Brahms y Maurice Duruflé como también la tradición folclórica musical de la península de Corea. Harper es también coautor de la reciente publicación Student Engagement in Higher Education: Theoretical Perspectives and Practical Approaches for Diverse Populations (Routledge). www.harpertj.com
Revisado por Juan Casabellas, Argentina