Entrevista a Oscar Escalada
por Samuel Kerr
Samuel Kerr (SK): Es un placer poder entrevistarlo. Nunca le comenté, pero tenemos algunas identificaciones además del amor al canto coral. Usted estudió medicina y yo dirigí durante 10 años el coro de estudiantes de medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de la Santa Casa de Sao Paulo; usted escribió un excelente libro “Un coro en cada aula” y yo tuve un artículo incluido en una publicación didáctica de mi Universidad, llamado “Un coro en cada escuela”; usted fue cantante antes de ser director y yo también, haciendo de Evangelista en pasiones pre-bachianas y participando en cuartetos, uno de ellos, llamado “Mestres Cantores” y como usted, siempre estuve envuelto en la educación musical y proclamando a los cuatro vientos “nunca diga a un niño que está desafinado!”. Somos arregladores. No puedo ser llamado compositor, aunque tuve algunos acercamientos a los que llamo de “invención coral”. Todo eso me produce interés para formularle preguntas y comienzo la entrevista preguntando:
Al compositor sobre su obra “Misa mínima para un tiempo de paz” un par de preguntas:
El subtítulo de la Misa nos transporta a un tiempo de paz. Hable un poco, ¡o mucho! Sobre la importancia del canto coral en este mundo conturbado en que vivimos: la necesidad de paz entre las naciones, la polución sonora, la atención a cuestiones de ecología; como la voz humana puede, al cantar, convocar a las comunidades en torno a pensar sobre esos asuntos.
En Brasil los coros no cantan más en los servicios religiosos. No sé cómo va la música sacra en Argentina, pero 2- comente al respecto y tal vez, dando un panorama de lo que sucede en America Latina. Usted dirigió la Misa Criolla en la conmemoración de sus 40 años, escrita en una época en que se convocaba al pueblo a las iglesias a cantar en su lengua, conforme a sus tradiciones más que al canto coral de las liturgias. La Misa Criolla continúa emocionando, pero ¿qué otras obras corales surgieron para atender las recomendaciones del Concilio Vaticano? Que bueno saber sobre su “Misa Mínima”.
Oscar Escalada (OE): Antes de contestar sus preguntas, permítame decirle que cuando lo conocí en persona por primera vez, tuve la sensación de haberlo conocido desde mucho tiempo atrás. Recuerdo el primer email que me mandó preguntando cual podría ser un buen programa para el taller de Canto Común en el America Cantat VI que hicimos en Brasil. Me emocionó la alegría con la que recibió mi respuesta. Sin embargo, sólo le había dicho que se sintiera libre de hacer que los participantes disfruten del canto coral desesctructuradamente y permita que jueguen con la música. Indudablemente disfrutamos enormemente del resultado de su trabajo que excedió notablemente nuestras expectativas.
En cuanto a mi preocupación por la paz, siempre tuve el dilema de cómo la música coral podría ayudar a lograr este objetivo. En mi opinión la paz se logrará cuando aprendamos a aceptar las diferencias que tengamos con los demás. Esto ha sido ya pensado y escrito por grandes poetas y escritores a lo largo de los siglos, por lo tanto no habría mucho más para decir. El problema es expresarlo a través de la música. Intenté hacerlo con “Canto Latino” que está hecha en base a veinte de las más famosas melodías populares latinoamericanas en forma de quodlibet, que me sirvió como símbolo de convivencia. En ella, las melodías deben adaptarse unas a otras, pero sin perder su propia “identidad”, sabor y belleza para poder edificar algo mayor juntas.
Luego, leyendo el “Canto General” de Pablo Neruda, encontré “Paz para los crepúsculos que vienen” que me pareció un rezo tal y como lo hacían los Incas: hablaban con su Dios Sol, de manera frontal, como lo hacen nuestros hijos con nosotros, casi de igual a igual, y eso me inspiró a componer la Misa Mínima con ese poema.
En Argentina las iglesias tampoco tienen coros pero hay muchos párrocos que ofrecen ese espacio para que los coros den conciertos.
Después del Concilio Vaticano II, otras misas se escribieron en Argentina, además de la Misa Criolla, como la Misa del Tercer Mundo con letra del Padre Mujica y música de Roberto Lar. Al igual que Monseñor Romero en San Salvador, el Padre Mujica dedicó su vida a defender los derechos humanos entre los más pobres y como a Monseñor Romero, también lo asesinaron en su iglesia.
Efectivamente, tuve el honor de dirigí la Misa Criolla en su 40mo. Aniversario con Ariel Ramírez en el piano entre otros grandes artistas. La Municipalidad de Buenos Aires promovió este evento al que asistieron más de ocho mil espectadores sentados en el césped o en improvisadas sillas en el Parque Tahïs de Buenos Aires. Una enorme ovación fue el regalo que esta gente le ofreció a Ariel Ramírez y a la más famosa misa popular. Fue muy emocionante para este hombre que transitaba sus avanzados ochenta años el recibir semejante amor de la audiencia.
Entre otras cosas, el canto coral es una buena herramienta para luchar contra la drogadicción. Hay estudios que muestran que la droga tiene un 70% menos de ingerencia entre quienes practican la actividad coral que entre quienes no lo hacen. Hay también programas especiales para sacar a los jóvenes de la adicción a la droga y el alcohol que incluyen una practica diaria de canto coral para ayudarlos en su cura.
SK: Para el Animador Cultural, uno de los líderes de “America Cantat”. Extendiendo el asunto coral más allá de las iglesias, ¿cómo describiría, en palabras, el sonido del canto coral de América Latina? ¿Podemos identificar un sonido propio, diferente de los coros europeos y norteamericanos? ¿Existe una característica especial? ¿Formas de agrupación distintas? ¿Maneras especiales de emisión vocal? ¿Qué pudo observar a lo largo del America Cantat 6?
OE: Una vez le pregunté a un director alemán cuál era la razón por la que me invitaba tan a menudo a dar seminarios en su escuela de música. Me dijo que él encontraba en los directores latinoamericanos que siempre mostraban una gran libertad para hacer música.
En casi todos los idiomas hacer música se dice igual ”to play”, “Spiele”, “jouer” que significan “jugar” y en español e italiano ese concepto está incluido en la palabra “preludio” que viene del latín “pre”- antes- y “ludus”- juego-. Un ejemplo de cómo “jugando” se cambió el estilo para tocar el tango es durante la Segunda Guerra Mundial cuando los músicos, se divertían tocando el tango como una marcha militar. Y así quedó el estilo “marcato” de los años 40. Creo que esa libertad es la característica de los músicos latinoamericanos.
SK: Recordando el America Cantat 6, fue allí que escuché su composición “Tangueando”. Me interesé mucho por ella y le pedí una copia de la partitura que incluí en un programa que presenté al frente del Coro Juvenil del Estado, en Sao Paulo el año pasado. ¡Fue un suceso! Sólo entonces descubrí que esa obra ya era un suceso desde 2001 y además ¡ya era considerada un “best seller”! Cuéntenos de ese suceso en su carrera de compositor.
OE: Tangueando es una obra muy singular. La compuse en 1977 y a pesar de llevársela a algunos amigos directores de coro, nunca logré que la incluyeran en su repertorio. Probablemente les parecería muy extraña por ser una obra minimalista. Finalmente el Coro Universitario de Mendoza la estrenó en 1990. Luego en 1994 viajé a los EE.UU. invitado por la ACDA a dar una conferencia y la llevé. De regreso a la Argentina encontré cartas con invitaciones para publicarla. Consulté con algunos colegas que me sugirieron a Lawson-Gould porque era la que publicaba los arreglos de Alice Parker y Robert Shaw. Allí se publicó y la primera gran sorpresa fue que en el Simposio Mundial de Vancouver la incluyeron en su Cancionero. Luego, la IFCM la seleccionó entre las 16 obras del siglo XX que publicaron y grabaron en su serie “Cantemus” y el Coro Mundial de Jóvenes la grabó. Poco después el Philippine Madrigal Singers dirigido por Andrea Veneración la incluyó en el repertorio con el que ganó el Concurso de Tolosa, España y a partir de allí se fue haciendo más y más conocida hasta que llegó a ser best seller en los catálogos de Warner/Chappell de 2000 y 2001. ¡Increíble! Pensar que estuvo guardada en un cajón más de diez años sin que a nadie le interesara ¡ni a mis amigos!
En realidad Tangueando forma parte de la “Suite porteña” junto con Mudanzas, Candomblé y Milonguera. El Gloria de la Misa Mínima también está escrito con técnica minimalista en ocho idiomas a doble coro.
SK: Y para el arreglador: ¿cómo ha sido su actividad de arreglador? ¿Sus coros son quienes escogen las canciones? O es el compositor quien conduce el camino del arreglador (yo considero al arreglo una manera de componer). Háblenos un poco, ¡o mucho!!!
