Lei Ray Yu, directora de orquesta y música eclesiástica
En China, la música de la canción Mo Li Hua para un cantante coral amateur es similar a la figura 1, mientras que en la figura 2 apreciamos una partitura SATB para coros.
Aunque el sistema de notación musical más común en todo el mundo es el pentagrama, la música coral amateur china sigue utilizando un sistema numérico llamado Chevé. Este método de enseñanza musical se creó en Francia[i] con el objetivo, según George W. Bullen, de ayudar a los estudiantes a vocalizar música a primera vista sin necesidad de ningún tipo de instrumento (Bullen, 1878). Partiendo de los argumentos expuestos en la sección correspondiente de The Musical Times de 1882, puede concluirse que algunas escuelas primarias de Londres adoptaron el Chevé con gran controversia. A pesar de lo controvertido de este método, algunos jóvenes estudiantes chinos lo llevaron de vuelta a su país durante la primera mitad del siglo XX.
Ya que este sistema ofrece la manera más fácil y natural de aprender a cantar a primera vista[1], se hizo bastante popular durante el período de guerra en China, cuando la maquinaria propagandística necesitaba distribuir rápidamente música no bélica entre la población.
Tal y como Bullen manifiesta en su artículo, uno de los problemas con los que se encuentran los educadores musicales es la falta de conocimiento básico del sonido por parte de los alumnos (Bullen, 1878). Como uno de mis cantantes principiantes me dijo una vez: «Sé que la línea de abajo es mi en una clave de sol pero ¿qué significa?» Ellerton explicaba en su carta que los números utilizados en este sistema expresan el lugar exacto de las notas en la escala diatónica (Ellerton, 1882); por lo tanto, una persona que conozca la escala diatónica será capaz de traducir fácilmente las notas a sonido.
El siguiente ejemplo (figura 3) compara el pentagrama con el sistema Chevé. La música está en sol mayor mientras que 1, que corresponde al do en solfeo, equivaldría a G[2] (sol en el sistema europeo). El Chevé no es la única herramienta de enseñanza que utiliza el grado musical y el solfeo para enseñar canto a primera vista; el método Kodaly y la notación Tonic Sol fa británica son de naturaleza similar. Todos estos sistemas fueron métodos educativos que no estaban pensados para reemplazar al pentagrama, sino para ayudar a comprenderlo. Sin embargo, en China, por motivos complejos, el Chevé nunca tuvo éxito en su propósito de ayudar a los estudiantes a leer el pentagrama.
Recientemente he pasado dos meses en China y he tenido contacto con, al menos, once coros de cuatro ciudades distintas entre cuyos miembros se encuentran desde estudiantes de la escuela primaria hasta estudiantes de conservatorio, además de coros de iglesia y comunitarios.
Solo dos de los once coros podían leer relativamente bien el pentagrama. Los miembros de uno de ellos utilizaban tanto el pentagrama como el sistema Chevé, lo que hacía más difícil el trabajo del director durante el ensayo. El resto de los coros utilizaban únicamente el sistema Chevé. Siete directores leían con fluidez tanto Chevé como pentagrama, mientras que el resto solo podían leer el sistema Chevé, lo que estableció una base sólida para mis técnicas de análisis armónico. Sin embargo, tras estar alejado del Chevé durante más de veinte años, me pareció que ensayar El Mesias utilizándolo era una tarea extremadamente complicada.
Aparecen muchos inconvenientes cuando se contempla el uso generalizado del Chevé en lugar del pentagrama. En primer lugar, publicar un repertorio requeriría emplear más tiempo en la «traducción». En segundo lugar, el repertorio quedaría limitado a música tonal y, por último, con ambos sistemas coexistiendo se crearía confusión, sobre todo porque uno de ellos fue aceptado universalmente hace mucho tiempo. En 1931, las autoridades educativas de Montreal eliminaron la notación Tonic Sol-fa[3] de sus colegios citando tres razones similares (Coward y Whittaker, 1931).
Sir Henry Coward abogó por la notación Tonic Sol-fa en nombre de las personas que no aprenden a tocar instrumentos en casa:
“Lo más importante a la hora de enseñar canto a primera vista es hacer comprender al alumno el efecto mental de cada nota de la escala, sin confundirlo con la gran dificultad que presenta el pentagrama. Estas complejidades son lo suficientemente confusas para aquellos que las dominan mientras adquieren lentamente la técnica de, por ejemplo, el fortepiano o el violín; sin embargo para los jóvenes son más desconcertantes, y distraen la mente de la comprensión mental de los sonidos. Esto genera que el alumno asuma que aprender notación es aprender música. Por lo tanto nos encontramos con una clase de supuestos músicos que ni siquiera son capaces de leer a primera vista…los mejores lectores de pentagrama son casi siempre buenos en solfeo” (Coward y Whittaker, 1931).
En mi opinión, transcribir o traducir música coral desde el pentagrama al Chevé es, en efecto, un buen ejercicio teórico para cualquier músico, ya que requiere que este conozca el acorde exacto que produzca el desplazamiento del centro tonal, de manera que él o ella pueda indicar el nuevo «1= ___».
He utilizado esta oportunidad para analizar y memorizar cada composición que iba a dirigir. Personalmente, ya no tengo más tiempo para sentarme y traducir El Mesías (lo hacía cuando estaba en el colegio), pero estoy seguro de que algún músico está empleando mucho tiempo y dedicación en hacerlo, ya que he visto El Mesías al completo publicado en Chevé durante mi última visita a China.
Otra limitación es que, al ser un sistema con do variable, el Chevé necesita que el centro tonal esté siempre presente, por lo que cantar composiciones como Dove Descending de Stranvinsky sería inimaginable. Sin embargo, como uno de mis colegas señalaba, si un coro es capaz de cantar composiciones atonales, únicamente cambiando la notación a un sistema de «do fijo» todo volverá a estar correcto.
Puede verse en el ejemplo 2 que el Chevé utiliza ocasionalmente el pentagrama, por lo que sería muy fácil hacer que 1=C (do en el sistema europeo) sea permanente y así transcribir todas las notas como sus tonos.
Además, un coro amateur probablemente no cantaría música atonal mientras que un coro con experiencia que sea capaz de cantar música atonal leería el pentagrama de todas maneras.
Sin embargo, me pareció bastante confuso ensayar grandes obras como The Yellow Rover, Cantata o El Mesías con el coro utilizando Chevé y el pianista usando el pentagrama.
Cualquier tipo de notación puede ser comparada con un lenguaje; se trata de un código gráfico traducido transformado en sonido. Leer el Chevé junto al pentagrama es como leer chino e inglés a la vez. El Chevé indica los grados de la escala diatónica al igual que los caracteres chinos a menudo expresan el significado de la palabra pero no su pronunciación. Por el contrario, el pentagrama indica el tono exacto, como las letras en inglés revelan el sonido de las palabras. Este ejercicio para el cerebro me pareció interesante pero innecesario, sobre todo el tiempo desperdiciado en intentar encontrar la medida correspondiente en las dos partituras, para que el pianista y el coro estuvieran, literalmente, en la misma página.
Durante varios años, he enseñado técnicas auditivas a estudiantes de primaria y me he encontrado con los mismos problemas que mencionaban Coward y Bullen, es decir, la incapacidad de vocalizar una simple melodía por parte de muchos pianistas capaces de tocar música compleja. Atribuyo este inconveniente al hecho de que los teclistas no controlan la entonación de sus instrumentos, por lo que no pueden ser considerados oyentes activos.
Christina Ward dijo en su libro que nadie puede cantar afinado si no sabe escuchar. De igual manera, he encontrado vocalistas que cantan muy bien de oído y pueden reconocer las notas en el piano, pero que no pueden cantar a primera vista. Me ha parecido mucho más fácil decirle a estos jóvenes pianistas y vocalistas que canten todo lo que toquen y viceversa. Sin embargo, encontré muy útil el Chevé a la hora de enseñar a niños pequeños que no habían comenzado a estudiar los instrumentos. Utilicé el sistema Chevé combinado con los signos de Curwen y el método Kodaly para enseñar a niños de 5 a 8 años. Tras dos años de aprendizaje, les resultó mucho más sencilla la transición al pentagrama y adquirieron conocimientos básicos sobre las relaciones interválicas y las funciones en cada grado de la escala tonal.
La verdad es que un buen educador puede utilizar cualquier método o realizar cualquier mejora o cambio en este para adaptarlo a sus necesidades. Las dificultades del pentagrama para convertirse en una práctica común entre los músicos corales de China son, como mínimo, las siguientes: Las autoridades educativas cambian de opinión muy a menudo: la política durante los últimos diez años ha sido que las escuelas deben utilizar el Chevé para cualquier enseñanza musical, a pesar de que hace diez años se utilizaba el pentagrama. El rumbo puede cambiar de nuevo, así que el veredicto dependerá de lo que aprendan los niños. En segundo lugar, el porcentaje de profesores de música capaces de llevar a cabo la transición del Chevé al pentagrama es muy bajo. De hecho los profesores que saben cómo enseñar a sus alumnos a cantar a primera vista sin ayuda de un instrumento son difíciles de encontrar. Por suerte, cada vez más niños están aprendiendo a tocar instrumentos. Quizá dentro de otros cincuenta años, con nuevas políticas en lo que al arte se refiere, China se librará del Chevé de una vez por todas.
Lei Ray Yu, nacida en China, fue directora de música sacra en la catedral de Saint Paul, en Worcester, Massachusetts. Fue allí donde desarrolló un dinámico programa musical, uniendo a cantantes de todas las edades. Como música eclesiástica ha colaborado con numerosas parroquias en Missouri, Colorado y Massachusetts. Forma parte del comité nacional de la Asociación Nacional de Músicos Pastorales. Como profesora, ha enseñado técnicas auditivas, dirección de orquesta, armonía para teclado, liturgia, música sacra y música del mundo en universidades, seminarios y conservatorios de Estados Unidos y China. Además de enseñar, dirigir y viajar, Ray tiene cuatro preciosos hijos y lleva quince años felizmente casada con su esposo. Correo Electrónico: lyu13@mac.com
Bibliografía
- Bullen, G. W. (April de 1878). The Galin-Paris-Cheve Method of Teaching Considered as a Basis of Musical Education. Proceedings of the Musical Association, 68-93.
- Coward, H., & Whittaker, W. G. (April de 1931). The Case for Tonic Sol-fa Notation in the Schools. The Musical Times, 72(1058), 334-335.
- Ellerton, G. M. (1 de August de 1882). Chevé Notation. The Musical Times and Singing Class Circular, 23(474), 454-455.
- Stevens, R. S. (1986). Samuel McBurney: Australian Advocate of Tonic Sol-fa. Journal of Research in Music Education, 34(2), 77-87.
- Wareham, F. W. (1 de July de 1882). Tonic Sol-fa and Staff Notation Systems. The Musical Times and Singing Class Circular, 23(473), 400-401.
- Weidenaar, G. (March de 2006). Solmization and the NOrwich and Tonic Sol-Fa Systems. The Choral Journal, 46(9), 24-33.
Traducido del inglés por Antonio Melgar, España
Revisado por Carmen Torrijos, España
[1] Ellerton, G. M. K (1882): «Chevé Notation», The Musical Times and Singing Class Circular, vol 23, 474, 454-455.
[2] El do únicamente está determinado por la armadura de clave. Si la música está en mi menor, el centro tonal no es do, sino la, que corresponde al sexto grado de la escala diatónica.
[3] La notación Tonic Sol-fa utilizada en Gran Bretaña tiene un concepto similar al Chevé, pero distinta notación. He utilizado estos argumentos porque todos ellos pueden aplicarse al sistema Chevé.
[i] Bullen, George W (1877-1878): «The Galin Paris Cheve Method of Teaching Considered as a Basis of Musical Education», Proceedings of Royal Musical Association 4, 68-93