Huésped de las Religiones del Mundo
Musica Sacra International 2012 en Marktoberdorf / Ostallgäu / Alemania
Walter Vorwerk, periodista musical
“Todo lo que tiene aliento alabe al Señor” se oye al final del motete Cantad al Señor una nueva canción BWV 225 de Juan Sebastián Bach, brillantemente interpretado por el renombrado Ensemble Vocal Voces8 de Londres en el ‘Festival Musica Sacra International’ en la ciudad bávara de Marktoberdorf. Uno puede embriagarse con esos maravillosos sones, pero también puede ponerse a pensar en lo que aquí se expresa musicalmente y es que el acercarse a Dios no está atado a ninguna religión – Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
La visión de Dolf Rabus, creador y director de los eventos musicales de Marktoberdorf (se alternan cada dos años Música Sacra y el Certamen Internacional de Coros de Cámara), de hacer más pacífico el mundo comenzando por el acercamiento de las religiones a través de sus expresiones musicales, ya produce frutos. Se inició hace 20 años – una breve plantita en la católica Baviera-, invitando a representantes de las religiones del mundo a un festival musical. Hubo que salvar entonces grandes dificultades, no sólo de índole económica sino principalmente las trabas por rígidos preconceptos, por doctrinas anquilosadas. “Otras religiones no tienen nada que hacer en nuestras Casas de Dios”, todavía puede oírse en Baviera, y no solamente allí. Como si se hubiera tomado posesión del “Querido Dios” (forma coloquial alemana) para uno mismo. Pero resulta que existen también otras personas en el mundo, otras religiones que tienen “aliento” y “alaban al Señor” a su manera. Reconocerlo, aceptarlo y transmitirlo es un camino largo y accidentado al que sin embargo no temen los organizadores de ‘Musica Sacra International’. Y fue así que entre el 25 y el 30 de mayo llegaron 14 grupos con músicos de 14 países al festival Nº 11, en la pequeña ciudad al pie de los Alpes: Alemania, Argentina, Egipto, Francia, Gran Bretaña, India, Irak, Irán, Israel, Mongolia, Rep. Democrática del Congo, Rusia y Suecia. Con lo dicho puede observarse que aquí se reunieron cristianos, musulmanes, judíos, budistas e hinduistas. Y este encuentro se produjo de manera multiforme en iglesias, salones, mezquitas y sinagogas. Cada ensemble, ya sea el coro Via Nova de Munich, la hindú Shantala Subramanyam con su Ensemble Dakshin, el grupo instrumental y de danzas mongólico budista Khuree Tsam (entre otras también con una fascinante interpretación con armónicos superiores), la iraní residente en Alemania Maryam Akhondy con el Ensemble Barbad, las ocho mujeres armenias del Monasterio San Geghard, los Moran Singers y el judío de origen iraquí Yair Dalal de Israel, el temperamental Coeur La Grace del Congo o el Grupo de Canto Coral de Buenos Aires y todos los demás, hicieron música en alas de espiritualidad que a la postre llevó a una sensación de acercamiento. En todas las conversaciones que pude mantener se destacó el incalculable valor de ‘Musica Sacra International’. Tenemos al cristiano Néstor Andrenacci, fundador del Grupo Canto Coral de Buenos Aires: “Para mí, Marktoberdorf siempre vuelve a ser un lugar de encuentro de grupos de músicos de alta calidad, un lugar de intercambio y de aprendizajes mutuos. Así lo ven también mis coreutas, que están muy emocionados por la forma en que aquí las personas de otras culturas y religiones se encuentran y entienden. Me alegra mucho que ‘Musica Sacra’ de Marktoberdorf llegue a San Juan, en nuestro país, Argentina, en este mismo año, para apuntalar nuestros esfuerzos por mayor acercamiento y comprensión.”
Hace dos años se inauguró en Marktoberdorf una mezquita islámica, un centro turco de cultura islámica, cuyo imán, Ismail Senkul, inmediatamente estuvo de acuerdo en que se realizara en su templo un concierto de ‘Musica Sacra’ de características especiales – en la sala de oraciones hicieron música juntos musulmanes, judíos e hindúes. Resultó un momento de clímax emocional que tanto músicos como oyentes no podrán olvidar. Antes del concierto me dijo el imán: “Esta es para nosotros una maravillosa oportunidad para el diálogo, que es tan importante y necesario para todos. Todos provenimos de un Creador, que nos da la chance de poder vivir juntos aquí sobre la tierra. Por aquel tiempo, nuestro profeta Mahoma vivió en Medina junto a judíos y cristianos, y aún hoy nos da un ejemplo de cómo se debe y se puede vivir en comunidad con tolerancia y respeto, sin importar la religión a la que cada uno pertenece. Y así nuestra mezquita es una casa abierta en la cual también respetamos las oraciones de otros.”
En el concierto, la directora judía Naomi Farran interpretó una canción de paz en idioma árabe, que fue cantada por todos, incluidos los visitantes. A continuación entregó, muy emocionada y como señal de entendimiento pacífico, su luminaria de ‘Musica Sacra’ al representante de la Comunidad Turco-islámica de Baviera del Sur, Aykan Inanç. Naomi Farran: “Considero un privilegio el poder cantar y tocar justamente aquí. El Imán me dijo al final, que el concierto lo había hecho muy feliz. A nosotros por supuesto también. Aquí en Música Sacra se encuentra el lugar en el que se puede vivir la Fe a través de la música y, con la misma música, colaborar para el proceso conjunto de paz y entendimiento.”