OE: Como tantos arregladores, yo tengo algunos compositores que son mis preferidos. Uno de ellos es Astor Piazzolla. Pienso que tan bella música no debería estar fuera del repertorio de los coros ya que también se merecen el placer de cantarla. Hice varios arreglos, entre ellos, las “Estaciones Porteñas” que creo que fue una ofrenda de Piazzolla a Buenos Aires y un homenaje a Vivaldi. Me parece que el deber de un arreglador es el de ofrecer una ajustada versión de la idea original del compositor. Si puede acompañar la idea, le estará sumando espíritu y esa será una bella manera de incluir a más personas que puedan disfrutar de lo que originalmente no estaba allí.
A veces el coro me consulta sobre si fuera posible hacer tal o cual arreglo que les gustaría cantar y desde luego, lo considero y si puedo adaptarlo al coro, lo hago.
SK: Ahora al editor: ¿Cómo es la demanda de los coros por las obras editadas? ¿Cómo las ediciones están siendo afectadas por los nuevos medios de edición, tales como Internet, Xerox… ¿es posible lanzar nuevos compositores, nuevos arregladores?
OE: Desafortunadamente, las Editoriales deberán cambiar de a poco la forma de sus ediciones debido a las fotocopias y la posibilidad de descargar música escrita de Internet. Si la gente fotocopia los originales, se debe al bajo costo de las fotocopias. Por lo tanto, las editoriales deberán encontrar el camino para reducir sus costos y evitar el interés de fotocopiar en lugar de tener los originales. Hay algunas editoriales que están tratando de encontrar formas usando Internet, pero todavía está faltando el camino que sea exitoso para todos.
De todas maneras, este sea tal vez el mejor tiempo para los compositores y arregladores ya que el negocio está creciendo con nuevas editoriales. Seguramente en poco tiempo más, llegarán a encontrar el camino de usar Internet para combinar su beneficio económico y permitir a los coros comprar música a bajo costo. No hay que olvidar que Internet se ha demostrado como una potente herramienta democrática y es posible que lleguemos a que cada compositor sea su propio editor. Ya está iniciada esa tendencia. Veremos como se desarrollan las otras etapas como distribución, publicidad, etc.
SK: Es una pregunta para el educador: su excelente libro “Un coro en cada aula” provee precioso material para el profesor y revela una intimidad con la voz infantil, pero me gustaría preguntar también al director, al compositor, al líder del canto coral, ¿Cómo ha sido la influencia de la televisión y de Internet en el interés musical de los niños y como ha afectado la voz de ellos y además, cómo sería posible conciliar el repertorio tradicional con las novedades sonoras que rodean los oídos de los niños? ¿Cuáles obras nuevas podrían surgir de este momento de transformaciones tan significativas?
OE: Yo no sé mucho sobre cómo Internet o la televisión puede influenciar en la vida musical de los niños. Lo que sí sé es lo que los maestros pueden llegar a hacer con ellos. Yo cuento en mi libro que una vez estábamos con mi familia en Navidad y una de mis sobrinas me pidió que les enseñe a cantar algo. Entonces improvisé un quodlibet muy sencillo y los invité a cantarlo. Al final mi madre se me acercó diciendo: ¡Es increíble como has podido hacerme cantar! Pero mamá, le dije, si es una canción muy simple. Cualquiera puede cantarla. ¡Oh, no!, me contestó. “Cuando estaba en la escuela, la maestra me dijo que yo no podía cantar en el coro porque no sabía cantar y le creí.” Luego de aquella de aquel momento, mamá nunca más cantó.
Lamentablemente la respuesta de esa maestra se repite mucho más a menudo de lo esperado y creo que es mucho más nociva que Internet, en caso de serlo. Desde aquel momento, me prometí a mí mismo que pondría todas mis fuerzas al servicio de eliminar ese errado pensamiento de los docentes de música.
Cuando dirigía al Coro de Niños del Teatro Argentino, desarrollamos un proyecto para estimular a los niños a acercarse al teatro a través de ver a niños de su misma edad en el escenario actuando, cantando y bailando. Entonces comenzamos con una versión libre de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, llamada “Las desventuras de Alicia en el País de las Maravillas” donde el personaje principal era el coro de niños. Tuvimos mucho éxito en nuestro objetivo ya que fue presentada más de 36 veces, y más de 40.000 niños asistieron al teatro. Actualmente se ha hecho en muchísimos colegios en su versión con piano. Luego del éxito de esta experiencia quisimos dar un paso más y pensamos en una ópera para niños. Así es como compuse “El arcón de Sancho Panza”, que es la historia de Don Quijote narrada por el viejo Sancho a un grupo de niños de su aldea. Está hecha para coro de niños, solistas, títeres, ballet infantil y orquesta. Hicimos más de 20 presentaciones durante las temporadas 1997 y 1998 a sala llena. Luego se hizo en otros teatros argentinos y en Francia.
Cuento esto porque mi experiencia personal suscribe lo dicho por Orff, Kodaly y otros grandes educadores musicales cuando dicen que los niños se acercan a la música desde lo que comprenden, desde su propia tradición musical que es lo que les ofrece el medio. Desde allí hay que partir.
SK: Un pedido al director: El Coral del Nuevo Mundo tiene un nombre que me hace recordar a las Hespérides, islas imaginarias del Atlántico donde los antiguos decían estar plantados árboles de frutos dorados, probablemente en las Canarias actuales. Coral de las Hespérides, frutos dorados cultivados por voces de América Latina! Cuente de sus emociones al frente de sus cantantes del Nuevo Mundo. Cuente de los sucesos haciendo sonar la música de las Américas desde el siglo XVII, los frutos dorados de las Hespérides, ¡del Nuevo Mundo!
OE: Qué linda la imagen que nos cuenta sobre las Hespérides. Yo creo que usted tiene razón, el Nuevo Mundo todavía tiene una enorme cantidad de frutos dorados para ofrecerlos al Viejo Mundo. Esa fue la razón de llamarlo Coral del Nuevo Mundo en 1996. América ofrece cantidad y calidad suficiente que permite a un coro especializarse en sus compositores y arregladores. En 2000, durante el Jubileo, estuvimos invitados a cantar la Misa Criolla en una de las misas programadas en lenguas que no fuesen latín en la Basílica de San Pedro. Pero este no es el punto. Lo interesante de la invitación es que hasta en el Vaticano, alguien pensó en que la Misa Criolla era lo suficientemente buena como para ser incluida en tan excepcional evento. Los tres CDs que el coro grabó son todos de música Latinoamericana incluida la Misa Criolla. Increíblemente, Asia está llena de coros y orquestas que aman la música latinoamericana. Puedo constatar esto porque la venta de las obras publicadas en la serie de Música Coral Latinoamericana publicada por Neil A. Kjos es muy buena en esos países.
SK: Pero no siempre nos acordamos de los frutos dorados de nuestros árboles. Estamos muchas veces mirando a través del Atlántico, esperando frutos importados. A partir de todas sus experiencias como cantante, director, arreglador, compositor, profesor y líder de música coral latinoamericana, qué recomendaciones daría a los estudiantes de música y cual es el panorama sonoro que los futuros directores encontrarán para sí, de nuestro cultivo de árboles de frutos dorados con el que los antiguos, del continente europeo, soñaron?
OE: Sí, usted tiene razón. Es poco el respeto por la producción de nuestros frutos dorados. En 1983 Argentina dejó atrás a los gobiernos militares y comenzó a andar su camino en democracia. En 1987 hice una investigación bajo el nombre de “La identidad Nacional en la Educación Musical Asistemática” que fue presentada en el Congreso Argentino de la Música auspiciado por UNESCO. Durante esos tres años analicé los programas completos de las instituciones dedicadas a la música clásica, orquestas y coros nacionales y provinciales, programas de radios, programas de estudio de los conservatorios y escuelas universitarias de música y de los conservatorios nacionales y provinciales. El resultado fue que sólo el 7% de toda esa música era de Argentina y en ese número se incluía al Himno Nacional. Al cumplirse el 40mo. Aniversario de la República Italiana el concierto fue hecho en Argentina con obras de compositores italianos. Tres semanas más tarde, el concierto ofrecido con motivo de celebrarse el Día de la Independencia Argentina el concierto incluyó obras de compositores italianos y alemanes y sólo el Himno Nacional Argentino. Afortunadamente las cosas están cambiando y la música Argentina de a poco está tomando su lugar. Muchos arregladores están haciendo excelentes arreglos de música Argentina para coros, las bandas de Rock incluyen instrumentos tradicionales y hay radios especializadas en tango, música folclórica y rock nacional. También hay editoriales que se animan a publicar un repertorio sólo de autores nacionales. Veo con alegría y esperanza a los noveles directores que se acercan con fuerza a su propia música. Ya es normal que en los conciertos corales haya más de la mitad del programa con compositores argentinos. ¡La democracia hace milagros!
Edited by Gillian Forlivesi Heywood, Italy, and Irene Aurebach, UK