La polifuncionalidad en la gestión coral
Una descripción sobre esta profesión y donde aprenderla.
Cuanto mayor sea la ambición musical de un coro mayor serán sus problemas de organización. Pero, ¿cuáles son las obligaciones del gestor coral? ¿Pueden aprenderse? Y si se pudieran, ¿dónde?
Encontrar a alguien que sea capaz de hacerlo todo
Por Daniel Schalz, editor de la revista Chorzeit, das Vokalmagazin
¿No sería casi un sueño si usted, como director coral, pudiera dedicarse por completo a interpretar obras musicales? Desgraciadamente, la realidad es muy diferente: “Hay que hacerse cargo de diseñar los programas de conciertos, encargar partituras, alquilar y equipar salas, recaudar fondos, imprimir carteles, vender entradas…incluso los cantantes conllevan cierto esfuerzo administrativo”, explica el autor del libro Schott Master Class Chorleitung (Schott Masterclass Chorleitung – vom Konzept zum Konzert en alemán). Además, el autor añade que “incluso yo tengo que dedicar la mitad de mi tiempo a organizar y planear cosas; muchas horas al día…”.
Tenga en cuenta que el autor de este libro no es el director de un coro de aficionados, sino que se trata de Simon Halsey; el director principal del Coro de la Radiodifusión de Berlín (Rundfunkchor Berlin), un conjunto musical profesional distinguido. Para este coro es normal también que las tareas de organización formen parte del trabajo del director, aun cuando disponen de profesionales capaces de organizar giras y eventos, y de actuar como relaciones públicas.
Cuantas más metas se proponga un conjunto musical, mayores serán sus tareas de organización. Es por esto por lo que se necesita ser, como dice la expresión alemana, un eierlegende wollmilchsau o chisme mágico para poder gestionar un coro. Al menos esta es la impresión que nos da Cornelia Bend, la manager del conjunto vocal SWR Vokalensemble sobre esta profesión al explicar que, para ella, algunas de las tareas más importantes son: “ser responsable del personal, del presupuesto y de los programas; de distribuir las comisiones para las composiciones, adquisiciones, contactar directores de eventos, preparar contratos, publicidad, RR.PP., coordinar los programas de radio, televisión y CDs; promover la música vocal por medio de redes de contactos a través de asociaciones; realizar proyectos en colaboración con coros financiados; ofertas musicales para todas las edades…”. Según Bend, realizar tal cantidad de trabajo sería imposible sin permitirse ciertas concesiones: “es imprescindible aprender a lidiar con el hecho de que no siempre podremos alcanzar por completo las metas que nos proponemos o cumplir todas las aspiraciones del conjunto musical”.
Los profesionales han aprendido una gran parte de su profesión realizando el trabajo
Esto es particularmente cierto en el caso de los conjuntos musicales no profesionales ya que, por lo general, todas las tareas quedan al cargo de unas pocas personas o, en algunos casos, únicamente en manos del director coral. Pero esta lista interminable de quehaceres para el director suele considerarse demasiado, no solo en cuanto al tiempo que se necesita sino a los conocimientos que se requieren, ya que el número de cursos prácticos de formación para coros no profesionales es limitado (véase la entrevista en el siguiente artículo).
En cuanto a la situación de un profesional, tampoco es mucho mejor. De hecho, existe una serie de programas de estudios básicos de gestión cultural, pero en los que casi nunca se trata el tema de la gestión coral. Uno de los motivos obedece a que en Alemania solo existen unas dos docenas de coros y grupos vocales que se puedan permitir contratar un manager permanentemente, y aun así no suelen trabajar en jornada completa. Esto significa que prácticamente no existen puestos de trabajo para aquellos que estén titulados en este campo.
Además, todo director coral -ya sea un profesional o un aficionado con gran dedicación- es, por encima de todo, un director cultural en el sentido más amplio. Bernard Heß, manager coral del RIAS Kammerchor de Berlín, asegura que “la gestión coral abarca solamente una pequeña parte de esta profesión, siendo ésta mucho más compleja. Independientemente de si lo que se maneja es una orquesta, un coro o un grupo de danza folklórica, los requisitos son los mismos; marketing, relaciones públicas, recaudación de fondos, etc.”. Heß no se considera un manager coral sino un manager cultural que actualmente trabaja para un coro aportando su conocimiento, su gran experiencia profesional y una conveniente red de contactos. En el pasado ha dirigido una fundación, un festival, una competición internacional y una orquesta barroca con similar éxito. “Además, no debería criticarse el trabajo de una persona por tener una profesión totalmente diferente si el resultado es exitoso”, añade.
Ciertamente, muchos de los managers corales profesionales en Alemania han aprendido su profesión por medio de la experiencia y no por estudios. El representante del coro Dresdner Kreuzchor, Oliver Geisner, posee un doctorado en filosofía; Susanne Eckel, del coro Regensburger Domspatzen, estudió en una escuela de música; Christopher Hartmann, del coro Regensburger Domspatzen, es economista aunque estableció una agencia de conciertos durante sus años universitarios además de fundar el festival Tage Alter Musik de Regensburg junto con su hermano Ludwig Hartmann y Stephan Schmid. Tras su graduación comenzó a trabajar como director gerente de la Academy for Catholic Church Music and Musical Education de Regensburg, actualmente conocida como College of Catholic Church Music and Musical Education (HfKM por sus siglas en alemán), antes de tomar el cargo de manager del coro Domspatzen, en el que cantaba de niño. “Desde pequeño he adquirido muchas ideas útiles para mi profesión gracias a ir aprendiéndola sobre la marcha. Ya desde entonces solía participar en la organización de eventos para agencias de conciertos; desde vender entradas, participar en campañas de carteles y en la gestión del guardarropas o el control de las entradas”, comenta Hartmann.
También hay un gran número de managers corales que han cursado artes. Un ejemplo es Jürgen Wagner, quien estudió canto y ha sido responsable del coro Chorwerk Ruhr desde 2008. Cornelia Bend, del conjunto vocal SWR Vokalensemble, estudió oboe a la par que musicología, historia y filosofía, además de cursar estudios de dirección cultural en la Pädagogische Hochschule Ludwigsburg. “Según mi experiencia, tomar un curso de dirección cultural por sí solo no es suficiente para poder realizar la gran variedad de tareas que deben realizarse, a no ser que se combine con otros cursos especializados y adquiriendo experiencia en conjuntos musicales”, asegura la directora.
Hans-Hermann Rehberg, manager del coro Rundfunkchor Berlin desde 1990, opina de manera similar: “Creo que la gestión es algo que no se puede estudiar”. Tras haber estudiado en la Universidad de Música de Leipzig (Hochschule für Musik), cantó para la Musikalische Komödie y el coro Rundfunkchor Berlin durante cinco y diez años respectivamente, y continuó su preparación profesional haciendo visitas de observación de actividades profesionales en los conservatorios de Hamburgo y Berlín.
Como es el caso de Rehberg, muchos managers corales han sido cantantes o continúan siéndolo hoy en día. “Saber cantar es un prerrequisito imprescindible para ejercer este tipo de trabajo”, comenta la autora de Erfolgreiches Chormanagement (“Management Coral Exitoso”), Alexandra Jachim, “uno debe saber cómo se ajusta un coro”. En cuanto a los coros semiprofesionales y de aficionados –el 99 por ciento del total-, este prerrequisito es una verdad evidente en casi todos los casos. Un ejemplo sería Nina Ruckhaber, del coro Jazzchor Freiburg, una contralto que ha estado a cargo de todas las tareas organizativas desde 2012. Nina comenzó a cantar en coros en la infancia y a mostrar un interés por todo lo relacionado con la profesión a una edad muy temprana. Además, recuerda que “pasaba lista en el coro de la escuela y, cuando estaba cursando grados más superiores, solía asistir con la organización de conciertos. Una vez en la universidad, trabajé como asistente del director de música y asumí también parte de la responsabilidad sobre el coro de la universidad”.
La escasez de formación complementaria para los conjuntos no profesionales
Nina Ruckhaber no solo estudió educación musical en la Universidad de Koblenz sino que también adquirió otros conocimientos prácticos en un curso de formación de gestión coral en la fundación Konrad-Adenauer-Stiftung de Bonn. Asimismo, también completó otro curso en dirección y legislación musical en la Musikhochschule Freiburg, junto con seminarios de formación complementaria en asociaciones de música. Ciertamente, solo existen unos pocos seminarios ofrecidos por asociaciones corales de mayor rango y cuya gran mayoría se basa únicamente en los aspectos legales que gobiernan a las asociaciones. Por ejemplo, la federación coral Chorverband NRW, en colaboración con la fundación Konrad-Adenauer-Stiftung, ofrece un curso de “dirección de asociaciones de práctica coral” que consta de siete módulos. Pero si pregunta a la Academia Federal para la Educación Cultural en Wolfenbüttel (Bundesakademie für kulturelle Bildung) sobre dicha asignatura, solo harán referencia a cursos generales de dirección cultural, ya que no existen cursos específicos de management coral.
Dada la escasez de opciones, algunos conjuntos musicales toman sus propias iniciativas: el coro WDR Rundfunkchor ofrece regularmente puestos de prácticas dentro de su propia dirección. Las clases de grado superior del internado del coro Windsbacher Knabenchor cursan talleres de Management coral. Desde el año pasado, el Chorjugend im Deutschen Chorverband ha intentado ayudar con el aprendizaje ofreciendo cursos de formación adicional de dirección coral (véase el tercer artículo en este dossier).
Sin embargo, para la gran mayoría de organizadores en Alemania la única forma de adquirir conocimientos es por medio de la práctica y compensando la falta de conocimientos con un nivel máximo de dedicación, pues esta profesión puede llegar a ser muy gratificante si es fructífera. “Mi trabajo de voluntariado para el coro SonntagsChor Rheinland-Pfalz es tan divertido” comenta Werner Mattern, un ingeniero que se dedicó durante décadas a diseñar productos químicos por todo el mundo. Hoy en día organiza alrededor de doce conciertos al año. “Trabajo con socios muy interesantes como, por ejemplo, la cadena alemana ZDF, la estación de radio SWR, la lotería nacional y federaciones corales. ¡Esto da tanto color a mi vida!”.
El precio a pagar es un gasto personal de energía y tiempo muy grande, como explica Nina Ruckhaber: “El salario que recibo por gestionar el coro Jazzchor Freiburg es de media jornada pero, en realidad, invierto mucho tiempo haciendo trabajo voluntario”. Los empleados profesionales también afrontan la misma situación: “Hay veces que trabajo de 50 a 60 horas semanales”, nos asegura Cornelia Bend. Hans Rehberg comenta que “pierdo la cuenta de las horas que trabajo a la semana” lo justifica inmediatamente diciendo que “¡es un estilo de vida!”.
Traducido del inglés por Charo Costa, España
Revisado por Juan Casabellas, Argentina