La hindú Shantala Subramanyam está sentada sobre una alfombra con las piernas cruzadas. Tiene una flauta en la mano, está rodeada de percusionistas y a su lado está el cantante Parthasarathy Ganesh. Durante el canto de los ragas subrayan con movimientos de manos el fluir de los sonidos y ella golpea el ritmo con el pie. Los sones flotan y hacen glisandos a través del recinto. Shantala es el nombre de la reencarnación de Parvati, la esposa del dios Shiva, y significa “la que se para debajo de la paz”. “Para mí, música es espiritualidad”, dice. “No me importa quienes ejecutan esa música, si son judíos, cristianos o musulmanes – la espiritualidad nos une. El camino para servir a Dios con la música es el mismo en diferentes tradiciones, arreglos y adornos. La música es el mejor medio para superar barreras. La música es mi oración. Estoy por primera vez en Marktoberdorf y aquí siento que las bases para nuestra mutua comprensión son la tolerancia, la estima y el respeto recíproco. Estoy entusiasmada con este adorable y bello proyecto. Es muy emocionante para mí, como hindú, actuar en una mezquita islámica. No estoy nerviosa ni temerosa porque sé que Dios está en todas partes.”
Una corroboración de lo dicho fue asimismo un concierto nocturno en la sinagoga de Augsburgo, con cristianos ortodoxos de Rusia, los Moran Singers de Israel y el grupo islámico Fawzy Al Aiedy de Francia.
A través de Constantinopla llegó otrora el cristianismo al Cáucaso y por ende, a Armenia. Aquí se encuentran las culturas del Oriente y del Occidente y también la cultura del canto, que es especialmente característica en el canto litúrgico de los monasterios. En su patria, en el monasterio armenio de San Geghard, canta un ensemble de ocho mujeres bajo la conducción de Anahit Papayan. Ella está entusiasmada con ‘Musica Sacra’: “Lo que sucede aquí es maravilloso – es una fiesta de la música y la paz. Sí, es un modelo a escala de la paz universal. La paz sin fronteras toca los corazones, ella une y no separa. Esto se siente aquí y hace que este festival sea tan hermoso.”
Esta visión hecha realidad también mueve a la iraní en exilio Maryam Akhondy, que ha llegado con su Ensemble Barbad a ‘Musica Sacra’ para mostrar la música de su Islam pérsico. En Irán no podría hacerlo – las mujeres lo tienen prohibido. Ese fue un motivo por el cual abandonó su patria en 1986. “La música es mi Dios, ¿por qué habría de esconderlo ante otros?”, dice orgullosa y segura de sí misma. “Dios pertenece a todos y yo me alegro de poder compartir esta espiritualidad con los demás. La música nos transporta a todos – bailamos, cantamos y formamos entonces una unidad. Aquí vivo en paz conmigo y con las otras personas. Es una sensación extraordinaria.”
Y es exactamente eso lo que siente también el joven director Florian Helgath, conductor del coro Via Nova de Munich: “Aquí escuché música que me era totalmente desconocida. Hay representaciones únicas en su género, y no sólo musicales, que son inspiradoras. No sólo es una alegría poder cantar aquí sino también el sentir que uno es parte de una comunidad espiritual internacional. Y de pronto se siente este denominador común – la nostalgia por una paz interior y exterior.”
Y para este denominador común vale la pena cualquier sacrificio, como lo vuelve a sentir continuamente Dolf Rabus, creador y director del Festival (y Vicepresidente de la Federación de Asociaciones Corales Alemanas, auspiciante de ‘Musica Sacra’): “Para mí es importante que la idea que está relacionada con ‘Musica Sacra’ se extienda.” Y por eso viaja “Musica Sacra on tour” a Bélgica, Francia, al Estado de Renania-Palatinado y, como ya se dijo, en noviembre hacia Argentina. Este extenderse tiene además otra meta – la juventud. Un proyecto de ‘Musica Sacra’ se llama “La tolerancia hace escuela”. Con películas, representaciones y discusiones se lleva la idea del festival sobre entendimiento y respetuosa tolerancia a las escuelas de la región: “La juventud es nuestro futuro. Las ideas sobre tolerancia practicada, como las experimentamos en ‘Musica Sacra’, deben ser profundizadas en la educación y llevadas a las escuelas y familias. Con nuestro proyecto transitamos así un importante camino.” Se podría informar aquí sobre muchos momentos emocionantes del encuentro, sobre conciertos brillantes, impresionantes servicios religiosos y conferencias – la Dama Patrona de ‘Musica Sacra International’, la obispo de Lübeck en residencia, Bärbel Wartenberg-Potter, en su discurso en el gran concierto de despedida, en la Iglesia de la Trinidad de Kaufbeuren, expresó el sentir de muchos participantes al recordar: “Las religiones son los diversos dialectos del Dios único. Nos ha enviado emisarios en distintas épocas pero con mensajes similares – Moisés, Jesús, Buda, Mahoma, anunciadores y anunciadoras de Dios. La tarea de las religiones es hoy, en un mundo globalizado, más que nunca, la de crear paz – Shalom, Salam, Peace. Las religiones no deben usarse con mezquindad para el engreimiento, la separación, la limitación y el odio. ‘Musica Sacra’ es un hermoso instrumento del Espíritu Santo. Cantad pues sin temor en iglesias, sinagogas y mezquitas. Cantad en honor de Dios sobre la nostalgia por la paz y justicia, cantad en vuestro dialecto, en vuestra tonalidad religiosa. Cantad lo sagrado. ¡Cantad por la vida!”
Walter Vorwerk, walter.vorwerk@gmx.de
Traducido por Bernardo Moroder, Argentina
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina
Edited by Gillian Forlivesi Heywood, Italy