Investigando la Partitura Coral

  • 1
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  

Por Tim Sharp,

Director Ejecutivo de la Asociación Norteamericana de Directores de Coros y Director del Tulsa Oratorio Chorus

 

El desarrollo del programa coral siempre ha sido un interés y una preocupación para el director de coro, pero cada vez más el desarrollo del programa ha llegado a ser un factor clave en el desarrollo del público así como también para sostener el interés del grupo. El desarrollo sistemático del programa coral empieza naturalmente con la identificación del tipo de obras que se desea estudiar e interpretar. Para elegir la literatura coral que permitirá conformar un programa o dará confianza al conjunto, las siguientes preguntas son las primeras que me vienen a la mente:

  • ¿Cuál es el período musical deseado para el programa?
  • ¿Quién es el compositor de la música?
  • ¿Cuál es la cantidad de voces deseada?
  • ¿Es la obra una gran obra coral o una más modesta?
  • ¿Cuál es mi plan a largo plazo para este grupo?
  • ¿Cuáles son mis obligaciones con los coreutas?
  • ¿Cuáles son mis obligaciones con nuestro público?

Después de considerar las preguntas anteriores, debe tenerse en cuenta el siguiente conjunto de importantes preguntas:

  • ¿Cómo encontrar ideas para este programa?
  • ¿Cómo sé si la edición que estoy considerando es confiable?
  • ¿Dónde puedo encontrar la mejor edición?
  • ¿Dónde puedo encontrar una obra coral escrita sobre un texto en particular?
  • ¿Cómo puedo encontrar un listado completo de las obras de un compositor?
  • ¿Cómo puedo discernir mejor las intenciones musicales del compositor?
  • ¿Cómo puedo saber si una obra todavía está en venta?

Estas preguntas revelan qué tipo de fuentes tienen que ser consultadas.

Conocer la mejor y más apropiada fuente y tener un sistema de investigación para descubrir buenas fuentes permite al director encontrar respuestas para todas estas preguntas.

 

Fuentes Primarias y Secundarias

Los materiales de referencia utilizados por el director provienen de dos niveles: fuentes primarias y fuentes secundarias. Las fuentes primarias son documentos originales, y por ser informaciones de primera mano, al investigar son consideradas como las fuentes más confiables de información. Cuando para el investigador los datos no son originales, los mismos llegan a ser fuentes secundarias. Las fuentes secundarias presentan diversos grados de semejanza con las fuentes primarias. También varían en grados de confiabilidad a medida que aumenta el nivel de alejamiento de la fuente original y de los distintos niveles de erudición utilizados en la edición de la fuente secundaria.

Las distinciones entre fuentes primarias y secundarias requieren que consideremos las siguientes preguntas antes de la búsqueda de la edición deseada:

  • ¿La literatura buscada merece el estudio de la fuente original?
  • Si es así, ¿es posible ver el manuscrito original o un facsímil?
  • Si no, ¿hay ediciones académicas secundarias disponibles para su estudio?
  • ¿Hay ediciones confiables disponibles para utilizar en concierto?

 

Entendiendo la Naturaleza de las Fuentes

Puede parecer que los directores y los intérpretes trabajan con la fuente más importante: la partitura musical real. Sin embargo, todas las fuentes musicales no son iguales. La partitura en manos del director o intérprete está al menos un paso más alejado, si no varios, de la fuente primaria: el manuscrito original del compositor.

La información que conocemos sobre la música proviene de cuatro fuentes principales:

  1. Documentos registrados, tales como programas o diarios.
  2. Ensayos y tratados sobre teoría y práctica musical.
  3. Biografías del compositor o escritos contemporáneos.
  4. La partitura musical en sí misma.

Algunas ediciones son más exactas que otras. La edición más correcta de una partitura es la que transmite las intenciones finales del compositor con la mayor precisión posible. Friedrich Hänssler, antiguo editor ejecutivo de la empresa de publicaciones Hänssler-Verlag, de Stuttgart, Alemania, afirma que la edición ideal es la que “intenta presentar con precisión el último deseo del autor en la composición”. Sin embargo, determinar las intenciones exactas del compositor no es tan simple como realizar una duplicación exacta del manuscrito original. Tal representación dejaría de transmitir al público moderno cuestiones tales como la conciliación de las diferencias entre las versiones duplicadas del manuscrito original, o las diferencias existentes entre la escritura propia de la época del manuscrito original y el presente, y preguntas prácticas sobre la interpretación original.

Por esta razón, las ediciones son realmente críticas a medida que tratamos de desarrollar un programa coral confiable y seguro.

