Matthias Beltinger, contrabajista solista de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen y fundador de Resonanzio
En mi larga carrera como contrabajista de conjunto y orquesta, siempre me ha obsesionado cómo obtener el mejor sonido de mi instrumento. He experimentado mucho (y lo sigo haciendo) con diferentes cuerdas, contrabajos y arcos muy diversos. En algún momento comprendí lo importante que es el suelo como superficie de resonancia del sonido. Buscando una tarima con el objetivo principal de mejorar el sonido, no pude encontrar nada en el mercado global.
Idea
Un día le comenté a un carpintero amigo mío, que había trabajado en la construcción de altoparlantes de alta fidelidad durante mucho tiempo, mi idea de si podría construirse, con la madera adecuada, una tarima que sonara bien. Inmediatamente quedó fascinado con la pregunta y acordamos construir un par de tarimas de prueba. Estos primeros experimentos con “tarimas de sonido” ya tuvieron un efecto mucho mejor que las tarimas elevadoras habituales, con lo que rápidamente quedó claro que debíamos profundizar en el tema. Así comenzó una fase de casi dos años en la que experimentamos tocando con diferentes maderas, formas y alturas. Para la posterior distribución fundé la empresa Resonanzio, y desde entonces Bernhard Prösler, como carpintero diseñador apasionado por los detalles, y yo, como contrabajista solista en una orquesta activa a nivel mundial (y por lo tanto un mediador ideal en la escena de la música clásica) formamos un dúo exitoso, que se complementa a la perfección.
Producto de madera pura
El corazón de la tarima es la caja de resonancia, hecha de madera blanda. El ruido transmitido por la estructura del instrumento hace que la placa vibre directamente, lo que permite que el instrumento produzca un sonido más libre. Las bajas frecuencias se ven reforzadas especialmente por la tarima Resonanzio. Los tonos se articulan con mayor claridad y se proyectan en la sala con más armónicos, como músico puedes oírte tocar mejor y el sonido es transparente y claramente audible en la sala. Obviamente, los violonchelos, contrabajos, arpas y clavicémbalos se benefician más al tocar en tarimas Resonanzio. Los tonos profundos suenan más claros y completos, los pasajes rápidos están mucho mejor articulados y son claramente perceptibles.
Módulo acústico
A través de las numerosas pruebas que llevamos a cabo con muchos instrumentos diferentes, nos dimos cuenta de un fenómeno interesante: el instrumento no necesariamente tiene que estar en contacto directo con el piso de la tarima Resonanzio para lograr una diferencia de sonido claramente audible. Los violonchelos y violas barrocos, que se tocan sin un extremo del instrumento, también suenan mucho más claros y ricos en armónicos en los Resonanzios. Hicimos pruebas con fagot, trompa y viola: todos los instrumentos sonaban más libres.
Esto llevó a la conclusión de que nuestra tarima de resonancia es un módulo acústico para una sala. Todos los suelos de escenario tienen que ser capaces de soportar toneladas de peso y, debido a la solidez necesaria de los suelos, no pueden balancearse libremente. Por el contrario, el fenómeno de la mayor libertad del sonido del instrumento sobre los Resonanzios significa que el suelo de un escenario normal absorbe parte del sonido. Salas fenomenales como la Elbphilharmonie o la Pierre-Boulez-Saal de Berlín han adquirido nuestras tarimas Resonanzio porque el sonido de los instrumentos se refuerza y se les saca más provecho.
Matthias Goerne
Estuvimos muy contentos con la reacción del famoso barítono Matthias Goerne cuando le sugerimos que se subiera a nuestra tarima Resonanzio para cantar. Inmediatamente quedó impresionado por el efecto del sonido, y luego grabó lieder de Schubert con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen sobre Resonanzio. Informó que se escuchaba a sí mismo más directamente y que gozó del feedback del sonido que sentía como le llegaba de abajo. Este comentario inspirador de Matthias Goerne confirmó las experiencias anteriores de que el sonido se transmite a través del ruido transmitido por la estructura a la caja de resonancia, que luego optimiza el sonido como un módulo acústico adicional de la sala. Esto plantea la pregunta: ¿las cajas de resonancia también sirven para un coro? ¿Cuál sería el efecto sonoro? Las pruebas detalladas aún están pendientes.
Prueba de sonido
Respecto a las pruebas de sonido: se necesita tocar sólo unas pocas notas, una vez en el suelo y otra en la tarima Resonanzio, para comprobar el efecto del sonido. Los aficionados a la música también pueden apreciar la diferencia. La Elbphilharmonie de Hamburgo nos dio la oportunidad de tocar en la sala vacía con un contrabajo en un escenario sin tarima, con una tarima elevada normal y con nuestra tarima Resonanzio. La dirección de Elbphilharmonie que lo escuchó no tardó mucho en decidirse a comprar las tarimas Resonanzio.
Que la composición del suelo en el que tocas juega un papel importante es, en realidad, claro y obvio. Pero: ¿por qué en la mayoría de las salas de conciertos, iglesias u otros lugares, sólo hay tarimas de altura, y no hay tarimas que tengan el sonido como máxima prioridad? La escucha comparativa es muy importante: recomendamos que todos los músicos que tocan sobre tarimas lo prueben con una segunda persona escuchando en la sala, para mostrar cómo el impacto de una plataforma elevada normal afecta realmente al sonido. En nuestra experiencia, una caja de madera cerrada generalmente tiene el efecto de la percepción subjetiva del músico de más volumen de sonido, pero el efecto en la sala es más como un empañamiento del sonido. Por ejemplo, algunos fabricantes perforan agujeros en la placa de la tarima, lo que por supuesto despierta inmediatamente la suposición de un buen sonido. Pero el uso económico de tableros de partículas baratos para una tarima no puede tener un efecto positivo en el sonido. Tocar en prácticas tarimas con superficies de plástico y patas desmontables a diferentes alturas también devuelve un sonido duro y feo.
Resonanzio ofrece también fases de prueba en las que las tarimas se pueden probar tranquilamente en la sala de conciertos o el lugar del evento.
Clientes Famosos
Resonanzio puede encontrarse ahora en numerosas orquestas y salas de conciertos. Orquestas de renombre en casi todos los países europeos, la New York-Philharmonic, la Toronto y Oregon Symphony Orchestra y la Australian Chamber-Orchestra han adquirido nuestras tarimas Resonanzio. Estamos particularmente orgullosos de una cita de Sir Simon Rattle: “These are fantastic resonance podiums! A real treat!” Se aseguró de que la sección de contrabajos de la London Symphony Orchestra también tocara sobre nuestra tarima.
Naturalmente, el equipo de Resonanzio se enorgullece de seguir encontrando repetidas reacciones de asombro en el mundo de la música con un nuevo producto de madera pura en el siglo XXI. Yo mismo soy y seguiré siendo un músico de pura sangre y siempre estoy contento por la experiencia sensual que, como músico, percibo a través de las vibraciones que vienen de abajo. Nuestras tarimas resonantes son artículos de lujo en un mercado muy limitado que no permite grandes ganancias. Pero son un cubículo en el mundo acústico que puede hacer que las personas fascinadas por el sonido se sientan eufóricas.
Matthias Beltinger es contrabajista solista de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen y fundador de la empresa Resonanzio. Se convirtió en miembro de la Kammerphilharmonie cuando era un joven estudiante y desempeñó un papel clave en el largo viaje de la orquesta hacia la cima del mundo. La estructura empresarial, en la que cada miembro de la orquesta es corresponsable del éxito y de los riesgos de la sociedad, influenció a Matthias Beltinger y moldeó decisivamente su pensamiento. Muchos años de lidiar con la pregunta “¿qué tengo que hacer o no hacer para establecer una marca con éxito?” le dieron el coraje para fundar su propia empresa. Con el conocimiento de la fantástica calidad de las tarimas de resonancia y su experiencia en la gestión de marcas, ha llevado a RESONANZIO a ser una pequeña empresa con éxito en un tiempo relativamente corto.
Traducido del alemán por Bárbara Angli, Cataluña
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina