Por Scott Alan Prouty, director y docente
Muchos profesores, como también directores, me preguntan por qué soy partidario del movimiento a la hora de trabajar con coros infantiles. Como norteamericano criado en los Estados Unidos, siempre he asociado el canto coral con el movimiento, ya sean simples ejercicios corporales para el calentamiento del coro o una intrincada coreografía utilizada para mostrar un popurrí de Broadway. Habiendo vivido y trabajado en París durante los últimos 25 años, estoy más convencido que nunca de que una parte integral de la formación de un coro de niños es el uso del movimiento. A continuación, algunas de las explicaciones que doy a los profesores de coro que participan en mis talleres en la Ópera de París:
- El canto coral puede a menudo cohibir y hasta ir en contra de la energía natural y espontaneidad de un niño… “siéntate erguido, mantén tus pies firmemente sobre el suelo, respira hondo, no muevas tus hombros, mírame cuando estoy dirigiendo, articula, concéntrate, piensa en el fraseo, no muevas las manos, ponte derecho, no hables, sonríe” etc. Usar juegos y movimientos puede ayudar a que el niño aprenda a pararse con orgullo y confianza, como un “cantante” o un “artista”, sin sentirse coartado. Detesto ver a niños en un coro sin alma, sin vida ni energía. La clave es lograr que los niños canten libremente y con alegría aun estando en una posición coral estática. Movimientos, ejercicios y juegos pueden ayudarlos a cultivar esta energía interior y hacerles perder las inhibiciones.
- Durante los últimos 20 años, he sido profesor de expresión musical y de canto de la Escuela de Ballet de la Ópera de París, y siempre me ha maravillado cuán bien cantan los estudiantes de ballet sin ninguna formación vocal formal. Siendo bailarines, poseen una estupenda postura y una alineación perfecta. Como son niños, tienen un entusiasmo increíble y una contagiosa alegría de vivir. Esta combinación les permite cantar libremente con una voz natural y correctamente posicionada. Mi experiencia con estos jóvenes bailarines me han convencido de que la buena postura, alineación y un cuerpo relajado son las claves del buen canto coral.
- Pienso que el 80% de la técnica vocal con un coro de niños hace que los jóvenes cantores se sientan libres, relajados, desinhibidos y en sintonía con sus propios cuerpos. La generación actual de niños vive en un mundo lleno de increíbles invenciones, imágenes, juguetes electrónicos y maravillas de la tecnología pero está cada vez menos en contacto con sus propios cuerpos. Hacen menos deportes; se sientan detrás de una computadora en lugar de jugar al aire libre manejando bicicletas, trepando árboles o jugando fútbol. Por lo tanto, nosotros, como directores corales, debemos enseñar a los niños la manera de sentirse bien consigo mismos, a redescubrir sus propios cuerpos y a comprender cómo funcionan. Cómo extender los brazos, cómo retorcer los dedos de los pies, cómo separar los dedos y cómo estructurar sus improvisados movimientos.
- Los niños tienden a no escuchar realmente las palabras de lo que están cantando, especialmente en Francia, ya que el 95% de la música que escuchan es estadounidense. Hacer que los niños improvisen gestos para una pieza determinada ayuda a que se concentren realmente en las palabras y a dar vida al texto. A veces hago que los niños realicen gestos en un concierto o simplemente utilizar este ejercicio en un ensayo para trabajar el texto.
- Trabajo mucho en cómo entrar y salir del escenario y cómo encontrar fácilmente el puesto que nos corresponde en un coro sobre el escenario. Cada movimiento en el escenario debe ser motivado. Con frecuencia les digo a los niños que sonrían con sus ojos y traten de comunicarse e incluso “coquetear” con el público. Trabajo mucho en cómo caminar y moverse en el escenario con energía. Incluso les digo que sientan la energía en cada dedo de las manos y los pies, en las rodillas…hasta en el cabello! Realizo a menudo juegos de dirección de manera que los niños disfruten no sólo viéndome sino también sentir la importancia de seguir a un director.
- Les digo a mis estudiantes que la canción empieza 10 segundos antes de la introducción del piano y termina 10 segundos después de la última nota. El objetivo es no permitir que la energía se muera entre cada pieza. También les digo a mis jóvenes cantores que es muy importante no dejar que la energía se desinfle al final de la canción.
- El movimiento es excelente para ayudar a los niños a realizar ejercicios de vocalización o cuando trabajamos en una frase difícil. Nunca olvidaré que cuando era un estudiante de secundaria, podía cantar un Si agudo sin esfuerzo cuando me presentaba en un espectáculo porque estaba bailando y moviéndome y, por lo tanto, no estaba pensando en la dificultad de mi técnica vocal. Sin embargo, durante un recital o un concierto coral, tenía dificultad en cantar hasta un Fa alto porque estaba inmóvil y completamente concentrado en la técnica. Como recordatorio de esta lección, ahora uso gestos y movimientos para ayudar a los niños a cantar notas altas con libertad y sin ataduras. Una vez que vean y sientan cuán fácil es cantar las notas agudas, entonces les hago sentirse bien en cantar las mismas notas en una posición estática sin movimientos. Siempre les recuerdo a mis jóvenes cantores que una gran técnica vocal debe ser invisible a los ojos del público.
- El uso de la coreografía es una fantástica herramienta para que el coro se deje llevar. Aprender movimientos, coordinación y gestos y tratar de cantar bien al mismo tiempo es un enorme reto. PERO es muy importante que la coreografía ayude al coro a cantar bien y no ir contra el fraseo o el sentido de la música.
- A veces realizo un concierto entero de música sacra sin ningún movimiento pero lo utilizo para relajar al coro durante los ensayos y hacer que canten con libertad y musicalidad. Es muy importante comenzar cada ensayo con una serie de ejercicios que ayuden a los estudiantes a relajarse y olvidar su día en la escuela o sus problemas en casa. Ejercicios corporales, juegos vocales y rítmicos ayudan al estudiante “normal” de todos los días a transformarse en un cantante o mejor, en un “artista”.
- ¿Cómo empiezo a enseñar movimientos a un coro? Siempre comienzo con ejercicios simples que consistan en imitar mis movimientos. Los hago saltar, dar masajes a otros estudiantes, repetir sonidos divertidos y realizar esquemas de ecos. Los hago moverse al ritmo de la música, dejarse llevar, ser creativos y tratar de interpretar la música sin sentirse intimidados. Les enseño pasos de baile simples en un canon, asegurándome de que realicen cada paso a la perfección con una bella entonación. La clave está en enseñar a los niños a moverse SIN comprometer la belleza del canto. Les pido a los estudiantes que improvisen gestos en una canción con letras creativas, obligándolos a pensar y encontrar maneras expresivas de llevar el texto a la vida. Trabajo con ejercicios de mímica y enseño a los niños a exagerar los movimientos. ADVERTENCIA: como director de coros infantiles, se debe estar dispuesto a dejarse llevar y no tenerle miedo a moverse sin inhibiciones con los niños.
- Siempre digo a mis estudiantes de dirección que los niños aprenden por imitación y no con palabras. Como director, tenemos que dar el ejemplo a través de una postura perfecta, cantar y movernos libremente con expresión y entusiasmo. Para mí, un director que ame cantar y moverse inspirará su coro a dejarse llevar y ser maravilloso.
Personalmente pienso que cualquier gran coro infantil tiene que ser muy versátil y capaz de cantar cualquier repertorio y cualquier estilo musical ¿Por qué no cantar el Stabat Mater de Pergolesi y una canción de góspel con movimientos en un mismo concierto? ¿Qué hay de malo en trabajar en una magnífica pieza de John Rutter al mismo tiempo que un popurrí coreografiado de West Side Story? Lo importante es que como educadores corales enseñemos a los niños a amar el canto y a cantar bien. Nuestra meta es que los niños aprendan a cantar libre y generosamente. Estoy convencido de que el movimiento y la danza son herramientas increíbles para ayudar a los niños a convertirse en grandes cantantes así como en increíbles intérpretes.
Scott Alan Prouty vive y trabaja en París, Francia, y es uno de los más importantes especialistas en coros infantiles. Es fundador y Director Artístico del Choeur d’Enfants Sotto Voce, el coro residente del célebre Théâtre du Châtelet en París. Considerado uno de los coros infantiles más dinámicos de Francia hoy en día, el coro se presenta en los auditorios más prestigiosos de París y en toda Francia. Prouty es a menudo solicitado para preparar coros y solistas infantiles para óperas y producciones de musicales en Francia. Scott Alan Prouty es también Director de Estudios Musicales para estudiantes de la Escuela de Ballet de la Ópera de París y dirige numerosas producciones para los Programas de Jóvenes en la Ópera de París, el Théâtre du Châtelet o el Théâtre des Champs-Elysées. Email: sproutsky@aol.com