 

Proceso Editorial

Las ediciones son sencillamente tan buenas como el proceso que ha conducido a su publicación. El ideal sobre el que se encuentra trabajando cualquier editor es una representación digna de confianza de las intenciones musicales del compositor. Si el autor está vivo, la edición publicada tiene la oportunidad de representar de manera precisa las intenciones musicales del compositor y es a menudo exacta. Sin embargo, incluso bajo estas condiciones, se cometen errores en el proceso de impresión. Éstos se corrigen normalmente en una segunda edición, pero muchas impresiones originales de la partitura incorrecta estarán ya disponibles y serán ampliamente distribuidas antes de que la publicación se reimprima nuevamente. Si la partitura publicada es de un período musical temprano, el proceso editorial es esencial para una publicación exacta. Los métodos editoriales varían enormemente y la importancia del editor en el proceso no puede ser subestimada; los resultados son cruciales. La motivación para publicar trabajos históricos es dirigir la atención de la comunidad musical a una música fidedigna. Por lo tanto, es deseable cualquier forma de simplificación que haga la música más accesible a una mayor cantidad de gente.

Sin embargo, de cualquier manera, la información y las anotaciones pueden ser simplificadas; la advertencia primordial es transmitir precisión en una edición final. Por lo tanto, la corrección editorial más importante es la indicación que distingue entre qué es original y qué ha sido suministrado o modificado por el editor. Cualquier información proporcionada por el editor es válida, mientras muestre las anotaciones musicales originales y explique qué ha sucedido con respecto al original. El director debe estar seguro de que no se ha cambiado nada de la obra original sin una cierta indicación en la partitura. El uso editorial de corchetes o paréntesis es el indicador más común de la información suministrada por el editor para distinguirla del material original.

 

Hacia las Fuentes Ideales

Lo ideal para todos los directores es tener buenas partituras académicas provenientes del manuscrito original. La oportunidad de ver las indicaciones musicales exactas hechas por el compositor aporta un gran conocimiento y confianza en el proceso de investigación, en la interpretación y en la presentación de la obra. Sin embargo, las partituras originales anteriores al año 1500 son extremadamente raras. Esto es así en todas las ediciones antiguas y los niveles de rareza disminuyen a través los siglos en la medida en que fue progresando el proceso de impresión musical. Por lo tanto, los directores, al igual que las investigaciones de cualquier tipo de música, deben depender de las ediciones del manuscrito original para su estudio e interpretación.

 

La Búsqueda de la Fuente Correcta

Para comenzar una búsqueda de obras, el director debe hacerse las siguientes preguntas antes de elegir cada programa:

  1. ¿Qué clase de obras quiero estudiar o programar?
  2. ¿Cuál es la mejor fuente de las obras identificadas?
  3. ¿Qué proceso debo seguir para revisar la fuente identificada?

Generalmente, el término edición histórica puede aplicarse a cualquier publicación de música dedicada a un repertorio antiguo. El investigador serio y/o el intérprete está interesado en la investigación de las ediciones académicas, también llamadas ediciones críticas. Tales ediciones históricas publicadas se basan en un proceso editorial que implica comparar y contrastar el manuscrito original del compositor u otras ediciones históricas con el manuscrito original. La alternativa a la edición histórica/crítica es la edición de concierto. La edición de concierto implica un proceso editorial que -no necesariamente- puede utilizar fuentes académicas primarias o secundarias. A menudo, la edición de concierto no hace referencia ni menciona sus fuentes a pie de página, e incorpora con frecuencia indicaciones editoriales diseñadas para una interpretación moderna.

La edición histórica o crítica y la edición de concierto no necesitan ser mutuamente excluyentes en proceso editorial, pero el hecho de que estén pensadas para dos tipos de públicos diferentes generalmente determina las decisiones tomadas en el proceso editorial. Los académicos esperan que la edición histórica o crítica indique, a través de la descripción verbal y las notas a pie de página, la investigación relativa a la comprensión del manuscrito original. Por otra parte, el intérprete espera que la edición de concierto sea una partitura que refleje de manera fidedigna las intenciones del compositor  y sea una versión fácilmente legible. La edición de concierto no debe distraer al intérprete con anotaciones y descripciones alternativas confusas impresas en la partitura. La edición histórica se encuentra en cualquier recopilación editada que incluya la obra completa de un compositor, o en una antología que contenga una variedad de obras de un género similar. Un facsímil en el cual se reproduzca la fuente primaria -con o sin comentarios académicos- se considera una categoría de la recopilación editada. Las ediciones recopiladas, las antologías y los facsímiles están generalmente disponibles en series publicadas por sociedades musicales y se encuentran normalmente en bibliotecas. Las ediciones de concierto existen por separado como publicaciones independientes debido a la practicidad de las copias para cualquier director o intérprete. Se publican en grandes cantidades debido a las necesidades de los grupos para los cuales han sido concebidas. Generalmente, las ediciones de concierto se encuentran buscando en los catálogos de los editores de música, hablando con los colegas o contactándose con algún reconocido distribuidor de obras musicales.

Como ya se mencionara anteriormente, las ediciones históricas se basan en fuentes primarias y secundarias. Las ediciones de concierto también pueden basarse en fuentes primarias o secundarias, como en el caso de la edición Urtext. Urtext es un término aplicado a una moderna edición impresa de música antigua en la cual el objetivo es lograr una representación literal de la obra original sin adiciones o alteraciones editoriales.

Aunque generalmente para los editores es conveniente incluir referencias sobre el origen de las fuentes, muchas ediciones de concierto no contienen tales indicaciones. Si no se hace referencia a las fuentes, el intérprete debe asumir la responsabilidad de comparar la edición de concierto con fuentes materiales críticas, o confiar en que las incorporaciones realizadas por el editor sean fieles a las intenciones originales del compositor.

 

Adquisición de Fuentes

Después de determinar el tipo de obras y fuentes deseadas, el paso final en el proceso de investigación y desarrollo del programa es adquirir la edición de la partitura musical. En algunos casos, puede ser identificada más de una fuente. En otros, la partitura deseada puede no estar disponible. Cuando comenzamos la búsqueda de fuentes y de la edición deseada, es importante tener en cuenta ciertos elementos descriptivos con respecto a la composición:

  1. Título de la composición
  2. Compositor y autor del texto de la fuente
  3. Editor
  4. Versión
  5. Editorial y/o distribuidor
  6. Número de la obra publicada
  7. Fecha de los derechos de autor o fecha de publicación

Es raro y privilegiado quien tiene la oportunidad de ver manuscritos originales de música antigua, especialmente si la partitura musical es una obra clásica; pero es importante saber que, de hecho, estas obras se encuentran disponibles y pueden ser vistas. Como era de esperarse, los documentos originales raros e importantes se mantienen bajo llave y detrás de un vidrio, o en bibliotecas o bóvedas con un ambiente protegido. Éstos se encuentran generalmente en importantes bibliotecas de investigación, y en bibliotecas y archivos nacionales. Sin embargo, bajo condiciones especiales y avisando con suficiente antelación, los investigadores interesados pueden ver dicho material.

Cuando la visualización del documento original es difícil o imposible, es muy probable que el investigador acceda a un facsímil fotográfico. Los manuscritos de obras que datan de épocas medievales están disponibles a través de ediciones facsimilares. Si no está disponible el facsímil de la partitura deseada, el estudio de una fuente primaria es

posible a través de copias filmadas o digitales solicitadas especialmente, o a través de copias de microfilm o microfichas. Las bibliotecas y archivos que han adquirido manuscritos históricos a menudo tienen estos recursos disponibles a través de servicios de copia. Es relativamente barato adquirir tales formatos y son excelentes fuentes de estudio. Su disponibilidad ha posibilitado su acceso en una escala mucho mayor, permitiendo que los investigadores ordenen estos recursos a bibliotecas de todo el mundo.

El siguiente paso para su estudio, más allá de la semejanza digital y fotográfica de los originales, viene a través de las ediciones históricas académicas. Normalmente, estas ediciones describen las fuentes originales en las que se basa la edición moderna, así como otras fuentes de información utilizadas. La información con respecto a las ediciones académicas modernas ha sido constantemente narrada a través de diarios y otras publicaciones periódicas  relacionadas con la musicología histórica. La información sobre las fuentes primarias en las cuales se basan las ediciones modernas se obtiene mejor de las propias ediciones, pero esta información puede necesitar ser ampliada mediante la consulta de catálogos impresos y manuscritos musicales en una biblioteca de investigación importante. Libros de referencia indispensables, disertaciones, catálogos y fuentes en línea existen actualmente para localizar ediciones históricas y ediciones de concierto de obras corales. Estos materiales de referencia se encuentran disponibles en bibliotecas que se especializan en la investigación musical.

