Grabar en condiciones de pandemia: oportunidades y desafíos: Entrevista con Frieder Bernius, director del Kammerchor Stuttgart, Alemania
Isabelle Metrope, directora editorial
Estimado Sr. Bernius, su último CD, “Die Sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze” de Joseph Haydn, fue lanzado recientemente con el sello Carus. Esta grabación se hizo en marzo de 2021 bajo condiciones higiénicas muy estrictas. ¿Cuáles eran los requisitos entonces?
Las condiciones eran: distancias mínimas de 1,5 metros entre todos los participantes, pero se nos permitía cantar y tocar sin mascarilla.
¿Qué tipo de arreglo espacial es posible si, en estas condiciones, una orquesta y un coro, más 4 solistas, deben hacer música juntos? ¿Es posible tocar música juntos cuando los compañeros más distantes están separados por más de 50 metros y el director siempre “da la espalda” a alguien porqué los músicos están colocados en un ángulo de más de 180 grados?
El objetivo artístico más importante de un proyecto conjunto con coro, solistas y orquesta es trabajar en algo juntos y poder escucharse unos a otros. Como director, que se supone que debe mantenerlo unido con gestos y transmitirlo verbalmente en el ensayo, tengo que poder ser visto por todos. Exactamente esas expectativas se vuelven muy difíciles en estas condiciones. Debido a las limitadas posibilidades de escucharse unos a otros, las instrucciones del director no pudieron ser revisadas y depuradas como de costumbre. Y para ser visto por la mayor cantidad de personas posible, tuve que ponerme a un lado (ver foto) y, por lo tanto, no pude tener la distancia habitual para escuchar a los artistas. Mi vista lateral del concertino significaba que partes de la orquesta se sentaban detrás de mí y solo podían ver al concertino. Solo en las introducciones instrumentales (es decir, sin solistas vocales ni coro) pude tomar mi posición habitual frente a la orquesta.
¿Qué (otros) desafíos presentó esta grabación?
Debido a estas condiciones, el técnico de sonido fue aún más responsable de lo habitual del éxito de la grabación. Siempre es importante para mí como director pensar musicalmente con anticipación y al mismo tiempo ser capaz de escuchar el resultado. Esta escucha mental se hizo más difícil aquí. También hubo una complicación de tiempo debido al hecho de que los resultados de la grabación debían verificarse en el estudio con más frecuencia de lo habitual.
¿Hubo algún punto positivo con este posicionamiento inusual de los músicos en comparación con una formación normal?
¿Cuál es la configuración óptima para una grabación de coro, solistas y orquesta? Experimentamos con esto en la década de los 80, por ejemplo, con una distribución “en face” en la que el coro y la orquesta se enfrentan, pero el director, como en las condiciones del Coronavirus, solo puede estar a un lado. Esto permite enfocar muy bien los micrófonos en los cuerpos sonoros individuales, pero tiene las desventajas mencionadas para el director. La práctica normal de tener el coro detrás de la orquesta tiene la desventaja de que los micrófonos no pueden captar los cuerpos sonoros por separado y, por lo tanto, no pueden aislar su sonido en la mezcla de manera que se pueda cambiar el equilibrio entre ellos.
¿Cómo fue la postproducción?
A causa de las difíciles condiciones: más complicada y larga de lo habitual, debido a algunas sorpresas a la hora de escuchar las tomas y al mayor esfuerzo técnico que suponía mezclar todos los cuerpos sonoros, que en las cintas se escuchaban de forma diferente a la sala debido a las distancias inusuales.
Si escucha la grabación de nuevo hoy, aproximadamente seis meses después de finalizar el máster, ¿escucha la formación inusual, por así decirlo?
Si ese fuera el caso, nunca tendríamos que habernos arriesgado a grabar en esas difíciles condiciones, porque dentro de 20 o 30 años nadie sabrá en qué condiciones inusuales se produjo.
Poder escucharse bien es el requisito previo más importante para hacer música juntos. Y poder hacer grabaciones y gozar de una buena experiencia en el proceso es un vínculo importante para mí entre los ensayos y los conciertos. ¡Las condiciones difíciles para esto siempre conducirán a resultados menos agradables, que sólo pueden compensarse con un nivel excesivo de compromiso de todos los involucrados!
¿Repetirá algunas características de esta distribución excepcional en futuras grabaciones?
No ¡Esperemos que nunca más tengamos que grabar en estas condiciones!
Joseph Haydn
Die Sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze
Kammerchor Stuttgart
Hofkapelle Stuttgart
Anna-Lena Elbert, Soprano
Sophie Harmsen, Alto
Florian Sievers, Tenor
Sebastian Noack, Bajo
Frieder Bernius
Carus 83.520
Traducido del alemán por Bárbara Angli, Cataluña
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina