La Música Litúrgica en el Entorno Australiano
Graeme Morton, Director coral y docente
Australia es una sociedad compuesta de inmigrantes, una nación que está todavía aprendiendo a reconocer los miembros de esa cultura antigua cuya tierra fue invadida por los inmigrantes. Es un país de contradicciones, cuyos moradores están todavía intentando lograr un equilibrio entre las queridas tradiciones importadas de naciones antiguas y nuevas tradiciones que reflejan mejor la vitalidad e independencia de una nación joven.
Las contradicciones presentes en la sociedad australiana estaban presentes al principio y una breve mirada a las consideraciones existentes en los primeros enclaves británicos demuestra una de ellas: la primera flota llegó en Australia el 26 de enero de 1789 y tan solo ocho días más tarde el Gobernador Phillip juró sobre la Biblia ante el Juez Abogado: “Yo, Arthur Phillip, declaro que creo que no está presente la transubstanciación en el Sacramento de la Cena del Señor”.[1] De esa manera se proclamó una declaración formal sobre la naturaleza protestante de la colonia en el contexto de la ley. Persiste la contradicción de que todo esto no puede haber interesado mucho a los 759 ladrones y malhechores que constituían la población en aquel momento.
Lo que sí interesaba a los reos era el hecho de que la base religiosa de la nueva colonia cubría hasta la moralidad publica. El Gobernador Phillip mandó ejecutar despiadadamente las leyes que prohibían la blasfemia, el adulterio, la fornicación, la poligamia, el incesto, la profanación del Día del Señor y el emborracharse. Es un listado interesante, donde los pecados “sacros” como la blasfemia y la profanación del Día del Señor están codo con codo con los pecados “sociales” del incesto y la poligamia como acciones a ser condenadas por la ley.
Pero las contradicciones no existen solo entre la autoridad religiosa de la administración y su relevancia para la población. Se trataba de una comunidad establecida por las fuerzas de las mentes racionales, curiosas, científicas del Siglo de las Luces.[2] En esta sociedad de la Ilustración, poblada por personas que no pisaban una iglesia, en un entorno extraño para los colonos, encontramos una sorpresa y otra contradicción: se establece una tradición de música religiosa, aunque se trate de una tradición transplantada en gran parte de las Islas Británicas.
Llegamos así al enigma de la música litúrgica australiana. Que la Australia moderna, con su sociedad altamente secularizada y que no asiste a los oficios religiosos[3] produce ahora música litúrgica más abundante y de mayor calidad que en cualquier momento de los doscientos años de la historia de Australia y que en esta tierra de paradojas, esta música permanece escondida de la mayoría de los que asisten a los servicios religiosos y no se oye más que en unas pocas iglesias.
En términos generales existen dos fases de composición litúrgica en Australia. La primera se centra en un número considerable de músicos ingleses que ocuparon puestos en Australia, entre los cuales muchos compusieron música religiosa. Esta fase se hace amplia para incluir aquellos compositores nativos australianos cuyo estilo musical deriva de aquella tradición. Jeffrey Richards estima incluso que en lo que se refiere a la primera de estas sub-categorías, fue la música que reflejaba el punto álgido del imperialismo británico entre 1876 y 1953, tal fue la importancia de la exportación de músicos de Gran Bretaña al resto del mundo.[4] La mayoría de estas personas no se consideraban principalmente como compositores sino organistas, directores corales dentro de la comunidad e académicos. Son demasiados para mencionar a todos, pero destacan E. Harold Davies (hermano de Walford, Organista del Temple Church, Londres), A. E. Floyd, William Lovelock, Paul Paviour, George Sampson: todos publicaron música litúrgica coral.
Es también destacable el hecho de que Australia tradicionalmente exportaba músicos al hemisferio septentrional y en el campo de la música religiosa Sir William McKie (Organista de la Abadía de Westminster en la coronación de la reina Isabel ll, nos regaló ese himno maravilloso We wait for thy loving kindness O Lord) y Malcolm Williamson (nombrado Master of the Queens’s Music) representan este conjunto. Otros compositores, a pesar de nacer en Australia, adoptaron los estilos tradicionales heredados del extranjero. Colin Brumby iba a ser el más prolífico del grupo que incluye también a Rosalie Bonighton, Graeme Morton, John Nickson, June Nixon, entre otros.
La segunda categoría de la música litúrgica australiana tiene su origen más recientemente, abarcando músicos que se perciben principalmente como compositores, habiendo normalmente estudiado la composición, y que se identifican como australianos. Estos compositores, al menos en su música litúrgica, reconocen la tradición y sin embargo incorporan deliberadamente aspectos de un lenguaje composicional que de alguna forma se puede considerar como australiano. Este grupo nace principalmente de la labor de Peter Sculthorpe y sus contemporáneos, que desarrollaron conscientemente un lenguaje musical australiano basado en los temas del paisaje, el clima, la música de los nativos australianos y la proximidad de Australia a Asia.[5] Tomemos como botón de muestra tres obras de esta categoría de música litúrgica australiana.
En lo que se refiere a las navidades, gran parte de la música del hemisferio norte todavía enfoca aspectos de la narrativa navideña (p.e. Jonathan Dove The Three Kings), o vuelve a los antiguos textos sacros (p.e. James MacMillan Seinte Mari Moder Milde). Como contraste, parte de la música navideña australiana usa textos reflexivos y frecuentemente ambiguos que enfocan lo maravilloso e íntimo. Una de las primeras de las obras litúrgicos “nuevas” de Australia es un breve motete de Peter Sculthorpe con el título Morning Song of the Christ Child (Faber), con texto del docente y crítico musical Roger Covell.
The quilted sea is gone like rain, gone and never found again.
A thin three grows in starlit thirst, old and deep and past all hurt.
Green morning sleeps, the sky is sown, kind and calm and all alone.
(El mar como un edredón ha desaparecido como la lluvia y no vuelve a encontrarse.
Un árbol delgado crece sediento bajo las estrellas, viejo y profundo y más allá del daño.
Duerme la mañana verde, el cielo está sembrado, benévolo y tranquilo y solitario.)
El poema es maravillosamente ambiguo pero tiene un significado especial para los australianos, cuya historia nos informa de los desiertos escasamente poblados con su paisaje seco y sediento, de un antiguo mar interior desaparecido hace épocas, y la experiencia de la maravillosa trasformación de ese paisaje en un lugar verde y fresco. La sencilla música de Peter Sculthorpe apoya este poema escueto, con sus matices de aboriginalidad en el uso del ostinato y del bordón y una línea melódica que evita el andar hacia delante para dar una dirección al fraseo. Como espejismo en el desierto australiano la música planea en un mismo lugar, reflejando la inmovilidad (como se conoce en el outback australiano) y una sencillez y translucidez que de alguna manera transmiten una “australianidad” comprendida por los que conocen nuestro paisaje y cultura.
Matthew Orlovich, que ha estudiado con Peter Sculthorpe, también nos ha brindado una maravillosa pieza navideña “australiana” en Nativity.
The thin distraction of a spider’s web collects the clear cold drops of night.
Seeds falling on the water spread a rippling target for the light.
The rumour in the ear now murmurs less, the snail draws in its tender horn.
The heart becomes a bare attentiveness, and in that bareness Light is born.
(La tenue distracción de una telaraña recoge las gotas claras y frías de la noche,
Las semillas que caen sobre el agua extienden una diana temblante para la luz.
El rumor en el oído disminuye, el caracol retire su cuerno tierno.
El corazón se convierte en atención desnuda, y en esa desnudez nace la Luz.)
Matthew Orlovich escribe sobre este texto:
“Nativity es un mundo de gotas de rocío y telarañas, cuernos tiernos de caracol y una atención desnuda del corazón, un mundo donde las cosas cotidianas se convierten en extraordinarias y sobrecogedoras. Guiándonos en nuestras observaciones de estas maravillas naturales cotidianas, el poeta James McAuley nos conduce hacia un estado meditativo, como de trance, donde somos testigos del nacimiento de la luz”.[6]
(Click on the image to download the full score)
Lo que refleja este tierno poema interiormente es el mundo que Matthew evoca en su versión musical. Las voces graves consiguen una pulsación casi de trance, suave y rítmico, con las voces agudas proporcionando frases legatos en armonía estrecha, casi como un bordón en la manera que se extienden por toda la partitura.
La naturaleza de estas dos piezas refleja algunos aspectos bastante conscientes del lenguaje musical australiano, que Peter Sculthorpe explica por la relación entre música y lugar. Para Peter (y una vez percibido, quizá adoptado conscientemente por otros compositores que le siguen) las líneas melódicas en la música australiana frecuentemente carecen de urgencia y dirección, abarcando una extensión musical limitada, reflejando la inmensa llanura y la expansión abierta del paisaje australiano. Esto puede parecer una conexión bastante ingenua y literal entre la música y su entorno, pero para Sculthorpe es absolutamente intencional. Peter cree (citado por David Matthews) “que Australia es pre-eminentemente una cultura visual, dominada por su paisaje. Así que, de forma más característica, la música australiana responde ante el paisaje”.[7] La armonía también resulta algo estática al restar a la música el sentido fuerte de propulsión y urgencia que un fuerte ritmo armónico suele proporcionar.
Un tercer ejemplo del contraste entre la música litúrgica australiana reciente y la de otras tradiciones se halla en el We Welcome Summer de Clare Maclean (Morton Music), una versión musical para el texto homónimo de otro poeta icónico australiano, Michael Leunig.
