La importancia de haber nacido en Basilea (para un coralista)

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Por Francesco Leonardi, manager de proyectos FIMC

Haber nacido en Basilea debe ser considerado un golpe de suerte para cualquier coralista, gracias al compromiso de los organizadores del Festival Europeo de Coros Juveniles que desde 1992 han iniciado una política de educación en canto coral que ha transformado escuelas y generaciones de jóvenes en toda la región.

La Xma edición del evento ha enfatizado los resultados de una fórmula simple pero efectiva, que presta mucha atención a la construcción de nuevas colaboraciones artísticas, como cualquier buen festival debe hacer. Los coros extranjeros (Bélgica, España, Suecia, Noruega, Georgia, Turquía, Grecia, Bulgaria, Holanda y Rusia) han estado trabajando por algunos días junto con los coros anfitriones del territorio, creando intercambios culturales y velando por el crecimiento de los jóvenes suizos, que a través de esta experiencia pueden entender cómo la música puede ser la base para superar el miedo hacia una cultura diferente, apreciar la diversidad y sentirse más cerca de gente que viene de muy lejos.

En las diez ediciones del festival, el interés creciente (y yo diría también la simpatía generada por tantos jóvenes cantantes en las calles de la ciudad) ha hecho posible el florecimiento de los coros de jóvenes y de escuelas de toda la región, todos movidos por la aspiración de mejorar por los encuentros que el festival ha hecho posible.

Si creces en el sistema escolar de Basilea, conoces la música coral y te es dada una oportunidad que tiene un gran nivel de aceptación y que produce excelentes resultados. Hoy la localidad suiza, que históricamente ha constituido un cruce de caminos para el intercambio comercial entre Francia y Alemania, está esperando la invasión coral para que los jóvenes puedan empaparse del intercambio cultural que está contribuyendo a hacer de Basilea un verdadero modelo de la civilización y hospitalidad.

Pero cuando vives en un ambiente tan favorable también estás bajo la presión de buscar más aventuras estimulantes en las áreas artísticas, para interesar tanto al público como a los inversionistas. La edición aniversario ha presentado tres proyectos muy interesantes; el primero estaba dedicado a los compositores: cuatro compositores extranjeros fueron seleccionados y se les dio una canción suiza folklórica para que la arreglaran incluyendo sonidos de su propia música folklórica, y así llegar a una verdadera fusión musical de culturas. La primera presentación de estas piezas tuvo lugar en un concierto llamado “El color de las culturas”, que tuvo gran éxito tanto por la asistencia como la crítica de los maestros Stoyan Paurov (Bulgaria), Frank Havrøy (Noruega), Hans Cassa (Holanda) y Hasan Uçarsu (Turquía).

El segundo proyecto estuvo dedicado al Réquiem de Mozart en una versión llamada “Sing Mit!”, en la cual todos los asistentes fueron invitados a llevar su propia partitura y cantar con la orquesta en una plaza muy concurrida. ¡Una extraordinaria presentación del Réquiem en una ciudad donde todo el mundo, o al menos casi todos, tienen en casa una partitura de Mozart!

El tercer proyecto, más interesante desde el punto de vista gerencial, demostró cómo el compromiso con la cultura, si es bien manejado, puede atraer inversionistas y patrocinantes. “Start up for Young conductors” es un proyecto financiado por una fundación local que proporcionó los recursos para que diez jóvenes directores de diferentes países europeos pudieran asistir al festival, examinar las actividades y regresar a casa con la ayuda financiera para armar un festival con igual formato o diversos proyectos corales en sus países.

Pero la programación del Festival Europeo de Coros Juveniles no se limitó sólo a esto: el programa estaba lleno de citas colmando con emociones musicales los días alrededor del festival Pentecostés. Todos los conciertos que se celebraron en iglesias y teatros de la ciudad y sus alrededores tuvieron las entradas agotadas siempre y fueron de muy alta calidad, con un clímax en la tarde llamado “Singe uf dr Strooss”. Durante tres horas todos los coros participantes se presentaron en cinco escenarios en Basilea, haciendo de toda la ciudad un resonante centro para la música coral.

Los resultados que he descrito fueron posibles gracias a la alta calidad tanto del nivel musical como de la gerencia del festival. Esta es la razón por la cual recomiendo altamente a todo el mundo que se tomen el tiempo de visitar Basilea durante el festival (por supuesto si no estás ya viviendo ahí). Esta experiencia demostrará cómo la música coral puede influir positivamente en toda una región que siempre ha sido muy atenta al desarrollo de los jóvenes y de la música, pero que ha estado valiéndose por al menos los últimos 24 años de la música coral como medio para la educación e inclusión social gracias al contacto con otras culturas.

Traducido del inglés al español por Vania Romero, Venezuela

Revisado por Juan Casabellas, Argentina

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