Message from the IFCM President
5 de febrero de 2014
Estimados amigos:
Durante estos difíciles cuatro últimos años, hemos aprendido mucho acerca de qué es sólido en la FIMC y qué no. En esencia, existen dos aspectos en lo que respecta a sacar adelante la FIMC: lo artístico y lo operativo. El lado artístico de la FIMC es fuerte, cuenta con voluntarios de todo el mundo que trabajan a la par con el fin de brindar eventos culturales enriquecedores y significativos. Sin embargo, nuestro lado operativo es frágil, inconsistente e incapaz de generar ingresos suficientes para respaldar nuestras ambiciones artísticas. Debemos realizar un cambio.
En nuestra reciente reunión del Consejo Directivo en Laoag, Filipinas, comenzamos el proceso de cambio de la manera en que la FIMC funciona en su faceta operativa. Nuestros Miembros Fundadores han tenido un papel clave en el apuntalamiento de este lado de la FIMC, y por ello estoy verdaderamente agradecido. Me temo que, de no haber contado con su ayuda durante los últimos cuatro años, la FIMC habría dejado de existir. En los próximos meses compartiré algunos de los planes que están en preparación para su aprobación en Seúl, Corea del Sur. Les pido que mantengan la mente abierta, que miren hacia el futuro y que colaboremos para que la FIMC sea capaz de continuar sirviendo a sus miembros en los años venideros.
Pasando a un tema nada feliz, como habrán visto en nuestro portal, el pasado mes perdimos dos grandes amigos: Dolf Rabus, de Alemania, y Monique Lesenne, de Bélgica. Con Dolf trabajé en la FIMC durante muchos años. Fue un auténtico campeón para la música coral, con su desempeño de funciones diversas a lo largo de los años. Su trabajo en los concursos de alto nivel no tenía igual y ayudó a elevar a las competencias corales hasta un nuevo nivel de respeto. Sus documentaciones en video y audio de los eventos corales vivirán por largo tiempo en nuestras conferencias, publicaciones y, sobre todo, en nuestra memoria.
Monique era una dínamo. Su capacidad organizativa y su espíritu tenaz lograron que mucha, mucha gente tuviera la posibilidad de disfrutar de la música coral, tanto nacional como internacional. De variadas maneras, fue un ejemplo meridiano de por qué se creó la FIMC: para compartir un mensaje de respeto, tolerancia y paz a través de la música coral. A ambos los echaremos de menos profundamente.
Con los mejores deseos,
Dr. Michael J Anderson, Presidente