Por Andrea Angelini, gerente editorial del BCI, director coral y compositor
Andrea Angelini (AA): Para un músico, es importante expresar su mundo interior. Él o ella debe aprender a canalizar su mundo interior cuando crea música, cuando interpreta una canción o cuando experimenta una vivencia personal. ¿Qué opinas de la inspiración y cómo es tu relación con la “musa”? En la práctica, ¿existe algo que te inspire de una manera especial?
Ko Matsushita (KM): Obviamente, creo que la composición musical no se basa únicamente en la inspiración, creo que la música se “compone” en base a metodologías de composición. Sin embargo, la vida del compositor se ve reflejada de manera tridimensional detrás o, en otras palabras, alrededor de la “composición” y esta sería la fuente de inspiración. También podemos afirmar que la técnica composicional depende mucho de la vida del compositor. Lo mismo se puede decir de los escritores, profesores, presidentes de compañías, etc. La música de un compositor, la novela de un escritor, las palabras de un docente a un alumno, a todos a quienes han pasado por vicisitudes les rodea la “realidad”. Esta “realidad” tiene por sí misma el poder de conmover a muchas personas.
Cuando desempeño el papel de director, siento que las “musas” me ofrecen muchas inspiraciones e ideas. Por otra parte, agradezco a Dios cada vez que la agonía y la pena envuelven mi vida y estas se convierten en una gran motivación para mi próxima composición. Como mencioné al principio, es posible que exista composición en una vida llena de felicidad y sin contratiempos. En la medida en la que el compositor posea un nivel técnico apropiado, es posible componer música. No obstante, lo que realmente define el valor de una pieza es la profundidad humana que rodea a la técnica.
Sin embargo, para complementar lo que estoy diciendo, añadiría que no existe ninguna persona con una “vida llena de felicidad”. Vivimos en una tierra que ha absorbido la sangre de la gente que ha muerto trágicamente en masacres y conflictos interminables.
¿Cómo intentamos vivir nosotros los compositores? Tenemos una vida más agobiante que cualquier otra persona. De lo contrario, no podríamos comprender los sentimientos de aquellos que se encuentran en dificultades. Gracias a una buena preparación para aguantar las penas, plasmamos una nota en una partitura en blanco.
AA: El arte del sonido, la expresividad de la voz, la intensidad del mensaje que deseas comunicar… ¿qué relación poseen con las letras?
KM: Creo que para componer una pieza que tenga texto, por ejemplo, vocal o coral, es necesario que el contenido esté en perfecta armonía con uno mismo. El papel del compositor es amplificar y facilitar la comunicación de los significados de una palabra en el texto, la emoción dentro de las palabras que el poeta desea expresar, como si fuera el amplificador o el altavoz de un sistema de audio.
Por lo tanto, trato de comunicar el significado de las palabras a través de mucha retórica. Aquí, es necesario tener en cuenta que un poema refleja los sentimientos “personales” de un poeta, plasmados a través de sus palabras. Cuando se plasma esto en una pieza coral, es posible que el poeta esté un poco confundido por el hecho de que hay muchos intérpretes. Normalmente, existen numerosas maneras de llegar a un poema y se disfruta individualmente, así que la historia termina ahí. Al convertirlo en una pieza coral, esta historia pasa a ser interpretada por muchas personas, se transforma de un gran número emociones y se presenta ante una audiencia multitudinaria, así que existe el riesgo de que se malinterprete el texto. Siempre tengo en mente el preservar el alma del poeta tanto como sea posible.
Cuando se toma un texto de la Biblia, aunque la redacción de esta puede provocar confusión, es un poco más sencillo, ya que el hecho de que la composición es un trabajo absuelto por Dios y colmado por el Espíritu Santo, me lleva psicológicamente a un estado de paz.
Dicho esto, cuando elijo un texto de un poeta determinado, casi siempre lo escojo personalmente. Elijo poemas con fe y un espíritu elevado, de modo que obtengo resultados satisfactorios en muchos casos.
