Suzana Turku, directora coral y Viceministra para la Cultura y el Turismo de la República de Albania
La cultura musical albanesa es tan antigua como los albaneses que habitaron la península de los Balcanes y que se dieron a conocer con el nombre de Pellazgë. Una parte importante de su cultura es el arte del canto coral.
El canto coral grupal en nuestro país, además de ser parte de nuestro folklore, es decir, que posee un valor patrimonial y folklórico inmaterial, es también considerado de gran valor dentro de la cultura artística promovida por los albaneses a lo largo de su historia. El canto folklórico a capella, conocido también como iso-polifonía y transmitido a nosotros a lo largo de los siglos, es hoy internacionalmente famoso y reconocido particularmente por su gran valor: la UNESCO lo honró al incluirlo en la categoría Obras Maestras de la Herencia Oral e Intangible de la Humanidad.
Además de formar parte de nuestra herencia inmaterial, el canto a capella todavía vitaliza la vida musical de nuestro país. La iso-polifonía es ampliamente practicada todavía por los habitantes de los territorios meridionales y se basa en dos dialectos: Lab y Tosk, cada uno con un estilo y particularidades diferentes.
El canto coral iso-polifónico ha influido y orientado el arte coral oriental con numerosas conexiones entre ellos. Además del canto grupal folklórico tradicional, el canto coral también se ha desarrollado considerablemente en nuestro país.
Justo en el primer siglo de nuestra era, cuando la música estaba influida por la religión cristiana, existieron varios compositores como Nikete Dardani (340-414), nacido en Dardania, que compuso varias obras sacras. Su obra maestra es un Te Deum, que sirve aún de testimonio genuino de la larga tradición del canto coral en Albania. Nikete Dardano siempre es recordado el 7 de enero de acuerdo con el calendario católico.
Durante el período bizantino, el célebre Jan Kukuzeli fue un verdadero talento musical, uno de los grandes reformadores de la música bizantina, por lo que fue designado al frente de la Capilla Imperial de Constantinopla. Durante su peregrinaje al monte Athos en Grecia, creó varias obras vocales religiosas como El salmo bíblico (Nº117), La canción del querubín, El gran Papadik Iso y muchas otras. También creó el muy importante e innovador sistema teórico Kukuzeli, que influyó en la creación del alfabeto musical bizantino.
Jan Kukuzeli compuso numerosas obras religiosas que influyeron en la calidad artística de la música y mejoraron el arte del canto. Debido a la longevidad y a los valores de dos de sus piezas –La dedicación a los profetas y La última cena- el musicólogo italiano Giuseppe Ferrari, en su libro Albania y la música litúrgica bizantina (Palermo, 1979), escribió lo siguiente: “…estas dos obras pueden escucharse no sólo en los monasterios griegos sino también en las grandes catedrales. En la Catedral de Contanstinopla me gratificó escuchar las obras de Kukuzeli y pensé en Durres y Kukuzeli, orgullosos de ser albaneses…”
No existen datos que demuestren grandes desarrollos en la cultura musical albanesa del período posterior a Kukuzeli, pero entre los siglos XIV y XVI encontramos varias canciones compuestas por albaneses que vivieron en el territorio italiano durante la invasión otomana, particularmente la música coral sacra de Gjergj Danush Lapacja con su obra Antifonarit compuesta en 1532, que es preservada en la Diócesis de Monopoli en Italia.
Aun en la época del clasicismo y romanticismo musical, numerosos albaneses compusieron música coral mientras vivían en el extranjero. Vale la pena destacar especialmente a Mesha y Oratori, de Luigi Albanesi (1821-1897) o el Ave Maria Coleorum de Mihovil Mijo Qurkoviq (1852-1936), un compositor que vivió en Croacia, y muchos otros.
Por lo tanto, podemos ver que el canto coral de Albania posee una larga historia de progreso y tradición, pero es muy difícil en algunos casos encontrar documentación científica que brinde testimonio sobre ello, debido a los 500 años de ocupación otomana con sus subsecuentes problemas políticos.
A pesar de todos los obstáculos e interrupciones de esta tradición durante varios períodos de la historia política de Albania, el arte del canto coral es tan antiguo como los mismos albaneses, que lo interpretan sobre todo en las iglesias. Durante todas estas épocas, la creatividad coral se concentraba totalmente en, y era ejecutada exclusivamente en conexión con, la vida religiosa.
Fue el renacimiento albanés en los siglos XIX y XX que, a pesar de la movilización contra la ocupación, dio también una nueva inspiración y orientación a la música tradicional siguiendo el ejemplo de otros países europeos. Por esta razón, se volvió muy popular un nuevo método de abordar la música coral secular, no sólo en iglesias sino en otros espacios públicos enfatizando la guerra de liberación y los valores patrióticos. El arte del canto coral se caracterizó por temas heroicos y patrióticos utilizados para promover las ideas del iluminismo albanés durante el período de liberación del Renacimiento albanés en los siglos XIX y XX.
La música albanesa atravesó por numerosos períodos, el primero de los cuales es representado por el período del Renacimiento Albanés hasta la Declaración de la Independencia (1912), cuando la música coral siguió los pasos de otra música patriótica balcánica. Mientras tanto se organizaron los primeros coros en conjunto con organizaciones culturales y patrióticas a principios del siglo XX.
Entre los compositores más importantes de esa época están Palokë Kurti, Frano Ndoja, Thanas Floqi y muchos otros quienes, además de componer música orquestal, crearon un gran número de canciones corales y folklóricas. Las canciones corales, inspiradas en motivos democráticos y patrióticos, se difundieron en todo el país, volviéndose cada vez más populares y apreciadas que otros tipos de música. La inventiva coral durante esta fase se distingue por una gran creatividad de canciones con motivos patrióticos, el tema nacional principal antes de la Declaración de la Independencia en 1912.
Los textos de las canciones corales de esta época se inspiran mayormente en la heroica lucha que emprendieron los albaneses contra la ocupación. Entre ellas figuran Valientes soldados, Por la madre patria, Nosotros los muchachos, Mi honor me llama, Extrañando la madre patria e Hijos de Skanderbeg, que todavía forman parte del repertorio contemporáneo de la música coral albanesa. Muchos autores de los textos de estas canciones como Mihal Grameno, Asdreni (Aleksander Stavre Drenova), Pashko Vasa, Hil Mosi y otros, fueron al mismo tiempo líderes del movimiento independentista nacional.
El segundo período es representado por el progreso musical que tuvo lugar en Albania luego de la Proclamación de la Independencia y se extiende de 1912 a 1944.
Este fue el período en el que los aspectos profesionales y dinámicos de la música albanesa se desarrollaron hasta su punto máximo. Las organizaciones patrióticas y culturales que se formaron durante el Renacimiento Albanés continuaron trabajando en la expansión y el desarrollo de la música coral en todo el país. En poco tiempo se abrieron centros culturales en muchas ciudades, como Korçë, Shkodër, Gjirokastër, Elbasan, Vlorë, Durrës y Berat. Sus actividades vitalizaron la vida artística de las principales ciudades de Albania y dieron un nuevo enfoque al canto coral.
Durante este período, la creatividad coral se inspiró en temas patrióticos en todos los aspectos de su armonía y arreglos. Los compositores más conocidos de ese tiempo fueron Lec Kurti, Thoma Nasi, Martin Gjoka, Fan Noli y Kristo Kono, quienes compusieron muchas canciones tradicionales religiosas y seculares. Los coros se volvieron cada vez más profesionales y atractivos. La principal razón del progreso subyacente fue la participación y ayuda de numerosos compositores que estudiaron en Occidente.
La agrupación vocal más importante de ese período fue “Lira”, coro fundado en la ciudad de Korçë en 1920 bajo la dirección del compositor Thoma Nasi, quien estudió composición en los Estados Unidos. Fue dirigido posteriormente por el cantante Mihal Ciko y el compositor Kristo Kono, quienes estudiaron en Italia. Algunas de sus mejoras obras son Vlora-Vlora y Hymni i Vatres, compuestas por Nasi, Çu ngrit lulja në mëngjes y Zoge ku më je rritur por Kono. Posteriormente, el compositor Kristo Kono proporcionó importantes ejemplos de la perspectiva del canto coral en obras como Rapsodia coral albanesa Nº1 y Rapsodia coral albanesa Nº2, compuestas en 1938 y 1939 respectivamente.
El coro Lira se separó en 1939, cuando Albania fue ocupada por tropas italianas y se volvió a unir justo después del fin de la guerra. En 1932 se creó también un coro femenino en la escuela “Reina Madre” en Tirana bajo la dirección de la cantante Jorgjia Filce (Truja), que había estudiado en Italia. En el repertorio del coro se incluyeron muchas obras de compositores europeos del momento además de piezas albanesas. También participó en varias obras teatrales entre 1930-1940.
La labor de los coros eclesiásticos tales como la Scuola Cantorum de Shkodër o los coros de Shën Thanasi, Shën Gjergji y Shën Ilia de Korçë fue notable en aquella época.
La Scuola Cantorum fue fundada en la Catedral Shkodra por iniciativa del cardenal y compositor, padre Mikel Koliqi en 1932; en su monografía sobre Mikel Koliqi, Sinfonía de una vida, el profesor Gjon Simoni escribe: “…en un puesto de honor dentro del repertorio coral están las obras compuestas por el cardenal Mikel Koliqi con temas religiosos como Viri Galilei, Confirmat hoc Deuc, Cor Jesu, Sacerdotes Domini y Ecce Sacerdos; desafortunadamente sus trabajos nunca fueron hallados…”
La tradición coral de Shkodër ha sido aclamada desde el siglo XIX. Sin embargo, la Scuola Cantorum es considerada una parte especialmente emblemática. Se debe atribuir un papel muy importante a la Iglesia Católica de Albania. Bajo la dirección del cardenal Koliqi, el coro se convirtió en un espacio donde una generación entera de músicos crecieron y se volvieron célebres: Jakova, Zadeja, Harapi, Daija, Gjoni, por nombrar a unos pocos.
Incluso durante la Segunda Guerra Mundial existieron otros coros como el Coro de la Iglesia Ortodoxa, fundado en Tirana por iniciativa del Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Independiente de Albania, Visarion Xhuvani, en 1942. Desde su fundación hasta 1945, el coro fue conducido por la célebre soprano Jorgjia Filce. Ella asumió varias iniciativas con los alumnos de la Escuela “Reina Madre” y la Escuela Técnica de Tirana. El coro mantuvo su tradición de música eclesiástica incluso en otras ciudades como Durrës y Elbasan. Después de 1945, el coro estuvo liderado por Kontandin Trako, quien se formó como director coral en Bucarest, Rumania. Bajo su influencia, la calidad interpretativa y el repertorio del coro mejoraron.
Además, se creó también el coro masculino durante la Segunda Guerra Mundial en el Centro Radial de Tirana, encabezado por el cantor Mihal Ciko hasta 1947 cuando fue absorbido por el Coro Filarmónico Albanés. La agrupación trabajó muy duro en la interpretación y armonización de la música coral tradicional para voces masculinas. Se crearon otros coros durante la Segunda Guerra Mundial como el Coro Juvenil Anti-fascista formado en Tirana en 1944, liderado por K. Trako, o el que fue dirigido por Gaqo Avrazi, el cual, luego del fin de la guerra, se convirtió en el Coro Artístico Militar Popular.
Las canciones creadas durante la Guerra se conocían como Canciones Partisanas. Fueron inspiradas en otras canciones revolucionarias del mundo, sobre todo de los Balcanes. También fueron influenciadas por canciones patrióticas durante el Renacimiento Nacional, canciones de ciudad y otras, y muestran una estrecha conexión con canciones folklóricas que siguen la métrica musical albanesa tradicional de 7/8, 5/8, 4+5/8 etc.
Las inspiradoras canciones partisanas eran muy populares por su espíritu movilizador y valiente. Marsh Partizan, Malet me blerim mbuluar, Partizani n’luft po shkonte, Shqiponjat Partizane son las más conocidas aun hoy día. Entre los compositores más célebres de canciones partisanas se encuentran Dhora Leka, Kristo Kono, Konstandin Trako, Sofokli Paparisto y Mustafa Krantja.
El tercer período cubre todo el progreso musical entre el final de la Segunda Guerra Mundial y 1960. Al principio de este período la música albanesa se desarrolló enormemente. Se abrieron muchas instituciones musicales profesionales, entre ellas instituciones corales. Además empezó a funcionar la primera escuela de música de Albania. En años posteriores, ésta haría una gran contribución a la preparación de compositores. Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo la presión de la ideología comunista, se fomentaba a la música coral para dar apoyo a la propaganda nacional comunista.
Durante esta fase se crearon muchos coros, como el Ensamble Artístico Militar Popular (1945), el Coro Filarmónico Estatal (1947), que se volvió parte del Teatro de Ópera y Ballet (1953), el Ensamble Estatal de Arte Folklórico y Danza (1957) y la primera escuela de música, Jordan Misja (1946). Siguiendo su ejemplo, otros coros se organizaron en todo el país, próximos a otros centros culturales y se convirtieron en un elemento muy importante en la vida cultural de Albania.
Además del canto coral folklórico, aparecieron otras variantes musicales tales como la cantata, la suite vocal, rapsodia vocal, poema vocal, oratorio y numerosas obras teatrales como la ópera donde el coro juega un papel fundamental.
Las obras corales más famosas de la época son los poemas sinfónico-vocales como Borova y Labëria de K.Kono y Dasma Shqiptare de K.Trako, interpretadas por el Coro Filarmónico Estatal. Aparte del repertorio musical nacional, hubo un enorme interés en compositores internacionales, y los coros albaneses empezaron también a presentarse en otros países como la Unión Soviética, China, Corea del Norte, Vietnam y otros.
La calidad interpretativa del coro profesional creció constantemente a través de cursos y escuelas artísticos. La calidad de la creatividad coral estaba alcanzando un nivel muy alto gracias a compositores que estudiaron en el extranjero como Kono, Trako, Jakova y Dhora Leka, Cesk Zadeja, Tish Daija, Simon Gjoni y otros, quienes estudiaron en escuelas de música occidentales. Todas estas figuras dieron su aporte en la mejora y modernización de la música coral de Albania.
El cuarto período se extiende de 1960 a 1990. Durante este período, la música albanesa alcanzó el nivel de una cultura totalmente desarrollada con su propia calidad e identidad nacional. Calificados coros intensificaron sus actividades y su capacidad creativa en todo el país. Todo esto fue posible gracias a la creación de nuevos centros educativos de música, la inauguración del primer Conservatorio de música (1962), la posibilidad de tener al alcance información musical profesional del extranjero y mejor organización de los eventos, etc.
Muchos compositores, directores y cantantes que estudiaron en la escuela de música de Albania proporcionaron verdadera prosperidad a una buena parte del opus de la tradición coral nacional. Durante este período se perciben una nueva afluencia de creatividad musical y una nueva dimensión en la organización de eventos. Los directores se concentraron más en la música sobre el escenario y en la creatividad vocal en las presentaciones.
La primera ópera albanesa, Mrika, compuesta por Prenkë Jakova, fue seguida por muchos otros artistas que incluyen a Kono, Grimci, Nova, Gaci, Harapi, Mula, Kapidani, Zoraqi y otros. El tema principal sigue siendo la resistencia albanesa contra la ocupación a través de las épocas. Estas óperas evocan a menudo el personaje de Skanderberg y la resistencia anti-fascista del pueblo albanés durante la Segunda Guerra Mundial. Una visión general de la ópera albanesa de ese período muestra la predominancia de escenas grandilocuentes en que el papel del coro fue particularmente importante.
Las más exitosas son Skënderbeu de P. Jakova, Lulja e Kujtimit de K. Kono, Zgjimi de T. Harapi y Komisari de N. Zoraqi.
