A propósito de la tercera edición del Concurso Internacional de Canto Coral de Asia y el Pacífico, del 8 al 18 de Octubre de 2013 en Manado, norte de la isla Sulawesi (Célebes), Indonesia: Un concurso marcado por la diversidad de intercambios culturales y con un atractivo cada vez mayor para prácticas corales de calidad.
Por Henri Pompidor, director de coro y profesor
Del 8 al 18 de octubre de 2013, tuvo lugar en Manado (Indonesia) la tercera edición del Concurso Internacional de Canto Coral Asia-Pacífico (Asia Pacific Choir Games 2013). Esta manifestación, organizada por la organización internacional de canto coral Interkultur, estuvo articulada en tres competiciones: una competición local del 8 al 10 de octubre para los coros de la región de Manado (Local Competition) y, a partir del 12 de octubre, otras dos competiciones de carácter internacional para coros venidos de todas las regiones de Indonesia y de otros países de Asia y el Pacífico (Open competition y Champion Competition). Una vez más, fue un gran momento lleno de entusiasmo y de intercambios de amistad, pero también de competición. El nivel de los coros escuchados demuestra el atractivo cada vez mayor de esta disciplina y la calidad del trabajo de conjunto realizado en la región.
El país huésped, Indonesia, destacó enseguida por su gran participación en los tres niveles de la competición. Así, más de un centenar de coros indonesios participaron en las diferentes pruebas selectivas, consiguiendo un gran número de premios. Podemos citar como ejemplo el Manado Poltekkes Choir, el Jorih Jerah Choir, el Getsemani Sakobar Choir así como El-Manibang Youth Choir, el Mansinam Choir, el Maluku Choir o también el Iyakoko Patea Choir. La ciudad de Manado y la región norte de la Sulawesi no habían sido escogidas sin más ni más por los organizadores de Interkultur. En efecto, la actividad coral está fuertemente enraizada en su tradición musical. El canto ocupa un lugar importante en el día a día de los habitantes de esta región y los coros son muy numerosos en los centros urbanos. El gran entusiasmo por el arte polifónico viene probablemente de una práctica religiosa intensa en el seno de las numerosas comunidades cristianas. No hay una iglesia, no existe un templo que no haya formado un grupo vocal, un coro susceptible de participar en estos torneos musicales. Si bien es cierto que, algunas veces, los programas presentados sobrepasaban las capacidades vocales de algunos coros, no faltó nunca una seria preparación. Indonesia se alinea así con Filipinas en su ambición de “gran” país del canto coral regional. Con unos cantores aficionados y el profesionalismo de los directores de los coros presentes, se confirmará en los próximos años el lugar de este país en los grandes concursos internacionales.
La segunda enseñanza de estas jornadas competitivas está relacionada con la mejora de la calidad general de las actividades corales en numerosos países de Asia: si algunos países como China o Corea del Sur confirman su dominio del canto coral, otros países, principalmente los del sudeste asiático, mejoran cualitativamente en su práctica coral. Estos últimos países enriquecen a través de su propia cultura las múltiples formas del canto coral. Citamos a Tailandia, que continúa desde hace varios años realizando un extenso trabajo de investigación para la mejora de las técnicas vocales y la introducción de sus tradiciones musicales en el canto colectivo. Malasia afirma igualmente sus propias cualidades a través de la diversificación de su repertorio y de sus prácticas corales. Por su parte, Filipinas presenta siempre grupos corales de una gran calidad (citamos como ejemplo el SLU Glee Club). Resulta también interesante la aparición de algunos países hasta ahora ausentes de los concursos. India y Sri Lanka han sabido distinguirse con un programa musical original compuesto de partituras vocales danzadas, principalmente en la categoría “folklore”.
Además, en esto consiste la esencia misma de estos concursos internacionales. Antes que nada, deben permitir una enriquecedora confrontación cultural y musical en el campo coral. Cada coro escogió previamente varias partituras corales para presentarlas en una de las veinte categorías del concurso con la finalidad de demostrar sus cualidades intrínsecas (color, equilibrio, carácter, potencia, dinámicas y matices). En cada país, el canto coral se difunde realmente según sus propios canales, a través de la multiplicidad de lenguas, de las técnicas vocales allí utilizadas y de las adaptaciones culturales requeridas en las diferentes categorías de los repertorios polifónicos (clásico, jazz o folklore). Cada una de las competiciones permite de esta manera una verdadera confrontación de experiencias musicales. El canto coral, expresado como un verdadero lenguaje universal, conduce así a cada grupo a ampliar su escucha y a manifestar un mayor interés por otras prácticas corales presentes en el seno de las diferentes competiciones.