AA: ¿Cuándo te diste cuenta de que tu vida estaba ligada a la música? ¿Hubo algún suceso en particular que te haya hecho sentir que necesitabas componer? ¿Qué puedes decir de tu formación y qué fue crucial para tu educación?
KM: Siendo joven recibí una formación intensa en piano y acústica, pero fue cuando estudiaba en la escuela secundaria cuando empecé a amar la música. Al conocer el mundo coral, me enamoré de nuevo de la música. La formación musical que había recibido hasta ese momento era de alto nivel, pero se centraba en la técnica y no la disfrutaba mucho. Sentía que lo hacía porque era mi obligación.
Cuando me uní al del instituto, experimenté la verdadera excelencia de la música. Entendí que había compañerismo dentro de la música. Lo que no podía hacerse individualmente, podía lograrse con los colegas. Esto lo aprendí en la escuela secundaria. Además, fue la primera vez que me di cuenta de que la música es una actividad mental. Además, otro de los encantos de la música coral es el poder interpretar numerosas piezas de un compositor de la misma época en que uno vive. Cuando recibía lecciones de piano, solo conocía a Bach, Mozart y Beethoven.
Mi instituto no era una institución musical, era una escuela municipal ordinaria, pero el conocer allí a un maestro de música fue lo que marcó mi vida musical. Sin su fuerte insistencia para que me uniera al coro no estaría donde estoy ahora. Aún estoy agradecido con este maestro desde el fondo de mi corazón.
AA: ¿Cuáles han sido tus mayores logros?
KM: He tenido numerosos logros bajo la guía de Dios. Que mi música sea interpretada por tantas personas sin importar fronteras, que mis coros ganen en tantos concursos, la lista sigue; pero hoy en día, siento una alegría que no había experimentado antes.
En 2015, tuve la oportunidad de crear un pequeño coro infantil en la ciudad donde vivo. Este ha sido mi más reciente gran logro.
Actualmente, cuenta con unos 30 integrantes de entre 4 y 15 años de edad. Ninguno posee experiencia previa en coros y aun es difícil lograr una armonía, pero es muy gratificante ver cómo se esfuerzan y me siento recompensado al oír sus pequeños progresos y mejoras en el canto.
Actualmente dedico todo el tiempo y esfuerzo que puedo a esta actividad, que es completamente voluntaria.
Mi sueño es que algún día todos vosotros, los lectores del BCI, podáis escucharlos cantar. Me gustaría pedirles cariosamente sus muestras de apoyo y que recen por nosotros.
AA: ¿A qué actividad le dedicas más tiempo, a la dirección o a la composición? ¿Por qué?
KM: Les dedico exactamente el mismo tiempo a la dirección y a la composición. La mayoría de las tardes de lunes a viernes y los fines de semana me los paso dirigiendo, el resto del tiempo lo dedico componer.
Bueno, me imagino que tengo una vida afortunada, porque me cuando la soledad se vuelve dura, puedo trabajar con mi coro y cuando las relaciones personales se vuelven complicadas, ¡puedo enfocarme en la composición!
AA: De entre todas tus obras, ¿existen algunas que te representen más a ti y a tu personalidad?
KM: Es una muy buena pregunta. Tengo cinco temas (categorías) cuando compongo. Uno, la música tradicional que usa la estructura de sonidos de Japón. Dos, la música religiosa católica. Tres, los estudios dirigidos a mejorar las habilidades de los coros y sus líderes. Cuatro, los arreglos de música pop y canciones escolares japonesas con la intención de crear una pieza de la que todos puedan disfrutar. Y cinco, la música coral original que no encaje en ninguna de las otras categorías, la cual puede ser a cappella, con acompañamiento de piano o con acompañamiento orquestal.
Mis canciones entran en cualquiera de las categorías anteriormente mencionadas y me representan a mí y a mi personalidad. Incluso en los arreglos, intento expresar mi mundo en ellos.