Debido a los costos involucrados en la preparación y publicación de las ediciones históricas, el único lugar donde generalmente se encuentran las colecciones históricas es en las bibliotecas. Las ediciones de concierto, por otra parte, son asequibles para los individuos interesados en recopilar y estudiar composiciones específicas. Las ediciones de concierto se publican con la intención de ponerlas masivamente a disposición de los directores para su utilización. Las bibliotecas tienen menos probabilidades de dejar de lado las ediciones de concierto individuales de pequeñas composiciones. Sin embargo, los trabajos importantes como oratorios, cantatas, sinfonías, música incidental, conciertos y óperas se encuentran a menudo en bibliotecas. El intérprete interesado en localizar ediciones de concierto de obras menores debe entrar en contacto directamente con editoriales, archivos y bibliotecas especializadas, agentes de alquiler o proveedores minoristas de música para asegurarse una composición en particular. Solamente las ediciones de concierto más populares se imprimen durante mucho tiempo.

 

Referencias para Encontrar Fuentes

La lista más completa y accesible de ediciones históricas en inglés se encuentra en la obra Historical Sets, collected Editions, and Monuments of Music: A Guide to Their Contents, de A. H. Heyer. La edición más reciente del monumental trabajo de Heyer incluye ediciones completas de música de compositores individuales y de las principales colecciones de música que se han publicado o están proceso de publicación. Cada entrada sigue el formato de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y contiene al compositor o al recopilador de la colección, el título, lugar de la publicación, editor, fecha de la publicación, páginas o número de volúmenes, y una breve descripción del material ilustrativo. Después de cualquiera de las notas especiales, se da una lista de contenidos. Esta fuente se puede encontrar en la mayoría de las bibliotecas de investigación musical.

Para identificar ediciones históricas, son también muy útiles otras tres obras en inglés:

  • Historical Musicology, de L. B. Spiess.
  • La lista de ediciones históricas publicada en el Harvard Dictionary of Music de Willi Apel, bajo la entrada “Editions, historical,”.
  • “Editions, historical,” en el The New Grove Dictionary of Music and Musicians, editado por Stanley Sadie.

La enciclopedia musical alemana Die Musik in Geschichte und Gegenwart es otra referencia estándar para los académicos que buscan ediciones históricas. Las ediciones recopiladas y su contenido aparecen en esta obra en alemán bajo el epígrafe Denkmaler, o monumentos. (El apéndice E enumera otros recursos para investigar fuentes fidedignas).

Actualmente, la tecnología digital se está utilizando para visualizar ediciones impresas a través de imágenes entregadas electrónicamente y ser vistas en línea. En este proceso, las ediciones impresas son escaneadas y transferidas a formato digital. Las imágenes almacenadas digitalmente pueden verse en la pantalla o ser impresas en papel. Este proceso está en pleno uso comercial con las ediciones de concierto más populares y con algunas ediciones históricas. Esta tecnología puede utilizarse para almacenar una biblioteca completa de ediciones académicas y de concierto que se pondrán a disposición de un amplio público a través de Internet. La tecnología láser permite la transferencia de más de ocho mil páginas de información a un disco compacto. Cuando este proceso llegue a ser totalmente económico para todos los usuarios, la impresión de las ediciones tal como las conocemos puede volverse irrelevante.

 

Elementos que Contribuyen a una Excelente Edición

Es totalmente posible editar uno mismo un manuscrito histórico. De hecho, la mejor manera de entender el proceso que contribuye a una edición es trabajar en las distintas etapas necesarias para producir una edición histórica exacta.

El primer paso para crear su propia edición es buscar las mejores fuentes para que el trabajo sea editado. Este paso requiere obtener fuentes primarias o secundarias y evaluar la exactitud y fiabilidad de las mismas; es menos difícil si hay únicamente una sola fuente de la composición deseada. El segundo paso en el proceso es comparar y tener en cuenta las versiones consideradas confiables para el trabajo deseado. Si hay varias fuentes de la obra deseada, el editor debe comparar y poner en contraste estas fuentes, teniendo siempre presente que el objetivo es descubrir, lo mejor que se pueda, cómo la fuente refleja cuidadosamente la intención final del compositor de la obra. El paso siguiente en el proceso editorial es considerar los recursos de notación utilizados en la obra original, y luego tomar la decisión de la mejor manera de transportar las indicaciones originales en notaciones que tengan significado para el lector moderno. Con la música antigua, ésta es una tarea particularmente difícil. Incluso durante los siglos XVIII y XIX, las indicaciones anotadas transmitían significados que actualmente se interpretan de manera diferente. El editor moderno debe decidir la mejor manera de conservar las anotaciones originales y explicar la diferencia para la interpretación actual en notas a pie de página, o cambiar las anotaciones para transmitir el significado moderno, observando nuevamente esta modificación editorial en notas a pie de página. El cuarto paso en el proceso editorial es en la práctica un factor interpretativo. El editor debe considerar cómo sonaba la obra durante el período en que fue escrita. ¿Qué implicancias tienen estos hechos en una moderna edición de concierto? Los compositores de épocas antiguas incluyeron a menudo alguna anotación o indicaciones interpretativas en su manuscrito, dejando algunas decisiones al intérprete. Esto significaba que había una diferencia entre cómo se veía el manuscrito y cómo sonaba realmente. Por ejemplo, los compositores del Barroco utilizaban el bajo continuo para indicar la armonía deseada para una composición. El organista informado sabía que el bajo continuo indicado permitía una correcta interpretación. Sin embargo, ¿qué hace un editor moderno con tales anotaciones? Éste es un ejemplo de las consideraciones que cada editor debe hacer frente a la práctica interpretativa histórica.

