Laudario di Cortona, Manuscrito 91, Biblioteca del Ayuntamiento y de la academia Etrusca de Cortona (Arezzo, Italia)

Del pergamino del corazón de los Cristianos

Franco Radicchia, director de coro y docente

 

Es difícil afrontar itinerarios musicales extrapolados a partir de fuentes de siglos hoy lejanos; los códices muestran signos identificativos más bien esquemáticos y no exhaustivos de una práctica en evolución en el tiempo y en el espacio. Solo después de una valoración atenta de parámetros históricos, étnicos, religiosos y musicales, se puede intentar una interpretación del contenido de las fuentes.

Se trata de una operación decididamente moderna que no puede prescindir del contexto y de las situaciones emocionales en las que el evento se proyecta, caracterizando la estrecha relación entre el aspecto musical y el momento social, ya sea sacro o profano.

La investigación del color musical y del paisaje sonoro está sugerida por pasiones religiosas de expresión popular que estimulan la mente para recrear una dimensión pura, simple y comunicativa.

En el período en el cual la Italia medieval ve el nacimiento de la sociedad comunal como alternativa a la tradición feudal que había caracterizado a la sociedad de los primeros siglos del medioevo hasta el siglo XII-XIII, se asiste en el campo musical a la producción de manuscritos que en esta fase histórica están relacionados entre sí y representan el fruto innovador y cultural.

Propio del contexto de la sociedad comunal se fundan confraternidades laicas, de manera particular en la clase media, que se convierten en la expresión del arte ciudadano. Tales asociaciones adquieren gran importancia en la producción de manuscritos musicales de función litúrgica; trátase de textos, por lo pronto, en lengua vulgar que cuentan imágenes y símbolos de la religión cristiana en la Italia medieval.

Cada confraternidad estaba comprometida en la importante responsabilidad de ofrecer sostén a los pobres, llevaba a cabo la exaltada devoción del Santo referente a la corporación del que a menudo tomó el nombre, y se dedicó al cuidado de los lugares de culto, que todavía existen en muchas ciudades italianas, preocupándose de mantenerlas agradables y funcionales al objeto al que servían.

Cortona, extraordinaria ciudad medieval de la Toscana, tiene la fortuna de conservar aún hoy uno de los ejemplos más evidentes de producción musical para la liturgia producida en la confraternidad de Santa Maria del Laude de la iglesia de San Francisco: el Manuscrito No. 9 conocido como Laudario di Cortona.

La dotación del manuscrito no es del todo clara, según sostienen algunas fuentes ha sido escrito alrededor del 1250, para otras su redacción podría remontarse al período entre 1270 y 1290.

El descubrimiento, realizado en 1876 por Girolamo Mancini, hace del códice uno de los poquísimos ejemplos de laudaría compuesto de texto y música.

En cuanto al contenido, el manuscrito 91 de Cortona se presenta como una obra rica y cultivadora: canciones monofónicas de devoción mariana, textos hagiográficos de los santos, narraciones sobre las vicisitudes de los apóstoles, textos de función moral, existen numerosas referencias a la orden franciscana y al calendario litúrgico.

La importancia del manuscrito 91 de Cortona, viene dada principalmente por el contenido que provee. La variedad de temas tratados determina la riqueza de la obra también desde el punto de vista histórico-literario.

La devoción a la Virgen cubre una gran parte de la temática del Laudario; tal cosa no resulta rara si volvemos al siglo XIII, cuando en toda Europa se percibe la voluntad de producir obras literarias y musicales dedicadas específicamente al culto mariano. Es necesario entonces hacer mención al Concilio Laterano IV, convocado en 1215 por el Papa Inocencio III, pontífice que reforzó el ideal según el cual el espíritu debía prevalecer sobre la carne. El Concilio tenía como objetivo la lucha contra la heterodoxia y entre las diversas iniciativas dio un gran impulso a la devoción mariana, marcándola como una manifestación contra la herética.

El horizonte sonoro del Códice 91 está caracterizado por los textos sobre el género de leyenda, que sugieren un aspecto musical e interpretativo concentrado sobre la Palabra como luz guía para el cristianismo medieval, que escucha con veneración el sacro texto encontrando en ello la esencia de lo divino.

Se evoca una atmósfera llena de significantes sonoros ligados al simbolismo, donde la melodía está puesta al servicio del texto; la melodía, por lo tanto, funciona como amplificación sonora del significado teológico.