Actualmente, mis obras en latín son interpretadas con frecuencia alrededor del mundo. Me siento muy afortunado. Por otro lado, muchas de mis obras en japonés están publicadas por editoriales japonesas, así que me gustaría invitaros a leer las partituras y a escuchar sus interpretaciones.
AA: ¿En qué proyectos has participado?
KM: Como compositor, algunos de los proyectos más memorables son el World Sun Songs Festival de Riga (Letonia) en 2008 y mi exposición personal en Shenzhen (China) realizada en 2011.
El World Sun Songs Festival fue un enorme proyecto a escala nacional para estrenar al mismo tiempo y a nivel mundial las obras de 17 compositores. Yo presenté Jubilate Deo, una interpretación maravillosa del coro KAMER (Letonia). El estreno de mi pieza concluyó con gran éxito. Desde ese entonces, el coro ha interpretado generosamente esta pieza en numerosos eventos, tales como el Simposio Mundial de Música Coral, y hoy en día muchos coros han añadido esta pieza a su repertorio.
En Shenzhen tuve la oportunidad de interpretar muchas de mis obras, que incluyen mi trabajo orquestal con la Orquesta Sinfónica de Shenzhen. Ambos proyectos son inolvidables para mí.
Estoy escribiendo este artículo el 23 de mayo de 2016 y hace tan solo un par de días dirigí el concierto del Taipei Male Choir organizado por el Teatro Nacional de Taiwán y el Auditorio de Taipéi (Taiwán). La sala de conciertos, con una capacidad de 2000 asistentes, estaba completamente llena y, llenos de entusiasmo, dimos un concierto con un programa de compositores únicamente japoneses. Siento una alegría indescriptible. Este concierto constituye también un hito en mi vida.
AA: ¿Cuál es la relación con los intérpretes de la música que compones?
KM: mi música interpretada por mi coro bajo mi dirección, mi música interpretada por otro coro bajo mi dirección, mi música interpretada por mi coro bajo la dirección de otra persona, mi música interpretada por otro coro bajo la dirección de otra persona
Estos son los cuatro patrones en la interpretación de mi música, y se vuelven más fascinantes e interesantes cuanto más nos acercamos al final de esta lista. Si hablamos de expresar los sentimientos del compositor, el primer patrón sería el mejor, pero es en el último patrón cuando “la expresión trasciende el sentimiento del compositor”. Por lo tanto, me gusta escuchar la interpretación de muchos coros bajo la dirección de por diferentes personas. La música interfiere en el proceso del entendimiento entre las personas, de modo que la relación entre el compositor y el intérprete debe ser buena. Es por esta razón que pienso que mi pieza obtendrá su verdadera razón de ser cuando haya sido interpretada por otros coros, no solo por los míos.
AA: ¿Para quién en particular creas tus composiciones?
KM: para dedicarlas a Dios, a la Iglesia, a quien aborrece el odio y la guerra, a quien defiende que las armas no son necesarias, a quien no pueda escapar de la agonía y la pena, a quien esté desesperanzado, a quien crea que la música es la manera de unir los corazones de los pueblos alrededor del mundo, a mis antepasados, quienes hicieron posible mi existencia en este mundo
AA: ¿Cuáles son tus futuros proyectos?
KM: Estoy organizando el Festival Coral Internacional de Karuizawa con mis colegas de confianza, maravillosos amigos del mundo coral venidos de todas partes del mundo. Vosotros mismos también podréis compartir la experiencia con coros japoneses de alto nivel. Yo os recomendaría con toda humildad que vinieseis a este festival que se celebra cada agosto. Karuizawa es un lugar que representa a Japón, un sitio hermoso y acogedor. Si queréis saber más, por favor, visitad la página web oficial del festival: http://karuizawa.koyukai.info/en/
Además, celebramos anualmente el Concurso Internacional de Composición Coral de Japón, que garantiza que la obra ganadora sea estrenada y publicada. Este nuevo concurso comenzó en 2015 y esta es solo su segunda edición, pero en ambas ediciones hubo un gran número de candidaturas de todo el mundo. Esperamos con entusiasmo tu candidatura. Si queréis saber más, dirigíos a la página oficial del concurso: http://icccj.org
Por último, si bien no menos importante, soy miembro del comité artístico del 11.o Simposio Mundial de Música Coral. Para hacer de este evento algo maravilloso, estoy disfrutando del importante trabajo que estoy llevando a cabo junto a los magníficos miembros del comité. Hemos seleccionado excelentes oradores y coros para Barcelona, ¡espero veros allí el próximo julio!