We welcome summer and the glorious blessing of light.
We are rich with light, we are loved by the sun.
Let us empty our hearts into the brilliance.
Let us pour our darkness into the glorious forgiving light.
For this loving abundance let us give thanks and offer our joy. Amen.
(Damos la bienvenida al verano y a la gloriosa bendición de la luz.
La luz es nuestra riqueza, el sol nos ama.
Vaciemos nuestros corazones hacia la brillantez.
Derramemos nuestra oscuridad dentro de la gloriosa luz que perdona.
Por esta amorosa abundancia demos gracias y ofrezcamos nuestra alegría. Amen.)
Por un habitante del hemisferio sur este texto ofrece nuevos imágenes teológicos que no se encuentran en la música litúrgica tradicional. Es por que el calendario litúrgico está conjuntado tan exactamente con las estaciones de la naturaleza.. En Australia un texto tan repleto de imágenes de luz y de sol brillante sustituye a los imágenes más tradicionales de la luz de las estrellas en las temporadas de Adviento y de la Epifanía ya que Navidad cae en pleno verano “allá abajo”
El paisaje australiano está caracterizado por una particular cualidad de la luz, lo que representa otro imagen empleado por compositores además de una metáfora de mucho que se halla en la doctrina cristiana. Clare Maclean, en su versión musical para el texto, crea una preciosa luminosidad que une música y texto al hogar adoptivo de Clare, nacida en Nueva Zelanda.
En estos ejemplos los textos proporcionan un punto de partida excelente para el lenguaje musical de la composición. Pero las misas de Ross Edwards and Clare Maclean demuestran que los compositores australianos emplean con frecuencia un lenguaje musical que se puede tildar de australiano incluso cuando se usan los textossagrados tradicionales.
Como señalamos arriba Peter Sculthorpe ha identificado que la conexión entre la música y el paisaje está particularmente fuerte en Australia. Si existe esta conexión visual y literal entre paisaje y música en Australia, existe también entre paisaje y teología en toda tradición. La iglesia ha siempre adoptado imágenes del paisaje y del mundo natural para explorar ideas relacionados con lo espiritual. En la música litúrgica australiana el uso tanto de imágenes visuales y de conexiones literales se refuerzan de una forma maravillosa e única .
Peter Sculthorpe, Matthew Orlovich y Clare Maclean son unos pocos de entre los compositores que están produciendo música litúrgica interesante en Australia. Animamos al lector para que conozca las producciones de Brenton Broadstock, Nigel Butterly, Ross Edwards, Moya Henderson, Stephen Leek, Paul Stanhope, Joseph Twist, y muchos otros cuya música merece ser conocida y escuchada mucho más de que lo es hoy.
Los ejemplos musicales de Morning Song of the Christ Child, Nativity y We Welcome Summer se pueden encontrar en YouTube y iTunes. El Australian Music Center constituye una forma excelente de conocer la música de los compositores australianos.
[1] Clark, Manning (1962) A History of Australia, version abreviada deMichael Cathcart. Melbourne: Melbourne University Press
[2] Gascoigne, John. The Enlightenment and the Origins of European Australia. Cambridge: Cambridge University Press, 2003
[3] En 2001 el 8.8% de la poblacion asistía a los oficios religiosos con regularidad (Australian National Census) comparado con el 43% en EE UU( Datos del Bara Research Group para 2004)
[4] Jeffrey Richards Imperialism and Music citado en Banfield, S. (2007). Towards a History of Music in the British Empire: Three Export Studies. K. Darian-Smith, P. Grimshaw, & S. Macintyre (Eds), Britishness Abroad: Transitional Movements and Imperial Cultures. Melbourne, Australia: Melbourne University Press
[5] Roger Covell citado en Skinner, Graeme. Peter Sculthorpe: The Making of an Australian Composer. Sydney: UNSW Press, 2007
[6] Preface to the unpublished score
[7] Matthews, D. (1989). Peter Sculthorpe at 60. Tempo, 170, 12. Retrieved from http://goo.gl/iUuhJ
Graeme Morton es actualmente Choral Conducting Fellow en la Universidad de Queensland, y también Director de Música Coral en la St John’s Anglican Cathedral de Brisbane, Australia. Además dirige el ‘Brisbane Chamber Choir’. A lo largo de tres décadas dirigió el ‘St Peters Chorale’, un coro que marcó un antes y después en las interpretaciones de los coros de institutos de enseñanza secundaria en Australia. Graeme ha siempre apoyado la música contemporánea coral australiana y junto con su amigo y colega Stephen Leek, fue co-fundador de los Australian Voices. Ha proporcionado encargos para muchos compositores australianos y varias de esas obras se han convertido en obras corales australianas clásicas. Email: gmorton1@optusnet.com.au
Traducido por Helen Baines Clayworth, Spain.