Incluso se desarrolló con distinción el gran concierto coral, por ejemplo: Kënga e maleve, la suite vocal Vullnetarët, Poema e Dritë de T. Harapi, la cantata Komisari de F. Ibrahimi, el oratorio Partizani de T. Hoshafi, poemas corales como Përse mendohen këto mali y Shqiponjat fluturojnë lartë de T. Daia.
Junto con las canciones corales teatrales y de concierto, se volvió popular la armonización de canciones folklóricas, a las que muchos compositores como Cesk Zadeja, Tonin Harapi y Milto Vako dieron su contribución con muchas obras tales como Shkon djali termal, Kur me zbret nga Voskopoja y Kurvelesh zemra ime de C.Zadeja y Pranvera filloi me ardhe de Harapi.
El período de 1960 a 1990 fue muy próspero con actividades culturales en todo el país. A partir de 1967, se organizó el “Concierto de Mayo” en Tirana donde participaron los coros infantiles de numerosas escuelas de música del país junto con coros profesionales. El cuarto período trajo la perfección técnica en el canto y en cualidades vocales.
Hasta 1967 los coros de las Iglesia ortodoxa y católica continuaron sus actividades corales. Posteriormente, la dictadura comunista prohibió la presentación de rituales religiosos y con el cierre y destrucción de todos los edificios religiosos, los coros fueron igualmente suprimidos. A pesar del progreso que había logrado la música coral a lo largo de los años, apenas podía permanecer intacta a causa de la propaganda e ideología comunistas.
El quinto período comienza en 1990 hasta el presente, un período que cubre la caída de la dictadura y la restauración de la democracia.
Luego de 23 años de silencio, la música coral regresó a las iglesias ortodoxas y católicas bajo el liderazgo de personalidades como Gjon Simoni, Gjon Kapedani, Milto Vako y Zef Coba, con numerosas obras de alta calidad como Deus in adiutorium intende, Requiem de Harapi, De Profundis, Ave Maria y Stabat Mater de GJ. Simoni y otras obras no religiosas como Rini më e bukur se Pranvera (Cantata para coros mixtos) 10 Kenge për kor mikst, Dremit liqeni, Requiem për humbjen e ëngjëjve de F. Ibrahimi, Gaudeamus, Lutjet e Nënë Terezë y Lotet e Planetit de A. Peci.
También se crearon otros coros en este período: Kori i vajzave të AA (1992) encabezado por M. Vako, Pax Dei (1993) y Engjejt e vegjel (2001) liderado por S. Turku, Rozafa Expression encabezado por Z. Coba y la continuación del coro Lira en Korça, dirigido por J. Nano.
Los coros albaneses iniciaron sus actividades internacionales durante este período. El coro de cámara Pax Dei, que yo misma dirigí, participó en más de 50 actividades nacionales e internacionales en países como Italia, Suiza, Francia, Alemania, Israel, Chipre y Grecia, entre otros, durante el período 1994 – 2000.
El coro Rozafa Expression y el coro Lira también participaron en estas actividades en Shkodër, Korçë, Durrës, Tirana y en Grecia, Montenegro, Italia y Macedonia. El arte del canto coral, a pesar de su comparativamente corta vida de apenas un poco más de un siglo, ha jugado un papel muy importante en la historia de la cultura musical de Albania. La música coral es bien conocida y apreciada en todo el país y mantiene un papel predominante sobre otros géneros musicales.
La canción y el canto han acompañado a los albaneses durante los siglos de su lucha por la libertad, independencia y prosperidad.
Además de ser parte del patrimonio nacional, el canto coral es también la mejor forma de expresar solidaridad y afecto mutuo y no sólo posee un valor cultural sino también un rol educativo para las nuevas generaciones.
En conclusión, deseo expresar a todos ustedes mi más sincero agradecimiento por su atención e interés en el canto coral tradicional de mi país. Gracias.
Traducido por Diana Ho, Venezuela
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina
Edited by Helen Baines Clayworth, Spain &
Gillian Forlivesi Heywood, Italy