por María Zugazabeitia, Asturias (España)
El compositor Javier Busto, que confiesa sentirse más cómodo como director que como creador, ha contestado amablemente a una serie de preguntas que le hemos enviado. Se trata de una entrevista cercana a través de la cual queremos, por un lado, mostrar a nuestros lectores la parte más humana de este músico que se dedica profesionalmente a la medicina y, por otro, mostrar la visión que él mismo tiene de su obra. A continuación encontraréis alusiones a la música, a los sentidos, a la vocación, a la inspiración y a los sentimientos, esperamos que lo disfruten.
María Zugazabeitia: Supongo que todo el mundo te hace la misma pregunta, pero ¿cómo has llegado a la música?
Javier Busto: De manera natural, mi familia está llena de músicos. De niño participaba en el coro parroquial de Hondarribia y, además, formé parte de la Escolanía de Lekarotz, de los PP Capuchinos. En mi fase juvenil, llegaron los Beatles. En la música coral, gracias a mi paso por el coro universitario y a la oportunidad de dirigir el coro de estudiantes vascos en Valladolid, Coro Ederki, fui consciente de mi capacidad para crear música, lo cual me llevó a conocer a Erwin List, reconocido director de coro francés, quien me dio el empuje que necesitaba.
MZ Compaginas tu profesión de médico con tu faceta como compositor, dos ámbitos que, en un primer momento, pueden parecer muy alejados entre sí, ¿crees que existe un punto en común entre ambas disciplinas (la música y la medicina)?
JB Sin lugar a dudas, en ambos casos se trata de una terapia, tanto para la mente como para lo físico, pues agudizas todos los sentidos; en la medicina es más individualizada y al escribir música para coros, que es mi caso, tratas de una manera más genral, grupal, pero es una excelente terapia.
MZ Ya en el plano personal, ¿te resulta sencillo llevar esa «doble vida» laboral?
JB Hasta el día 13 de agosto ha sido perfecta y digo hasa esa fecha, pues me jubilo como médico, lo que me permitirá dedicarme con mayor intensidad a la música, de nuevo.
MZ Siguiendo con el tema de tu dualidad ocupacional, me atrevería a decir que, por lo general, tanto en la medicina como en la música el factor vocacional desempeña un papel fundamental. En tu caso, ¿realizas ambas tareas con la misma pasión o ves la medicina más como tu trabajo y la música como un placer?
JB La medicina, en principio, no fue del todo vocacional, pues yo siempre quise ser farmacéutico, pero mi experiencia en Santiago de Compostela con la «farmacia» no fue buena. Con el trabajo y la experiencia, he terminado siendo un apasionado de la medicina, de hecho, en los últimos años la música ha pasado a ocupar un segundo plano. A partir del 13 de agosto espero que la música ocupe el espacio que le corresponde.
MZ Pasemos ahora a hablar de tu obra. En retrospectiva, ¿cómo describirías tu estilo compositivo?
JB Mis primeras composiciones fueron para grupo folk, cantadas con ayuda de la guitarra. 1ª etapa, a partir de 1976, empecé a escribir obras corales de manera totalmente autodidacta, escribiendo de manera intuitiva y con muy poco criterio. Posteriormente el estudio de muchas partituras corales de todos los estilos me fue aportando criterio y comencé a dar cierto sentido a lo que escribía. Esta sería mi 2ª etapa, la que denomino «tonal con cierto criterio» (ej: Ave Maria para SATB). Luego llegó una 3ª etapa en la que empecé a desarrollar de una manera más «consciente» obras en las que trataba de «fragmentar» la música que realizaba intentando que el comienzo y el final no tuvieran excesiva relación (ej: Gloria de la Missa Brevis pro Pace). Hay una 4ª etapa en la que comienzo a conjugar las dos anteriores dando forma a todo lo que escribo y realizando una música «mas equilibrada». Este es mi criterio, subjetivo sin duda. Podría resumir diciendo que trato de componer con el objetivo de tocar «la fibra de los directores, cantores y audiencia», por este orden.
