Por Barbara Anglí, Montserrat Cadevall, Ramon Vilar (Federació Catalana d’Entitats Corals)
Hay referencias de que ya en los siglos IV, V y VI existían composiciones litúrgicas y códices musicales de la iglesia visigótica catalana con un repertorio de misas, oraciones e himnos, algunos con claras influencias bizantinas, que no se han conservado. Con la incorporación de Catalunya al reino carolíngio, se introdujo el canto romano en su modalidad gregoriana, desapareciendo los elementos musicales visigóticos a partir del año 850. Entre los siglos IX y X monjes de los monasterios de Ripoll, Sant Cugat, Vic, Barcelona, Girona, la Seu d’Urgell y Sant Miquel de Cuixà elaboraron, copiaron y difundieron los materiales que comportaron una renovación eclesial y litúrgica adaptándose al oficio romano, primero utilizando la llamada notación catalana, que avanzado el siglo XI se fue sustituyendo por la notación aquitana. Catalunya llegó a poseer más de 100 códices musicales gregorianos. Ya en el siglo XII, y con la aparición de más repertorio fue necesaria una mayor exactitud en la escritura musical y se incorporaron las líneas de pautado.
A principios del siglo XI se empezó a utilizar la música religiosa compuesta para distintas voces. En 1040 el Abat Oliba del Monasterio de Ripoll copió en un códice unos tratados de música a distintas voces. Estos documentos son los más antiguos que se conservan en occidente sobre música polifónica. La consolidación de la polifonía en la música religiosa llegó a partir del siglo XIII y mayoritariamente la polifonía catalana era a dos voces, sobre una base simple y una armonía elemental, y con mucha relación e influencia con la polifonía francesa. Existen diferentes tratados de música medieval del siglo XIV, pero el más importante que ha llegado a nuestros días es un códice copiado a finales de este siglo y que es un ejemplo de la música religiosa de carácter popular: El “Llibre Vermell de Montserrat”. Se llama así por el color de las tapas y el libro consta de un buen número de prédicas, ejercicios de oración y disposiciones relativas al culto a la Virgen María, pero lo que le da una importancia capital es el “Cançoner Montserratí”: 10 composiciones musicales dedicadas a la Virgen para ser cantadas y danzadas por los peregrinos durante sus veladas en el interior de la basílica montserratina. Ocho de las piezas son en latín, una en catalán y otra en occitano. También ofrecen distintas formas musicales: cuatro están escritas a una voz, dos a dos voces, dos a tres voces y dos son cánones. También incluye el único ejemplo de danzas sagradas que se conserva en Europa.
Himno Maria Matrem del “Llibre Vermell de Montserrat”
Con este manuscrito se inicia la gran escuela de los Maestros de Capilla del Monasterio de Montserrat que ha dado importantes compositores en todas las épocas y hasta nuestros días y que trataremos en un apartado especial.
Durante la época renacentista cabe destacar que continuó la producción de maestros de capilla, mayoritariamente desaparecida, y empezó la composición de madrigales y ensaladas. Destacan en estos estilos los compositores Pere Alberch Vila (1517-1582) y Joan Brudieu (1520-1591) en madrigales y Mateu Fletxa el Viejo (1481-1553), Mateu Fletxa el Joven (1530-1604) y Bartomeu Cárceres (s. XVI) en ensaladas. En esta época destaca la producción musical nacida alrededor de la corte de los Duques de Calabria en Valencia con la producción del “Cançoner del duc de Calabria”. En el siglo XVI se imprimieron en Barcelona tres únicos libros de obras polifónicas: los madrigales de Pere Alberch Vila, unos motetes de Nicasi Sorita, maestro de capilla de Tarragona, y los madrigales de Joan Brudieu.
Ya en la época barroca cabe destacar a Lluís Vicenç Gargallo (c.1636-1682), que compuso los dos primeros oratorios de la península ibérica, Joan Pau Pujol (1570-1626), y Francesc Valls (ca.1671-1747) entre otros muchos compositores de música religiosa.
En el siglo XVIII y dentro del clasicismo empieza la producción de operas. Compositores como Domènec Terradellas (1713-1751), Josep Duran (1726-1802), Carles Baguer (1768-1808) y Ramon Carnicer (1789-1855) fueron los autores más destacados. En el campo de la música religiosa diversos compositores dejaron mucha producción: Josep Carcoler (1698-1876), Emmanuel Gòmina (1712-1792), Francesc Juncà (1742-1833), Jaume Balius (1785-1822), Joan Rossell (1724-1780) y Francesc Andreví (1786-1853).
En el siglo XIX cabe destacar la aportación de Josep Anselm Clavé (1824-1974), que además de crear entidades corales para culturizar a los obreros, legó un repertorio para cantar estos coros, siguiendo las tendencias de la época, escrito en un estilo popular de carácter idílico, de exaltación de la naturaleza y descripción de las tradiciones.
Otros compositores de esta época de estilo romántico a destacar son Felip Pedrell (1841-1922), Apel·les Mestres (1854-1936), Antoni Nicolau (1858-1933), Isaac Albéniz (1860-1909), Enric Morera (1865-1942), Enric Granados (1867-1916), Lluís Millet (1867-1941) Amadeu Vives (1871-1932), Pau Casals (1876-1973), Antoni Pérez Moya (1884-1964), Cristòfol Taltabull (1888-1964), Jesús Capdevila (1891-1982) y Robert Gerhard (1896-1970).
Lluís Millet
Robert Gerhard enlaza con los movimientos vanguardistas de siglo XX que en Catalunya dieron numerosos compositores como Eduard Toldrà (1865-1962), Joan Lamote de Grignon (1872-1949), Joan Manén (1883-1971), Joan Samper (1888-1966), Joan Gibert (1890-1966), Agustí Grau (1893-1964), Frederic Mompou (1893-1987), Manuel Blancafort (1897-1987), y Ricard Lamote de Grignon (1899-1962).
Otros autores destacados del siglo XX són Joaquim Homs (1906-2003), Rafael Ferrer (1911-1988), Xavier Montsalvatge (1912-2002), Enric Ribó (1916-1996), Josep Viader (1917-2012), Matilde Salvador (1918-2007), Francesc Vila (1922-2011), Manuel Oltra (1922-2015), Joan Guinjoan (*1931), Xavier Benguerel (*1931), Narcís Bonet (*1933), Jordi Cervelló (*1935), Salvador Pueyo (*1935), Josep Soler (*1935), Josep Prenafeta (1936-2011), Baltasar Bibiloni (*1936), Josep Crivillé (1947-2012), Josep Lluís Guzman (*1954), Salvador Brotons (*1959), Feliu Gasull (*1959), Agustí Charles (*1960), Albert Guinovart (*1962), Xavier Sans (*1962), Poire Vallvé (*1962), Josep Vila i Casañas(*1966), Jordi Domènech (*1967), Xavier Pastrana (*1967), Ramon Humet (*1968), Xavier Pagès Corella (*1971), Albert Carbonell (*1972), Ferran Cruixent (*1976), Oriol Cruixent (*1976), Josep Ollé (*1987) y Pol Requesens (*1990), entre muchos otros compositores que también tienen obras corales y muchos armonizadores de canciones tradicionales y de autor.
La Escuela de los Maestros de Capilla de Montserrat
Un centro musical que brilló por encima de todos en Catalunya fue la Abadía de Montserrat. Existen documentos sobre música en Montserrat desde principios del siglo XIV, y en todas las épocas se han mantenido al día de las tendencias compositivas del momento y han marcado el estilo de la música religiosa del país.
Los primeros monjes músicos conocidos són Jeroni Rotés, Jeroni Castell y Joan Graner en el siglo XV. Los compositores de más calidad empiezan en el siglo XVII con Joan Marc (1582-1658), Pere Roca (ca.1610-1651), Jaume Vidal (1606-1689), Dídac Roca, Joan Gelonc (1620-1671), Joan Romanyà (1615-1687), Francesc Rossell (1630-1676), Joan Baptista Rocabert (1657-1701) y el más conocido y reconocido, Joan Cererols (1618-1680), que con un catálogo extenso de obras continua siendo uno de los músicos más interpretados y tuvo muchos discípulos que fueron maestros de capilla de las principales iglesias de la península ibérica. De esta época cabe también destacar a Miquel Pujol, Joan Garcia, Miguel López (1669-1723) y Benet Soler (1640-1682).
Ya en el siglo XVIII y entrando en el clasicismo, el primer renovador fue Josep Antoni Martí (1719-1763). Sus discípulos, Anselm Viola (1738-1798) y Narcís Casanoves (1747-1799), fueron los principales compositores. También hay que citar a
Antoni Soler (1729-1783), Josep Vinyals (1772-1825), Benet Brell (1786-1850), Jacint Boada (1772-1859) y Ferran Sor (1778-1839).
En el siglo XIX destaca Manuel Guzman (1846-1909) y ya en el siglo XX, Àngel Rodamilans (1874-1936), Anselm Ferrer (1882-1969), Ireneu Segarra (1917-2005), Gregori Estrada (1918-2015) y más recientemente Bernat Vivancos (*1973), que ha sido miembro y director de la Escolanía.
Revisado por Carmen Torrijos, España