El lenguaje coral posee un rico vocabulario que se aprecia según el número de voces, de su color y de su intensidad. Por lo tanto, cada director debe definir un equilibrio y un volumen sonoro adaptados a las partituras propuestas y a sus alternativas de interpretación. El desafío para numerosas formaciones está en encontrar un repertorio que se adapte a sus propias cualidades. Muchas veces las piezas escogidas eran demasiado difíciles o estaban mal adaptadas. En otros casos y en algunas partituras, los textos y la música no parecían siempre hacer “buenas migas”. Los concursos corales no se reducen solo a un enfrentamiento técnico, sino más bien al aporte estético de una interpretación siempre razonada. Además, las partituras que sobrepasan las capacidades técnicas de los intérpretes no suelen ser las más seductoras. Por ello, es preferible que el director del coro escoja partituras musicales sin pretensiones, susceptibles de una bella ejecución capaz de conseguir la aceptación de todos los miembros del jurado. La dificultad debe estar siempre adaptada a la experiencia y a la capacidad del coro. Existen gran cantidad de partituras vocales que presentan diversidad de estilos, colores y lenguas, y que pueden poner en valor el sentido artístico de cada uno, sea cual sea su origen y su experiencia.
Los miembros del jurado apreciaron por tanto a aquellas formaciones que habían construido razonablemente sus programas en función de las capacidades técnicas y de las cualidades expresivas de sus conjuntos. La homogeneidad de las voces, la calidad vocal y el equilibrio de las cuerdas han sido siempre valorados. En próximos concursos, los directores deben tener mucho cuidado con el tema de la afinación, ya que la entonación y el color vocal son elementos esenciales de la calidad de un coro. También deben estar atentos a un verdadero equilibrio de las voces dentro de su grupo y a la intervención de solistas en el momento oportuno. En fin, deben escoger cuidadosamente los tempos y los contrastes de matices (principalmente dando valor a la presencia de los piano y pianissimo), y regular con precisión sus gestos. La mayoría de los coros vencedores, incluso los de la fase final de los coros campeones, han conseguido ganar la apuesta de equilibrar sus programas, de hacerlos interesantes por una progresión de las dificultades y un verdadero sentido de la interpretación. Este fue precisamente el caso de los dos grandes campeones, el SLU Glee Club de Filipinas y el Iyakoko Patea Choir, de Indonesia-Nueva Guinea, a los que conviene felicitar desde aquí.
En resumen, este tercera competición para Asia y el Pacifico ha participado de la progresión a nivel internacional del canto coral. Sobre todo, nos ha mostrado la gran diversidad de prácticas vocales en el seno de los países de Asia y el Pacifico. Nos ha permitido comprender mejor el encuentro entre las diferentes culturas. El canto coral transmite las características culturales de cada país y traduce, a través de una realidad sonora especifica, los lazos del individuo con la sociedad y con los grupos sociales a los que pertenece. Favorece así el necesario respeto por las diferencias culturales. Las próximas competiciones, principalmente las que organiza Interkultur en Julio de 2014 en Riga (Letonia) en el transcurso de la octava competición mundial de canto coral (8th World Choir Games) -ver www.interkultur.com- deberían permitir ver el buen resultado de todos estos esfuerzos en materia de canto coral. No dudamos que los países de Asia y el Pacifico se distinguirán por su ejemplo y obtendrán excelentes resultados en las principales competiciones propuestas.
Originario del sur de Francia, Henri Pompidor estudió música y canto coral en el Conservatorio Nacional de la Región de Toulouse. Tras conseguir su Diploma de Estado (D.E.) en Dirección coral, se incorporó a partir de 1987 al Instituto de Música y Musicología de la Universidad de Paris Sorbonne (Paris IV) donde alcanzó su Diploma de Estudios Superiores (D.E.A) y el Doctorado. Después de haber ocupado varios puestos de director de coro en Europa (Francia, Grecia), es nombrado en el año 2004 Director del departamento de canto y de canto coral en el Conservatorio de Música de Rangsit (Tailandia), antes de alcanzar, un año más tarde, la Facultad de Música de la Universidad de Mahidol. Allí ejercerá, durante varios años, las funciones de profesor de canto coral, de director de los coros de la Universidad y de director permanente de los coros de la Orquesta Filarmónica de Tailandia T.P.O). Miembro de la Sociedad francesa de directores de coro, Henri Pompidor enseña hoy en día canto coral y dirección de coros en el Conservatorio de Paris Charles Munch (Distrito 11). Además, es director musical del coro del Conservatorio. Consagra igualmente su actividad a la enseñanza del canto coral a nivel internacional, a través de numerosos conciertos y clases maestras en diversos países del mundo (China, Corea del Sur, España, Indonesia, Japón, Malasia, Taiwan, Vietnam….) Como miembro del Jurado, es invitado regularmente a tomar parte en festivales y concursos internacionales en Europa y el extranjero (F.I.M.C., A.C.J., Interkultur…). Correo electrónico: henripompidor@hotmail.com
Traducido del francés por Juan de Izeta, España
Revisado por Carmen Torrijos, España