Ildikó Ferenczi Ács, directora de coro y profesora
Como directora de coros, me toca a menudo ver a maestros dirigiendo sus coros. Cuando uno escucha a coros cantar o ve a directores dirigir, puede preguntarse: ¿por qué este coro es mejor que este otro, aún cuando el potencial de ambos es prácticamente el mismo?, ¿por qué el público disfruta más con una actuación que con otra? La respuesta suele estar escondida en la personalidad y la calificación del director. Las habilidades implicadas en una dirección exitosa son: el uso de los brazos y las manos para aclarar la música —el ritmo, el estilo, el carácter, la atmósfera y el fraseo—; el contacto visual y las expresiones faciales; y la precisión a la hora de marcar tiempos fuertes y débiles.
El uso de los brazos y las manos para aclarar la música
La formación de los directores de coros es un proceso muy complejo. Existen muchos libros y DVD sobre técnicas de dirección gracias a los cuales podemos comprender y aprender muchos movimientos y gestos de dirección.
Cuando tengo la oportunidad de evaluar el trabajo de los coros, ya sea en exámenes o
competiciones, siempre intento sentarme en la parte izquierda de la sala, para centrar mi atención en la mano izquierda de los directores. Muchos directores utilizan la mano izquierda para hacer movimientos en espejo con la mano derecha la mayor parte del tiempo. Esto quiere decir que la mayoría del tiempo no aportan un valor añadido a la música, sino más bien al contrario; con esos movimientos sólo consiguen una música carente de matices y, a veces, incluso apática. El principal motivo es que los directores no saben qué hacer con la mano izquierda.
El tamaño de los movimientos con los que se marca el ritmo depende de la pasión, el tempo y el carácter de la música. Si estos movimientos son invariables y siempre iguales hacen que la música sea estática y monótona y, en ocasiones, rompen el movimiento de la propia música. El pulso se torna audible.
Un director de coro debe saber que el coro cantará del modo en el que sea dirigido. En otras palabras, los cantantes harán tanto como su director espere de ellos y tanto como su director les enseñe.
Suelo decir a mis alumnos que el coro es el espejo del director.
Sentándome entre el público y viendo la espalda del director, siento y sé, gracias a sus gestos, cómo son sus expresiones faciales y su contacto visual con los cantores. Un observador puede
seguir y entender los eventos musicales, por un lado, fijándose en la mirada del cantante y, por otro, percibiendo el sonido. Es más emocionante escuchar las voces de los artistas sin verlos actuar (por ejemplo, cuando escuchamos un CD). La persona que escucha en estas condiciones puede sentir las circunstancias en las que se llevó a cabo la grabación, así como la atmósfera de la actuación. Uno puede tachar de “estéril” una grabación que sea demasiado metódica, ya que el sonido será perfecto, pero no tendrá vida –solo se puede disfrutar de la música cuando se pueden sentir y escuchar el carácter y la atmósfera.
La habilidad de escuchar la música internamente, el sentimiento y la expresión visual y musical –junto con la técnica de dirección– son las características que debe tener un director (o directora) de coro bien preparado y con una buena formación.
Un buen director es capaz de inspirar y motivar a los cantores y, además, es creativo.
Un director de coro tiene buenos conocimientos de teoría de la música, lectura de partituras, armonía, producción vocal, interpretación y enseñanza.
Además, conoce varios estilos musicales y, a menudo, es pianista acompañante.
Un buen director también es un buen cantante y conoce las reglas y la técnica para hacer que la interpretación vocal sea agradable para el oído.
Naturalmente, existen diversos libros sobre el canto y la formación coral. Sin embargo, la estrecha relación que une a la técnica vocal con la técnica de dirección no suele estar incluida en los planes de estudio de dirección coral. Tanto el tamaño y la fuerza de los movimientos con los que se marca el ritmo como el aplomo de la mano y los dedos determinan la calidad del sonido. Son muchos los factores que influyen en las diferentes maneras de marcar el ritmo, como el tamaño del coro, el número de voces, la estructura de la composición, el registro, el ritmo, el tempo, el significado de la letra, el mensaje de la pieza, las dinámicas, el texto, etc.
Los dos últimos parámetros son áreas especialmente importantes y delicadas dentro del trabajo del director de coro.
Las Dinámicas
Los principiantes, cuando están preparados, pueden llevar a cabo un trabajo coral y comenzar a ensayar con coros. Normalmente les dicen a los cantores cosas como “piano, piano” o “miren la partitura, hay un forte”. Con estas indicaciones, los cantantes no van a cantar con la intensidad suficiente o puede que incluso hagan un esfuerzo excesivo. Yo les digo a mis alumnos que deben explicarles a los cantantes “cómo” hay que hacerlo. Las palabras “piano” y “forte” solo son signos gráficos, símbolos que ayudan a explicar la concepción del compositor. Si una persona puede convertir la notación musical en verdadera música gracias a su oído interno quiere decir que él (o ella) siente la música, pero además debe saber explicar a los cantantes cómo debería sonar, cómo se crea ese sonido y cómo se interpreta esa música.
En el caso del símbolo piano, por ejemplo, un director de coro debe definir cómo se interpreta una melodía en “p”, o cómo tiene que sonar el piano. Cantar suave puede expresar una música afligida, triste e íntima, pero también puede transmitir miedo, alegría, amor, etc. Lo mismo ocurre con la “f”. Cantar fuerte puede transmitir entusiasmo, intensidad, energía –¿cómo explicarlo?–, puede significar cantar con furia, con pasión, con majestuosidad o con una expresividad exultante y alegre.
Por consiguiente, el buen director no le dice al coro qué es lo que tiene que verse en la notas, sino cómo expresarlo.
El Texto
Las obras corales suelen tener letra, y los elementos de esa letra son vocales y consonantes que suponen una parte muy importante de la sonoridad del texto. El texto de un buen poema ayuda a la buena producción vocal del cantante. Cuando elijas una obra, primero comprueba el texto –elige una buena prosa. La elección de un texto que suene bien ya supone la mitad del éxito. ¿Qué significa que “un texto que suene bien”? Quiere decir que la formación del texto facilita la pronunciación. Algunas de esas letras que “suenan bien” son las consonantes bilabiales (p, b y m), las labiodentales (v y f) y las alveolares (d, t, n, r, l, s y z). El resto de consonantes no ayudan a que la voz resuene en la parte delantera de la boca. Las vocales más completas son la i y la e, pero la a suena mejor (más intensa). Por consiguiente, un buen texto está formado por letras que se formen con el mismo sonido y en el mismo lugar de la cavidad bucal –generalmente en la parte delantera.
Un director debería saber cómo se crean los sonidos para pronunciar la letra de una melodía o una obra. Los tiempos deben marcarse de manera diferente en cada situación. Son cuatro los componentes que forman parte del movimiento: por ejemplo, existen muchas maneras de marcar el comienzo de una palabra/sílaba que empiece con una a (como aleluya) dependiendo del tempo, la dinámica y el significado del texto.
El “levare”: se trata de un importantísimo y breve gesto que los directores utilizan al comienzo de cada obra y cuando empiezan nuevas secciones dentro de la misma.
Este es el proceso para lograr un buen “levare”:
- colocarse frente al coro, concentrarse y alzar los brazos para dirigir
- esperar unos segundos hasta que todos los cantores y el acompañante o instrumentista(s) estén preparados para empezar –el director no debe hacer ningún movimiento y todo el mundo debe estar concentrado;
- llevar a cabo las 3 fases del levare:
- La fase de preparación: un movimiento ascendente del brazo justo antes del primer tiempo de la obra, es decir, un movimiento hacia arriba desde el punto de partida –es la parte más larga del tiempo, dura casi todo el proceso.
- Punto de inflexión: punto muerto justo antes de que el brazo comience a descender.
- El 1er tiempo, comienzo del compás: es el momento en el que comienzan a sonar las voces –es un proceso muy rápido.
El levare indica a los cantantes cuándo y cómo va a comenzar la música. El gesto debe realizarse con el carácter, la atmósfera, la dinámica y el tempo que le corresponden a la primera frase y que deben percibirse en la primera vocal o consonante de la obra.
Además, el levare permite que todos los integrantes del coro respiren y comiencen a cantar al mismo tiempo. Este movimiento está relacionado con la técnica vocal, la respiración y la fonación.
La formación vocal centrada en la postura y la respiración es una parte muy importante del canto coral, ya que ayuda a los cantantes a mejorar la pronunciación, la articulación y la calidad del timbre. Es importante que el director tenga una buena formación vocal. No basta con detectar el error o problema. No basta con decirle al cantor que algo está mal, que algo no está lo suficientemente bien o que no encaja con el estilo requerido. Un buen director debe saber explicar “cómo” se soluciona ese problema. Tanto las indicaciones para que el cantor sea consciente y pueda conseguir dicha solución como el conocimiento sobre el proceso elemental por parte del director son aspectos fundamentales.
La Respiración
Es importante saber que no es lo mismo respirar para vivir que respirar para cantar. Estas son las fases de la respiración para cantar:
- La inspiración o inhalación.
- La suspensión, muy importante para los cantantes.
- La exhalación controlada o fonación.
- La recuperación, que no es relevante para este tema.
(Fuente de la ilustración: http://www.johngull.co.uk/Anatomy%20of%20the%20voice.htm)
En la respiración cotidiana, las duración de la inhalación es prácticamente igual a la exhalación cotidianas (1:1). Sin embargo, en el proceso de respiración para cantar, la fase de inhalación es más rápida y la cantidad de aire inhalado es mayor que en la respiración natural y la fase de exhalación es más lenta y controlada. La duración está relacionada con la longitud y a intensidad de la melodía que ha de cantarse. Entre las fases de inspiración y espiración se da un breve periodo de preparación para la fonación. La fonación es el proceso en el que el aire sale de los pulmones a través de la tráquea haciendo que vibren las cuerdas vocales. Cuando se sincronizan los movimientos respiratorios con los movimientos de las cuerdas vocales se obtiene la fonación ideal. El cantante debe asimilar esta información y ponerla en práctica para desarrollar un mecanismo del que sea consciente.
Contracción: la exhalación y la fonación se dan en una sola fase, la tercera.
La cuarta fase, la de recuperación, se trata de un breve proceso en el que los músculos que intervienen en la respiración y la fonación se relajan.
Contextualización de las 3 primeras fases y su relación con el levare y el canto:
Fases |
1 |
2 |
3 |
Dirección |
Preparación |
Punto de inflexión |
Comienzo del compás |
Canto |
Inhalación |
Suspensión |
Exhalación-fonación |
La respiración no es importante exclusivamente al comienzo de la obra, es la base de toda la técnica vocal y es una parte esencial del canto coral.
Un director de coro debería saber dónde respira el coro –incluso cuando lo hace en el medio de algunas frases– y ayudar a los cantores para que lo hagan todos al mismo tiempo.
En la enseñanza de la técnica de dirección coral, el movimiento básico más importante es el levare. Un error frecuente entre los directores noveles es poner mucha energía en la parte fuerte del compás, cuando ya es demasiado tarde para que el coro reciba información anticipada. La preparación debe desarrollarse la parte anterior al comienzo de la primera nota. La información sobre este movimiento puede explicarla el profesor y puede encontrarse en libros; además, el propio movimiento puede practicarse frente a un espejo. Sin embargo, la manera más simple de comunicación, junto con el conocimiento de los factores fisiológicos, es la respiración. Es director debe respirar silenciosamente en la parte de preparación y siempre debe respirar a la vez que los cantores. De este modo, el movimiento será preciso, el sonido perfecto y el coro siempre seguirá al director.
Bibliografía:
-
Ferencziné Ács, Ildikó: Hangképzés az iskolában. Bessenyei György Könyvkiadó. Nyíregyháza, 1997.
- Lamb, Gordon: Choral Techniques. Online: http://cnx.org/content/col11191/1.1/
-
Párkai, István: A kórusvezénylés alapjai. Veszprém, 1994.
- Russell, Robert: Vocal Training in Chorus. A Presentation for the American Choral Directors Association, February 2003. Online: http://www.usm.maine.edu/music/choralvocaltraining/
Ildikó Ferenczi Ács estudió dirección coral y obtuvo el título de Doctor en Artes Liberales expedido por la Academia de Música Franz Liszt de Budapest. También estudió canto en el Conservatorio de Debrecen, que pertenece a la Academia de Música Franz Liszt. Desde 1989 es profesora de dirección coral y formadora de profesores de música en la Universidad de Nyíregyháza. Entre los años 1993 y 2010 fue directora del coro de la Universidad, el Gaudemus Choir. Actualmente es Directora del Departamento de Música y Decana de la Facultad de Artes de la Universidad. Correo electrónico: ferencziacsi@gmail.com
Traducido por María Zugazabeitia Fernández, España
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina
Edited by Gillian Forlivesi Heywood, Italy