Finalmente, el editor debe decidir cuál es el público destinatario de la edición elegida. En otras palabras, ¿es una edición destinada a ser una edición de concierto, o es una edición histórica/crítica pensada para el estudio académico? O bien, ¿la edición final puede satisfacer ambas cuestiones? La edición Urtext intenta transmitir la obra original del compositor sin agregados editoriales. Tal edición traduce a la notación moderna todas las notas y detalles del manuscrito original. En el otro extremo encontramos una edición de concierto bastante editada. La particularidad de una edición de concierto pragmática son las anotaciones precisas de diversas características interpretativas. Tal edición hace que la obra esté inmediatamente disponible para un amplio grupo de intérpretes. Estos dos extremos en los tipos de ediciones no necesitan ser mutuamente excluyentes. Si el editor tiene la precaución de señalar claramente las adiciones editoriales y las indicaciones que estaban en el manuscrito original, una edición puede ser a la vez una edición académica y de concierto.

 

Creando su propia Edición Coral

Siguiendo las instrucciones descriptas a continuación, cree su propia edición de un trabajo investigado para su estudio o interpretación, y considere poner la misma a disposición de los demás. Éstos son los pasos:

1. Identificar la mejor fuente primaria o las fuentes secundarias confiables:

    a. Si una fuente original está disponible, consúltela como fuente primaria.

    b. Si más de una fuente original está disponible (copia, revisión, etc.), consulte cada copia y compare las fuentes.

    c. Si hay fuentes secundarias confiables disponibles, consulte y compare todas las fuentes secundarias.

2. Tener en cuenta todas las versiones consideradas confiables para la edición deseada:

    a. La intención es descubrir, lo mejor que se pueda, qué tan cuidadosamente la fuente refleja las intenciones finales del compositor de la obra.

3. Considerar los recursos de notación utilizados durante el período de la obra original:

    a. Tomar decisiones editoriales sobre la mejor manera de transmitir estas notas a un intérprete moderno.

    b. Señalar los cambios realizados en la obra con notas a pie de página y paréntesis.

4. Tener en cuenta el factor interpretativo para la época en que fue realizada la obra y considerar el tema interpretativo en la versión actual:

    a. ¿Cómo estaba pensada la obra para que sonara cuando fue escrita originalmente?

    b. ¿Cómo pueden transmitirse las intenciones originales a un intérprete moderno?

    c. ¿Qué sabían hacer los intérpretes de la época en que fue escrita la obra que no está indicado en la partitura (y que los intérpretes modernos no necesariamente sabrían hacer en la actualidad)?

    d. ¿Cómo pueden transmitirse esas cuestiones interpretativas a un intérprete moderno?

5. Decidir cuál es el tipo de público previsto para la edición que están creando:

    a. ¿Es una edición histórica únicamente para ser estudiada?

    b. ¿Es una edición de concierto para facilitar solamente la interpretación?

    c. ¿Es una edición histórica/de concierto que muestra cambios editoriales históricos, pero en términos prácticos, es una obra interpretable?

6. Indicar las decisiones tomadas en la edición final:

    a. Mostrar con notas a pie de página o paréntesis qué decisiones fueron tomadas que varían en relación a la fuente original.

    b. Proporcionar una portada que señale las decisiones editoriales.

 

Conclusión

Para el director, el hecho de transmitir las intenciones del compositor debe pesar fuertemente en la elaboración de un programa. La opción de la edición y de la partitura coral correctas, y la confianza en las prácticas editoriales que entraron en la creación de esa partitura, son la base para la creación de un programa coral confiable.

 

Tim Sharp. Correo electrónico: sharp@acda.org

 

Traducción: Mgter. Javier Perotti (Mendoza – Argentina)

PDFPrint

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *