Festival Internacional de Música Sacra Ortodoxa ‘Hajnówka’
Un evento laico organizado por laicos
Por Olga Pacewicz (galería Sleńdzińscy de Białystok), directora del Departamento de Exposiciones y Publicaciones, especialista en artes plásticas y redactora creativa
El Festival Internacional de Música Sacra Ortodoxa “Hajnówka” de Białystok (FIMSO) está organizado por la fundación Música Sacra Ortodoxa de Hajnówka (Polonia).
El festival se celebra cada año desde 1982. Hasta ahora han participado 895 coros de 41 países europeos, asiáticos, norteamericanos, africanos y australianos: Armenia, Australia, Bielorrusia, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Chipre, República Checa, Egipto, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Ghana, Gran Bretaña, Grecia, Hungría, Italia, India, Irán, Israel, Kazajistán, Kenia, Corea, Líbano, Lituania, Letonia, Macedonia, Moldavia, Montenegro, Polonia, Rusia, Rumania, Serbia, Eslovaquia, Suiza, Suecia, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
El festival se lleva a cabo con el patrocinio del Presidente de Polonia, el Ministerio de Cultura polaco, el profesor Krzysztof Penderecki —uno de los compositores más destacados de la actualidad— y la Unión de Compositores Polacos.
Se trata de un acontecimiento laico organizado por laicos. Desde el principio, los organizadores no lo han concebido como una celebración religiosa, por lo que se ofrece música sacra ortodoxa interpretada por coros de cualquier nacionalidad o religión, sea ésta ortodoxa, católica, católica griega, protestante, de los viejos creyentes o incluso musulmana, budista o judía. El carácter abierto del festival, la variedad del repertorio y la diversidad cultural son muestra de respeto y tolerancia mutua, lo que reafirma su enfoque como Foro Musical de Oriente y Occidente.
La música sacra ortodoxa satisface la necesidad humana de vivir experiencias profundas. Dentro del respeto de los cánones nos presenta su color local: el sonido autónomo, una característica emocional de la zona donde se crea. En su estructura se encuentran vestigios de otras culturas, ecos de otros mundos. Esta ‘otredad en la unidad’, característica notable y valor indiscutible de la música ortodoxa, encuentra reflejo directo en el repertorio presentado durante el festival, también conocido como Festival del Alma que Canta. Los intérpretes de este género musical pertenecen a diversos países, culturas y confesiones. El ‘ecumenismo artístico’ deliberado y sistemático que ha llevado a cabo la organización se ha convertido en su carta de presentación.
La singularidad del acontecimiento reside también en el hecho de tener categorías diferenciadas para coros aficionados (parroquia, laico, infantil), coros académicos y, como fenómeno internacional, excelentes coros profesionales. Es el único festival coral de Polonia que propone un concurso entre coros profesionales, y no hay ninguno parecido en todo el mundo. También ofrece conciertos no competitivos en varios lugares del país, como Varsovia, Cracovia, Białowieża o el Centro Europeo de la Música Krzysztof Penderecki de Lusławice.
El Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia ha descrito el festival como acontecimiento artístico musical del más alto nivel, otorgándole la ‘categoría cero’, la misma que el Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin y los acontecimientos musicales polacos más célebres del mundo.
También se lo considera un referente a imitar, y siguiendo su ejemplo se han puesto en marcha muchos otros festivales de música sacra ortodoxa en todo el mundo. En muchos países ortodoxos y laicos se ha tomado nota de este festival y se han organizado acontecimientos locales parecidos.
Gracias a él, la música sacra ortodoxa ha salido a la luz, se ha manifestado en toda su belleza y esplendor y se ha ganado la admiración de la gente que no la conocía, o la conocía poco, al margen de su nacionalidad o religión. Piezas que no se habían interpretado desde hacía un milenio, pertenecientes a los inicios del cristianismo, la Edad Media e incluso la actualidad, se han desenterrado de las profundidades del olvido. El festival también ha contribuido a la creación de muchas composiciones nuevas de música sacra ortodoxa. El repertorio histórico de ‘recorrido completo’ es una constante en el acontecimiento. Otro de sus logros es descubrir o recordar que compositores polacos como Stanisław Moniuszko, Konstanty Gorski, Józef Kozłowski, Karol Szymanowski o Michał Rogowski también fueron los padres de este género musical.