MZ Dicen que hay etapas para todo, ¿con qué cualidad te quedarías: con la frescura del compositor novato que se atreve con todo o con la madurez del experto que sabe bien lo que hace?
JB Me quedaría con ambas. Cuando gané concursos la música que escribí era muy «desestructurada» sin un «aparente orden» (Kondairaren Ihauterian, Missa Brevis pro Pace, etc.), pero sabía perfectamente que modificando la escritura, en su aspecto puramente estético, llegaría a ganar concursos, como así fue. Posteriormente he tratado de escribir más con el corazón, aunque añoro recuperar los años 80/90 para «fusionar todo lo aprendido en estos años».
MZ Yo he tenido el inmenso placer de poder cantar varias de tus obras y me sorprende esa capacidad de componer, por un lado, obras tan virtuosas y complejas como puede ser la Missa Brevis Pro pace, en la que los efectos sonoros impresionan al público y, por otro lado, obras mucho más melódicas como A tu lado, por ejemplo, en las que el sentimiento pasa a un primer plano. ¿Qué lleva a un compositor a escribir un tipo u otro de obra?
JB Los años y el saber adaptarse a lo que te piden, por ejemplo con A tu lado, una habanera escrita para Torrevieja con motivo del 50º Aniversario de su Certamen. Elegí un texto de Matías Antón Mena, poco habitual en las habaneras, en el que el amor dominaba la «exaltación populista», habitual en el estilo. En la Misa, trataba de enfrentar lo angelical (mujeres) contra lo terrenal (hombres) y por ello el estilo es menos coherente, aunque pleno de «sentimientos», ya que en la época en la que la escribí el terrorismo azotaba con fuerza nuestra tierra.
MZ Y hablando de creación, muchos creadores confiesan tener una musa, ¿qué es lo que te inspira a ti?
JB Lo escribo con mayúsculas: «EL TRABAJO», a mí me salen las obras cuando estoy trabajando en alguna de ellas, ya que en el proceso de creación surgen ideas que pueden ser útiles para lo que tengo enfrente o para otras obras. Los textos son fundamentales en la inspiración, pues imprimen carácter a lo que da vueltas por mi cabeza.
MZ En ocasiones, la inspiración no es fácil de encontrar, ¿qué consejo le darías a un compositor que se encuentre frustrado o bloqueado por estar estancado en el proceso creativo?
JB No me atrevo a aconsejar, pues yo que no tengo una formación académica, es decir, soy autodidacta; solo puedo expresar lo que me ocurre a mí, e insisto: la constancia y tener una cabeza llena de textos «útiles» me sirvan de «inspiración».
MZ ¿Te sientes identificado con algún compositor/músico en general?
J.B.: Con varios de los actuales, Xabier Sarasola, Josu Elberdin, Eva Ugalde, Junkal Guerrero. De los «históricos»: Claude Debussy, Igor Stravinsky, Hugo Distler, Aita Donostia, Tomás Garbizu, Javier Bello Portu y Tomás Aragüés Bernard.
MZ ¿Qué figuras del mundo de la música (y de la historia de la música) han influido más en tu carrera?
JB Claude Debussy, Igor Stravinsky, Hugo Distler, entre los extranjeros. De los músicos vascos: Aita Donostia, Tomás Garbizu, Javier Bello Portu y Tomás Aragüés Bernard. Por supuesto John Lennon y The Beatles.
MZ Además de componer piezas para coro, también has dirigido varios coros a lo largo de tu carrera, ¿qué te aporta personal y profesionalmente el hecho de ponerte al mando de un coro?
JB Personalmente siempre me he sentido más director de coro que compositor, pues mi pasión ha sido sobre todo la de «liderar grupos corales». Las sensaciones que provoca dirigir un coro son maravillosas, pues se unen el aglutinar el grupo, siendo capaces de cantar «a coro» y transmitir emociones desde el espíritu, con el añadido de que todo se realiza a través de la comunicación oral, el canto en este caso.
MZ Al igual que el artesano conoce y mima al máximo la materia prima con la que trabaja para conseguir el mejor resultado posible, ¿crees que el hecho de ser director te ha ayudado a conocer mejor el instrumento, ayudándote por tanto a componer obras de calidad?
JB Sin duda alguna. Yo escribo más por experiencia que por preparación. La lectura y la escucha de cientos de partituras durante años, conformó mi criterio de sonido y me ayudó a otorgar a mis coros de una personalidad muy definida. En cuanto a escribir «obras de calidad» lo dejo en tus manos, pero gracias por el elogio.
MZ Retomando la idea de la inspiración, la temática vasca está presente en muchas de tus creaciones, ¿hasta qué punto y en qué medida han influido tus orígenes en tu carrera?
JB Tanto las melodías como los rítmos vascos aparecen con mucha frecuencia en mis obras, tanto profanas como religiosas, son la base de mis ideas pues es, de alguna manera, lo DIFERENCIADOR con otras culturas y me gusta reflejar en mi música mi sentimientos vasco-euskaldun.
MZ ¿Te sientes agradecido con tu tierra y por eso la homenajeas con obras como Bidasoa o realmente las costumbres, el folklore y el modo de vida del País Vasco son aspectos intrínsecos a tu persona y, por tanto, a tu producción musical?
JB Bidasoa es el río (en su desembocadura) que estoy viendo en estos momentos desde la ventana de mi casa mientras contesto a tus preguntas. Es un maravilloso cuadro que se modifica cada minuto, la luz, el ruido del agua, los barcos, etc. cada día me ofrecen un «cuadro diferente». Hondarribia, mi ciudad, también me aporta la belleza que irradian tanto el casco histórico en el que nací como su «Marina» y su «Montaña». Si añadimos que el País Vasco está lleno de contraste, todo está dicho: vivo en lo más cercano al Paraíso.
Javier Busto nace en Hondarribia (Gipuzkoa) el 13 de noviembre de 1949. Cantor de coro desde su infancia. En su juventud forma parte de diversos grupos de rock y música folk. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid. Médico de Familia, por concurso-oposición, del Servicio Vasco de Salud–Osakidetza, desarrollando su actividad profesional, actualmente, en Lezo (Gipuzkoa). Formación musical autodidacta. Se inició en la música coral con el maestro Erwin List. En su etapa universitaria asume la dirección del coro de estudiantes vascos Ederki en Valladolid (1971-1976) con quien consigue el tercer premio en el concurso de Tolosa (1975). Es en esta época cuando empieza a escribir sus primeras canciones para coro. Fundador-Director del Coro Eskifaia en Hondarribia (1978-1994), consiguiendo primeros premios en Ejea de los Caballeros, Tolosa, Avilés, Tours (Francia), Gorizia (Italia), Spittal an der Dräu (Austria), Mainhausen y Marktoberdorf (Alemania). Fundador-Director de Kanta Cantemus Korua (1995-2007), en Gipuzkoa, coro femenino con el que obtiene primeros premios en Tours (Francia) (1997-2007) y en Tolosa (1999). Premios de composición en Bilbao, Tolosa, Igualada y Madrid. Sus obras se editan en Alemania (Carus Verlag y Ferrimontana); Francia (Editions à Coeur Joie); País Vasco (bustovega y CM Ediciones Musicales); Reino Unido (Oxford University Press); Suecia (Gehrmans Musikförlag) y USA (Walton, Alliance Music Publishers y Santa Bárbara). Imparte cursos – talleres de dirección coral y forma parte de jurados en concursos de composición e interpretación coral en: Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Croacia, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Japón, Noruega, Suecia, Taiwan y Venezuela. Miembro del comité técnico del Certamen de Masas Corales de Tolosa. Email: bv@bustovega.com
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© Javier Busto – 2010