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Ko Matsushita. (Japón) Director y compositor, nació y creció en Tokio; se graduó como el mejor de su clase en la Escuela de Música de Kunitachi, en el Departamento de Composición; culminó su programa de maestría en Dirección Coral en el Instituto Kodály en Kecskemét (Hungría). Estudió composición bajo la tutoría de Yuzuru Shimaoka, Koichi Uzaki, Thomas Meyer-Fiebig, Mohay Miklo, dirección coral bajo la tutoría de Erdei Péter y del difunto Reményi János, dirección orquestal bajo la tutoría de Masamitsu Takahashi y conto bajo la de Somoriai Paula. Ko Matsushita es un músico polifacético que trabaja en la música coral a través de la dirección, la composición y la docencia. Compone y realiza arreglos de piezas corales que son interpretadas no solo en Japón, sino en todo el mundo. Es también el director residente y director artístico de diez coros que actúan en Japón y en el extranjero, logrando críticas excelentes en los concursos en los que participan. En 2011 uno de sus coros, el Vox Gaudiosa Chamber Choir, ganó el Gran Premio en el concurso internacional “Concorso Polifonico Internazionale Guido d’Arezzo”, en Italia. Recibe numerosas invitaciones de todo el mundo para desempeñar su trabajo como director, jurado de concursos y docente en conferencias y talleres corales. En 2010, fue director invitado del Beijing University Student Choir. Además, ha sido galardonado como mejor director y por sus composiciones de alto nivel en varios concursos internacionales. En 2005, Ko Matsushita se convirtió en el primer asiático en recibir el Premio Robert Edler de Música Coral. Este premio es entregado al mejor director, compositor o coro por su extraordinaria trayectoria a lo largo del año en todo el mundo. Él ha dedicado sus obras a coros y agrupaciones estadounidenses, húngaras, españolas, noruegas, letonas, polacas, holandesas, taiwanesas, singapurenses, chinas y japonesas. Las obras de Matsushita son interpretadas por un gran número de coros de todo el mundo. Ha formado parte del jurado de la Asociación Coral de Japón, el concurso de coros de estudiantes de la NHK (Asociación de Radiodifusión de Japón), el Concurso Coral Nacional de la JCA (Asociación Coral de Japón), el Festival Juvenil de Singapur de 2007, el Concurso Coral Juvenil de Hong Kong de 2008, el Concurso Coral Internacional Seghizzi de 2008 (en Italia), el Certamen Coral de Tolosa de 2009 y 2010 (en España) y la Florilège Vocale de Tours de 2011 (en Francia). Es autor de un libro de texto de música para educación secundaria publicado por Kyoiku Publishing. Además, es el vicepresidente de la Asociación Coral de Tokio y miembro de la Asociación de Directores Corales de Japón, la Sociedad Japonesa por los Derechos de Autores, Compositores y Editores, la Asociación de Arreglistas y Compositores de Japón, la Sociedad Kodaly Japonesa y la Sociedad Kodaly Internacional. Asimismo, es representante del Taller para la Expresión Coral. Sus obras son publicadas principalmente por Edition KAWAI (Japón), Ongaku-no-tomo Edition (Japón), Carus-Verlag, Stuttgart (Alemania), Sulasol (Finlandia) y Annie Bank Edition (Países Bajos).
Traducido del inglés por Diana Ho, Venezuela
Revisado por el equipo de traductores del BCI