Cerca de su 40.o aniversario, no podemos remarcar lo suficiente el papel de este acontecimiento precursor, que presenta el legado internacional de la música del canto del alma: ha puesto en marcha un verdadero renacimiento de la música sacra ortodoxa. Los himnos griegos más antiguos cantados por monjes del monte Athos, el canto bizantino y las antiguas oraciones arameas junto con las piezas modernas de Penderecki, Twardowski, Tavener o Arvo Pärt. El FIMSO siempre aporta al oyente nuevas pruebas de la vitalidad y el poder de este género. También ha ampliado la colección mundial de música sacra moderna inspirada en el cristianismo ortodoxo con una gran cantidad de piezas de un valor incalculable.
El renombre de sir John Tavener va mucho más allá de la música clásica. Además de Arvo Pärt, es una de las grandes estrellas del compendio de la música moderna. El FIMSO es el único festival de Polonia en que se han interpretado todas las piezas musicales ortodoxas de Tavener. El primer concierto original de Europa del ‘místico inglés’ se celebró en 2004 en la Filarmónica de Podlasie, durante la inauguración de la 23.a edición del festival. Coincidió con el 60.o cumpleaños de Tavener, que no pudo participar por problemas de salud, y se convirtió en un acontecimiento de dimensión europea. El coro del Conservatorio Chaikovski de Moscú dirigido por Boris Tevlin ejecutó un programa de más de 50 minutos de duración con gran protagonismo de la música sacra ortodoxa de Tavener. Presentaron 10 composiciones icónicas de su legado, desde Today the Virgin hasta Icon of the Nativity, pasando por The lamb y Song for Athene (una pieza interpretada, entre otras, en el funeral de la princesa Diana).
Contar con un compositor de la talla de Krzysztof Penderecki se ha de considerar un gran éxito para los creadores y organizadores, mientras que el fruto de la solidaridad recíproca del maestro —el patrocinio artístico del festival desde 2003 y, sobre todo, sus excelentes piezas estrenadas durante el mismo— ha superado todas las expectativas del público. La labor creativa de Penderecki salva tanto las barreras religiosas y culturales como las comunitarias y generacionales. Sus piezas de gran formato se interpretan en los auditorios más grandes del mundo, y a menudo se escuchan fragmentos de sus composiciones en las obras de cineastas del calibre de Wajda, Friedkin, Lynch, Kubrick o Scorsese.
Cada nueva edición del FIMSO trae nuevas composiciones y personalidades del mundo de la música sacra ortodoxa de tiempos pasados o actuales. Solo cabe preguntarse quién queda por descubrir, algo que sin duda averiguaremos en las próximas ediciones del festival.
38.o FIMSO Hajnówka, del 15 al 19 de mayo de 2019
Comienza con el concierto Grandes Obras de la Música Sacra Ortodoxa Europea, interpretado por el coro profesional estatal transnistrio de Tiráspol (Moldavia), con un programa original de su directora Tatiana Tverdohleb. Los cantantes del coro interpretan, entre otras, Lord’s Prayer, con música de Stanisław Moniuszko (para remarcar el año de Moniuszko declarado por el Sejm polaco), y In Thy Kingdom, la pieza de un miembro del jurado principal del festival, Romuald Twardowski. El coro obispal bielorruso de Minsk también interpreta la composición de Moniuszko durante el 38.o Concierto Representativo de Música Sacra Ortodoxa de Varsovia. El público del concierto de gala da un caluroso aplauso a la actuación del coro Harmonious de Accra (Ghana) dirigido por James V. Armaah. El jurado otorga al conjunto el 3.er lugar en la categoría ‘coros profesionales’ y un diploma por difundir la música sacra ortodoxa en África. El certamen acoge a 25 coros de 11 países europeos, asiáticos y africanos. Como todos los años, los coros invitados ofrecen varias docenas de conciertos complementarios en diversas ciudades de todo el país. La inauguración del festival y los conciertos de gala se pueden ver en directo por Internet. Uno de los acontecimientos más esperados de la 38.a edición es el estreno del documental Festival del Canto del Alma, en el que se describen los 37 años de historia del acontecimiento en palabras de sus participantes, tanto los que están dentro como quienes lo ven desde fuera. La sinceridad de los invitados forma una imagen emotiva del festival al tiempo que ofrece una revisión heterogénea.
Traducido del inglés por Jaume Mullol, España
Revisado por Juan Casabellas, Argentina