Los componentes musicales del Laudario están influenciados por patrones melódicos del repertorio gregoriano preexistente y están contaminados por coros de danzas y canciones populares. Observamos, por lo tanto, una mezcla evidente de lo sagrado y lo profano; que durante la época cristiana sirvió como vehículo de contenidos, acercándola a los textos sagrados a través de la mediación lingüística inteligible. A la comprensión de los textos se asocia una práctica iconográfica popular, por ciertos versos teatrales, del mensaje cristiano. La religiosidad popular que hasta entonces había visto en modo pasivo el dogma cristiano, encuentra en seguida el disciplinante que desciende a las calles a predicar la penitencia de forma tangible. Este fenómeno está acompañado por el nacimiento de las Hermandades, la asociación popular que crea un camino paralelo al de la liturgia.

Como confirmación de todo se nota cómo las melodías del Laudario recuerdan a menudo a las profanas del período, favoreciendo el fenómeno de “contrafacta”: textos sagrados aplicados a músicas de inspiración profana (y viceversa). Se dispone de una colección de canciones y de poesías utilizadas por la Confraternidad escrita en lengua vulgar del siglo XII, para favorecer la participación de la devoción popular en los momentos más importantes del calendario litúrgico.

El Laudario de Cortona está constituido por 171 páginas en pergamino, contiene 47 himnos de los cuales 46 poseen texto y música en la primera estrofa, mientras que el No. 5 está provisto solo de texto. Este trabajo se considera el documento más importante en cuanto a los laudes del siglo XIII, testimonio de la expresión musical sacra practicada en los pueblos del sur de la Toscana y Umbría. Es el primer documento conocido escrito en lengua vulgar puesto en música, un italiano organizado de forma que recuerda antiguos orígenes de tradición árabe e hispánica, injertándose en la melopea franciscana en auge en aquel período.

La compilación está formada de laudes en forma himnódica, responsorial, repetida (donde al texto igual le corresponde la misma melodía) y zejelesca[i], donde la forma musical es gemela a la de la poética.

El Laudario nos trae una dimensión musical inspirada en el primer franciscanismo, caracterizado por la forma musical descarnada y esencial. Esto está estrechamente relacionado con el impacto que se ha determinado entre la psicología de los primeros franciscanos y el particular momento evolutivo de la expresión musical del siglo XIII, período histórico en el cual la Iglesia está implicada en enfrentamientos entre razones políticas y sentido religioso. De esta manera el canto gregoriano, pura esencia de la plegaria cantada, está contaminado de la música profana ya en el aspecto melódico como en la expresión del texto. La urgencia de reforma para una evangelización más cercana al cristianismo pobre y simple favorece el desarrollo de formas populares de plegarias caracterizadas por melodías conocidas tanto en el repertorio profano como provenientes del repertorio litúrgico latino. Muy importante es la figura del Papa Inocencio III, quien dio la bienvenida y escuchó al pequeño hombre Francisco autorizándole a predicar el Evangelio en lengua romance. Es el premio al hombre del segundo milenio, todo el esfuerzo en un intento de forjar un nuevo medio de comunicación humana, social, artístico y religioso, San Francisco opera con un sublime equilibrio de espíritu y forma poniendo en primer lugar la fe y la naturaleza sacramental; la voluntad prevalece sobre el intelecto, la caridad sobre la racionalidad, la bondad sobre la ciencia, la vida de Cristo, de la Virgen y de los Santos, sus conceptos teológicos, la devoción por la discusión. En este período son las órdenes monásticas ligadas a la cultura latina, en particular la benedictina, que cederán a los demás la función principal de la práctica cristiana y como guardianes del espíritu religioso. Por lo tanto, la expresión musical de los primeros franciscanos fue guiada por una práctica inspirada en una forma puramente evangélica de la vida simple. Frente a la posibilidad de utilizar las posibilidades musicales monofónicas y polifónicas, optan por la primera por ser más humilde y comunicativa.

La monodia escrita en el códice no excluye expresiones polifónicas en uso en la época medieval; el lenguaje polifónico es un nuevo medio expresivo que había dado señas de vida en el siglo VI y VII, afirmándose luego gracias al aporte de Guido d’Arezzo en el siglo XI.

Conquistan una cierta oficialidad el organum y el discanto, donde la melodía de inspiración gregoriana se transforma en elemento base para la elaboración más o menos rica y elementos sonoros a boca cerrada en bordón o fauxbourdon.

Es lícito preguntarse cómo este tipo de expresión aparentemente complicada entró en la práctica popular.

Una respuesta podría ser esta: el primer organum se presentaba como un simple punctum contra punctum, “o nota contra nota”. Esto ha llevado a un tipo de armonía arcaica que evidenciaba el sentido expresivo comunitario, dando a cada uno la posibilidad de expresarse con sus propios medios vocales, no solo en cuanto hombre, mujer, niño, sino también en base a las propias habilidades vocales incluso limitadas.

Las melodías usadas por los discantas, los bordones simples o dobles, no estaban fuera del tetracordio o el hexacordio y raramente llegaban a la octava, por lo que esta forma de polifonía estaba a favor de las exigencias y las posibilidades de todos los fieles. Se creaban así sonoridades simples pero extremadamente sugestivas donde también, para sostener y reforzar la polifonía, se usaban instrumentos populares como el órgano portátil, el laud, la villa, las flautas simples y dobles, el salterio y variadas percusiones.

La estética, la búsqueda, la divulgación de los repertorios relacionados con el lauda en lengua vulgar del siglo XII recobran, aún hoy, un gran interés tanto musicológico como histórico-social; condiciones singulares estas que testimonian con firmeza una “revolución” cultural del medioevo en su misma fundación.

El Códice restituye, luego de siglos, una posible fotografía de la época medieval, una imagen y una estética que re-propone una visión de nuestra historia y de la historia de la música occidental llega a nuestros días como una rica herencia del pasado.

El Grupo Vocal ARMONIOSOINCANTO, que fundé y dirijo, propone una nueva incisión de las 47 laudas del Códice Laudario de Cortona No. 91, que evidencia todos los aspectos de la religiosidad medieval ligadas al mensaje popular expresado por los textos sacros en lengua vulgar. La intención de esta nueva propuesta ejecutiva se basa en la inclusión del mensaje musical del lauda en el lenguaje expresivo de la filosofía gregoriana con el fin de conferir una impronta popular, sin desnaturalizar por ello el mensaje litúrgico siempre presente también en los textos de los años 1200 y 1300. Esta idea interpretativa nos ha permitido estar más cerca de la transparencia de la palabra expresada en los textos sagrados, evitando un nivel ejecutivo demasiado vulgar marcado por las formas de danzas populares y procesión, aunque en uso en la época. Nuestro trabajo es un intento de poner de relieve el mensaje religioso de origen cristiano que no puede separarse de la práctica litúrgica de canto gregoriano que se caracteriza por su linealidad y pureza expresada en la simbología practicada durante siglos.

Aquí tenemos, pues, una propuesta interpretativa de las laudas que son parte de un libro que contiene 46 de ellas listas para los primeros meses de 2017. La notación propuesta es tradicional para que todos tengan la posibilidad de una lectura inmediata. No proponemos la elaboración, sino simplemente un retorno melódico y rítmico moderno con la polifonía sencilla, así como podría ser la práctica de actuaciones de devoción de la Edad Media. Por lo tanto, no es una operación puramente filológica sino más bien una forma de interpretación personal basada en los conocimientos derivados del estudio del canto gregoriano y el conocimiento de las tradiciones sagradas del centro de Italia. La grabación completa del Laudario de Cortona No. 91 es una publicación de Brilliant Classics (www.brilliantclassics.com)

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Franco Radicchia posee diplomas de trompeta, Dirección de coro e Instrumentación de banda, es Master de Investigación Musicológica de la Universidad de Perugia y Diploma Avanzado de Semiología Gregoriana del Conservatorio de Lugano. Estudió Dirección Coral y de Orquesta con directores importantes en Europa y en los EE.UU. Profundo conocedor del canto gregoriano, la música medieval y renacentista, ha grabado varios CDs con las principales compañías discográficas: el Laudario Cortona Nº 91 edición completa, O Roma Nobilis canciones de peregrinación medieval, l’Ufficio Rítmico di San Francisco de Asís en canto gregoriano, Ave Donna Santissima ruta medieval en la figura de la Virgen, le Canzonette a tre voci – Venecia 1584 – de Monteverdi, las dos misas de F. Couperin para órgano y gregoriano en alternatim. Dirige el Grupo Vocal Armoniosoincanto con el que, además, ha producido grabaciones ya citadas, ha ganado premios en concursos internacionales y el Coro de Voces Blancas del Conservatorio de Perugia, así como diversos coros juveniles incluyendo el Coro Giovanile Umbro. A menudo lleva a cabo cursos de canto gregoriano, realiza proyectos de arte con coros europeos. Es Profesor de Teoría, Análisis y Composición en la Escuela Superior de Música de Perugia. E-mail: f.radicchia@armoniosoincanto.it

 

[i] (*) Zéjel: forma poética árabe.

 

Traducido del italiano por Oscar Escalada, Argentina

Revisado por Carmen Torrijos, España