Entrevista a Jake Runestad: cuando el texto ¡es lo principal!

Por Cara Tasher, directora y profesora

Su música resumida en pocas palabras: llena de significado. Jake Runestad, compositor y director, es una de las voces más importantes de la música coral. Ya se le ha interpretado en todo el mundo y solo tiene 30 años. Es de admirar. Jake y yo nos comunicamos por correo electrónico en mayo y junio.

 

Cara Tasher (CT): Parafraseando un buen libro: “Lo que ha sido será otra vez, lo que se ha hecho se hará otra vez; no hay algo nuevo bajo el sol.” Sin embargo, tú eres uno entre muchos compositores vivos que escriben música que suena nueva y fresca. ¿Qué hace que el sonido de tu música sea único, y cómo desarrollas este sonido?

Jake Runestad (JR): Ante todo, ¡gracias por sus amables palabras! Sé que muchos compositores seguimos buscando nuestra auténtica voz, ¡y es emocionante escuchar que Ud. considere mi música como algo único! Cuando se trata de escribir música vocal, siento que mi función como compositor es encontrar la música inherente al propio texto: para mí, el texto siempre es lo principal. Yo improviso cantando los textos que elijo para encontrar melodías que empleen la prosodia natural de las palabras, que se acomoden bien a la voz, y que permitan que las palabras se entiendan lo más claramente posible. Por eso deseo que los intérpretes y oyentes consideren que cada una de mis obras es única para al texto al que fue dirigida. También estoy sumamente interesado en temáticas de actualidad, importantes a nivel mundial, y con conciencia social. Esto ha derivado en obras como We Can Mend the Sky (Podemos curar el cielo), una versión de un poema de Warda Mohamed, de 14 años, que explora el viaje de un inmigrante, And So I Go On (Y así sigo) que profundiza en la intensa tristeza de perder a la pareja de toda la vida, y Dreams of the Fallen (Los sueños de los caídos) que narra la historia de aquellos que han luchado en la guerra e intentan vivir con los efectos duraderos del síndrome de estrés post-traumático. Cada una de estas obras tiene un mundo sonoro completamente diferente, basado en las emociones que rodean la experiencia humana que transmiten, además de los sonidos específicos asociados a los textos. 

 

CT: ¿Cómo empezaste a componer, y cómo llegaste adonde estás hoy?

JR: Crecí en Rockford, Illinois en el seno de una familia muy musical: mis padres son músicos aficionados con hermosas voces y una gran sensibilidad musical. Cantábamos juntos en casa y mis padres nos llevaban a mi hermana y a mí a sus ensayos del coro (en lugar de contratar una niñera). Estoy seguro de que los sonidos de aquellos ensayos se filtraron en mi cerebro y ayudaron a sentar las bases de mi capacidad de comprensión musical ¡y el amor por la música vocal! Teníamos un piano en la casa y comencé a tocarlo de oído y a sacar las melodías que escuchaba en la radio. Poco a poco añadí el acompañamiento y comencé a explorar mis propios sonidos y a crear pequeñas piezas para piano. En el instituto tocaba el teclado y cantaba en algunas bandas, compuse obras usando grabaciones multipista y escribí algunas canciones de amor malísimas (¡sin saber nada del amor!)

En el último año de instituto, escribí una pieza para el conjunto de viento de mi escuela (yo tocaba el saxo) y durante la actuación, experimenté una de las sensaciones más estimulantes y con mayor significado que jamás había sentido. En aquel momento supe que componer para otros sería una parte fundamental de mi vida. Comencé a estudiar Educación musical instrumental en la universidad, al sudeste de Minesota, y allí conocí a la compositora Libby Larsen, mientras ella se encontraba allí para un estreno con la orquesta de mi facultad. El director de la orquesta, sabiendo que yo era un compositor en ciernes, organizó una reunión con Libby. Durante el encuentro, Libby leyó detenidamente mi música, me hizo algunas preguntas sobre mi obra, y mostró gran interés en mí. Al finalizar dijo: “Jake, me gustaría que estudiaras conmigo”. Como probablemente puedas imaginar, ¡quedé sorprendido y emocionado! Tuve varias clases con Libby en su casa de Minneapolis, y ella me motivó a seguir en la universidad y perseguir una vida como compositor. Tras haber completado mis estudios docentes en Lima (Perú), fui directamente al Peabody Conservatory donde completé un Máster en Composición con Kevin Puts. Durante mis estudios escribí música coral, además de obras para bandas de viento, orquestas y ópera. Después de la universidad, entablé importantes relaciones con varios directores de coro, quienes realmente me ayudaron y creyeron en mi música. Ellos comenzaron a interpretar estas obras y a compartirlas con otros, y este círculo comenzó a crecer y crecer ¡y ahora se extiende por todo el mundo!

 

CT: En tu video para el American’s Composer’s Forum Next Notes, que se puede consultar en internet, recomendaste a los compositores jóvenes a “escribir siempre desde el corazón.” Tomando como referencia tu música que he escuchado, tu corazón debe ser bello, vibrante y apasionante. ¿Qué te inspira a escribir y dónde encuentras los textos para tus obras?

JR: Mi visión del mundo se compone de una colección de experiencias de mi vida, así como de las interacciones con cada persona que me he cruzado por el camino. Creo que la música más poderosa es una expresión directa de la vida, con todas sus complejidades, toda su alegría, todo su dolor, y toda su belleza. Si hemos de ser honestos con nosotros mismos (y con los demás), el arte no debe rehuir de temas difíciles o sentimientos verdaderamente auténticos. No podemos pasar por alto estas complejas emociones: debemos comprometernos en profundidad con ellas, para oír y sentir algo profundo. En mis obras trato de abordar la esencia de la experiencia humana y ser completamente honesto y vulnerable al llevarlas a cabo, a través del matrimonio entre el texto y la música.

Hay muchos textos escritos interesantes, pero no todos se prestan para ser musicalizados. Muchos de ellos ya tienen toda la información (o mucha información) necesaria para experimentar su significado. A la hora de buscar un texto para una obra vocal, busco palabras que sean simples, directas y que comuniquen algo acerca de la experiencia humana. Estas palabras no deben ser demasiado floridas o demasiado descriptivas: tiene que haber espacio para que la música añada su propio significado.

Una de mis maneras favoritas para crear es a través de la colaboración con escritores vivos. He escrito tres óperas con libretistas vivos, y muchas de mis obras corales han sido proyectos con poetas vivos, incluyendo Brian Turner, Warda Mohammed, y Brian Newhouse. Uno de mis más frecuentes colaboradores, el extremadamente talentoso poeta y libretista Todd Boss, ha escrito palabras originales para varias obras, incluyendo And So I Go On (Y así sigo), Waves (Olas) y One Flock (Un rebaño), además una próxima obra sobre las 276 jóvenes mujeres que fueron raptadas de su escuela en Nigeria por el grupo terrorista Boko Haram. Me encanta sentir la electrizante energía que sale disparada de aquí para allá al colaborar y puedo ver que el trabajo resultante es mucho mayor que la suma de sus partes.

 

CT: Ya has conseguido una enorme producción musical. ¿Cuál de tus obras son las favoritas para ver interpretadas y escucharlas?

JR: ¡Ay de mí! ¡Eso es como elegir un hijo favorito! No creo que pueda elegir favoritos, pero te hablaré sobre de dos obras que han cobrado una vida que no me esperaba. 

Cuando estaba en la universidad, formé un pequeño coro con mis amigos para practicar dirección e interpretar la nueva música. Escribí una obra para ellos llamada Nyon Nyon, que incorpora sonidos vocales únicos, beatboxing, y palabras sin sentido. En ese momento, pensé que era sólo una forma divertida de hacer música, pero no me imaginaba que esta obra se convertiría en mi pieza más interpretada, ¡interpretándose miles de veces por todo el mundo! 2016 marca el 10o aniversario de esta obra y es tan emocionante escucharla hoy como cuando fue creada.

En noviembre de 2015, justo tras de los ataques terroristas en París, la Universidad Estatal de California en Long Beach descubrió que una de sus estudiantes, Nohemí González, murió allí mientras estudiaba en el extranjero. El coro de cámara, bajo la dirección del Dr. Jonathan Talberg, compartió música en la vigilia por Nohemi celebrada en el campus. Al día siguiente, el coro iba a comenzar los ensayos de música navideña, pero el Dr. Talberg, después de pensar en lo que había pasado el día anterior, sintió que el coro necesitaba más tiempo para llorar la pérdida de su colega. Al comenzar el ensayo, el Dr. Talberg repartió mi obra SATB Let My Love Be Heard (Que se escuche mi amor) y coro la leyó a primera vista, ensayó, y grabó esta obra con un solo ensayo. Publicaron la grabación en SoundCloud y el decano de la universidad la compartió con toda la comunidad escolar como una ofrenda de amor, de esperanza y de paz en este difícil momento. He recibido innumerables mensajes de los oyentes, indicando cuánto significaba esta música para ellos y lo que les ayudó a sentir más profundamente, a poner nombre a su dolor, y a dar un poco de consuelo. Mi intención no era que esta obra llevase ese mensaje específico, ni sirviera para ese propósito específico, pero esa la belleza de la música: puede hablar de muchas maneras y el compositor nunca sabrá qué vida tendrá más allá de la página impresa. Cada vez que escucho su grabación de Let My Love Be Heard puedo escuchar el dolor y la emoción en las voces de los cantantes: es una de las interpretaciones de mi música más bellas que he escuchado.

 

CT: ¿Hay algunas interpretaciones específicas de las obras a las que has asistido que sean especialmente conmovedoras para ti?

JR: En 2013, tuve el estreno mundial de una nueva obra en el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleans (Louisiana), con la Orquesta Filarmónica y el Coro de Louisiana. Titulada Dreams of the Fallen (Los sueños de los caídos), esta obra para piano, coro y orquesta, es una exploración del impacto que la guerra tiene en un individuo. La obra cuenta con poesía de Brian Turner, un galardonado poeta y veterano de la guerra de Irak. La actuación se llevó a cabo en un gran espacio del museo, con aviones militares colgando del techo y tanques que flanqueaban la orquesta. Había cientos de veteranos en el público y muchos más en todo el mundo, viendo una retransmisión en directo del evento. Justo antes de la actuación, estaba dando las gracias al coro detrás del escenario cuando una cantante de casi 90 años se puso de pie y nos dijo: “Mi padre y mi hermano sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, mi hermano nunca regresó. Quiero decirles que es un honor cantar esta pieza en honor a mi hermano y a mi padre, y estar viva para cantarla hoy con todos ustedes.” Hasta ese momento, yo no entendía completamente el alcance que tendría esta obra ni la manera en la que podría permitir a otros participar en las innumerables historias de los afectados por la guerra. Pasé la mayor parte de la actuación llorando mientras pensaba en esta mujer, su hermano y su padre, y las valientes personas a mi alrededor cuyas vidas ha cambiado la guerra.

 

CT: Comparte con nosotros un vistazo a la mente del compositor. ¿Cómo se aborda una nueva composición?

JR: Daré un ejemplo específico con mi obra Come to the Woods (Ven a al bosque). Fui contratado por Craig Hella Johnson y Conspirare para escribir una nueva obra para un concierto dedicado a explorar las relaciones humanas. Tras hablar con Craig sobre posibles temas, nos decidimos por la relación humana con el mundo natural. Soy un amante de la naturaleza y paso gran parte de mi tiempo practicando senderismo, viajando de mochilero, acampando y haciendo ciclismo al aire libre. Uno de mis escritores favoritos sobre el mundo natural es John Muir, un naturalista que ayudó a crear el Parque Nacional de Yosemite en California y fundó el Sierra Club para proteger las áreas silvestres en los EE.UU. Muir se ha convertido en una especie de héroe popular en América del Norte y decidió crear una obra que capturara la profundidad y singularidad de su propia condición humana, su espíritu aventurero, su pasión por la naturaleza y la paz que recibió viviendo entre los árboles. 

Leí minuciosamente el diario de Muir y guardé una colección de mis pasajes favoritos. En un momento dado, me encontré con una historia en la que Muir vio venir una tormenta y para experimentarla en toda su plenitud, decidió subirse a un gran abeto. Sí, se subió a un árbol en una tormenta. Puede pensar que está loco, pero creo que se trata de una metáfora conmovedora y una bella imagen para una obra musical. Trabajé y trabajé para perfeccionar diversos extractos de mis pasajes favoritos con el fin de crear un libreto con una narrativa clara (¡dejando espacio para que la música hable!). Cuando llegó el momento de componer, improvisé cantando las palabras de Muir, con el fin de tratar de capturar la energía única de cada momento. Estas líneas melódicas se convirtieron en el material musical principal y las uní con un paisaje sonoro que clarifica el piano. Come to the Woods se ha convertido en una de mis obras favoritas gracias a la especial colaboración con Conspirare, además de la profundidad con la que me involucré en la historia de la vida de John Muir: para mí, la música es una pura extensión de sus palabras.

 

CT: La incorporación de instrumentos a veces opuestos añade un gran poder a su mensaje: gritos, susurros, canto de armónicos, hipernasalidad, sirenas vocales, percusión corporal, aplausos, minimalismo, maximalismo sin desmesura, disonancia, consonancia extrema, ritmos semejantes al habla, y melodías desorbitadas… ¿Cómo se llega a utilizar esta diversidad de expresión musical?

JR: Me encanta encontrar nuevas técnicas y/o nuevas paletas sonoras que ayudan a mejorar el sentido de la música. Una de las cosas sorprendentes sobre la voz humana es su versatilidad: ¡se puede hacer casi cualquier cosa! Gracias a la llegada de internet, nosotros mismos como oyentes y creadores estamos ahora expuestos a la música de todo el mundo con un clic. Esto ha permitido a muchas culturas musicales dejar atrás sus tradiciones e incorporar nuevas ideas, nuevos sonidos y nuevas técnicas a su música. Trabajo duro para animar a los cantantes y compositores a considerar algo más que la estricta armonía a cuatro voces y a explorar la gran variedad de sonidos que se pueden crear con la voz. He descubierto que esta libertad para incorporar diversas técnicas ayuda a crear un mayor impacto, a contar una historia con mayor claridad y a involucrar mucho más a los intérpretes y oyentes.

 

CT: ¿Cómo gestionas tu empresa editorial junto a tus compromisos como compositor y director?

JR: Me considero muy afortunado al ser compositor a tiempo completo, y realmente amo la libertad y el sentido de compromiso y comunidad que ofrece mi propia editorial. Al mismo tiempo, hay una gran cantidad de piezas móviles que tengo que gestionar con mis encargos, residencias, y compromisos como director, además de publicar mi música. Tengo un asistente fabuloso que ayuda a gestionar muchas partes de mi empresa: pedidos de tiendas, preparar las prácticas en vídeo, preparar informes de actuaciones para mi organización de derechos de autor, hacer posible las residencias, etc. Con todos los viajes que hago, mi asistente es un salvavidas que me ayuda a permanecer cuerdo ¡y a tener tiempo para componer! Dicho esto, todavía me involucro mucho con la distribución de mi música y me encanta la capacidad de conectar con aquellos que interpretan mi música, para así responder a las preguntas y estrechar lazos. Estos lazos hacen que nuestras colaboraciones musicales sean muy significativas.

 

CT: Parece que se cumple el 10o aniversario de tu primera publicación. ¿Qué te espera durante los próximos 10 años?

JR: ¡Uh, 10 años es mucho tiempo! Sinceramente, no tengo ni idea de lo que los próximos 10 años tienen guardado para mí; sin embargo, espero que continuar creando experiencias musicales significativas y participando en proyectos que nos ayuden a todos a pensar más profundamente, a amar mucho más, y a vivir más plenamente.

 

Alleluia by Jake Runestad

Available from JR Music, JakeRunestad.com

 

BIOGRAFÍA

Composers_Corner_Interview_Jake_Runestad_picture_2Considerado como una rockstar coral por la American Public Media, es uno de los compositores de música coral más populares y frecuentemente interpretados de la actualidad. Ha recibido encargos y actuaciones de conjuntos líderes como Conspirare, la Santa Fe Desert Chorale, Seraphic Fire, la Phoenix Chorale, el Netherlands Radio Choir, el Taipei Philharmonic Choir, así como cientos de colegiatas, comunidades, y escuelas secundarias de todo el mundo. La visceral música y la carismática personalidad de Jake han dado lugar a una apretada agenda llena de encargos, residencias, talleres y charlas, lo que le ha permitido ser uno de los compositores más jóvenes a tiempo completo en la industria. Jake Runestad tiene un Máster en Composición por el Conservatorio Peabody de la Universidad Johns Hopkins, donde estudió con el compositor Kevin Puts, ganador del premio Pulitzer. Encuentre más información en: JakeRunestad.com

 

Llena de experiencias significativas y que cambian la vida gracias a distintas organizaciones, tales como el Atlanta Symphony Chorus, el Chicago Symphony Chorus, Conspirare, el Glen Ellyn Children’s Chorus, el Trinity Choir-Wall Street y el Young People’s Chorus de New York City, Cara Tasher completó sus estudios en la University of Cincinnati-CCM, la University of Texas en Austin, La Sorbonne, y la Northwestern University. Su calendario profesional incluye conciertos, actuaciones como invitada en festivales y talleres, y preparación de las organizaciones profesionales por todos los EE.UU. y en el extranjero, y este año también con el Jacksonville Symphony Orchestra Chorus. Sus conjuntos han recorrido cinco países y añadido Sudáfrica a la lista, en un intercambio con el coro NMMU de Junita van Dijk en mayo de 2012. Vive en Jacksonville, donde trabaja como Directora de Actividades Corales de la University of North Florida, y recientemente dirigió en la apertura del Debate Nacional Republicano de 2012 en Florida, retransmitido en directo por la CNN. Correo electrónico: ctasher@gmail.com

 

Traducido del inglés por Oscar Llobet, Argentina

Revisado por María Ruiz Conejo, España