El Tango!

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Por Oscar Escalada

 

El tango es la música representante de Argentina, así como el Son lo es de Cuba, el Samba de Brasil o el Jazz de los EE.UU. Ello no significa que sean las únicas especies que se han desarrollado en esos países americanos, pero sí, son las que mejor los representan en el mundo entero.

 

Origen de la palabra

En mi opinión, la voz tango es oriunda de América. Más específicamente de la lengua Quechua, que era la utilizada por los Incas y algunas naciones andinas sudamericanas junto con la Aymara y otras de menor trascendencia.

La palabra quechua que le da origen es tanpu, pero por razones fonéticas de la lengua española se transformó en tambo.

Tambo es utilizada con su significado original (sitio, reunión, posada), al principio en referencia a los indios ya que de ellos provenía el término, pero luego, por extensión, se comenzó a llamar así a los sitios y reuniones de los negros hasta alrededor de 1780. A partir de allí se comienza a contaminar con la voz tango. Estos cambios aparecen por asociación fonética, fenómeno panhispánico que consiste en cambios de letras en las palabras pero por razones de longitud del presente artículo, me es imposible ahondar en el tema de modo que invito al lector a informarse más detalladamente en www.oescalada.com.ar > Artículos e investigaciones > Etimología de la voz tango.

La razón por la que se denominó a las reuniones de negros con el mismo nombre con las que se denominaban los aborígenes, es la misma por la que esa palabra luego es utilizada para mencionar al prostíbulo. Efectivamente, los indios, los esclavos negros y las prostitutas, formaban parte de los estratos más bajos de la sociedad y por lo tanto se los aludía con la misma palabra. Algo similar pasa con la palabra portuguesa quilombo. En Brasil se denominaba así a los sitios donde vivían los esclavos negros que se escapaban de las fazendas de sus amos. Podemos imaginar que si un esclavo ya de por sí era considerado entre lo más bajo de los estratos sociales, un esclavo escapado, era peor aún. Por extensión entonces, se llamó quilombo a los prostíbulos, ya que tenían similares consideraciones sociales. En la actualidad esa palabra significa barullo, desorden, tal vez por asociación con el barullo del local y/o el desorden de la habitación. No obstante, en los años 60 recuerdo que aún se les llamaba quilombo a los prostíbulos.

El lapso que va de 1780 a 1860 es un período de transición en el que ambos vocablos conviven siendo sinónimos.

Alrededor de 1860, la voz tango se afirma y es utilizada para designar a la danza pero también se llama con el mismo nombre al lugar del baile, dejándole más adelante a tambo el significado de prostíbulo.

En 1917 se estrena por primera vez un tango cantado. Fue  Mi noche triste de Samuel Castriota y Pascual Contursi, interpretado por Carlos Gardel.  A partir de ese momento la voz tango amplía su significado ya que continúa definiendo a la danza pero ahora también a la canción, que trae consigo una actitud reflexiva que antes no tenía. Simultáneamente se ha difundido llamar milonga no solo a la danza que tiene parentesco con el tango, sino también al sitio donde se baila. Ambas denominaciones continúan hasta nuestros días pudiendo correctamente decirse “Voy a una milonga a bailar una milonga”.

Con la aparición de Astor Piazzolla en los años 50, la palabra tango amplía más aún su significado, designando también a esa música que no sirve ya para bailar sino para ser escuchada en concierto. La revolución que causa este extraordinario compositor va de la mano con las manifestaciones multitudinarias que a partir de los años 60 el rock produce llenando estadios donde no se va a bailar, sino que se va a escuchar, a pesar de ser ritmos que nacieron como danza.

 

Evolución del ritmo

América reconoce desde fines del siglo XIX y principios del XX, un ritmo común que se distribuye desde el Golfo de México hasta el Río de La Plata. Este esquema rítmico recibe varios nombres de acuerdo a las diversas regiones donde se establece. Así se llamará rag time en EE.UU., habanera en Cuba, maxixe en Brasil, tango o milonga en Argentina, candombe en Uruguay, etc. Esa estructura rítmica proviene a su vez de la contradanza francesa que se afincó en España, la que a su vez se origina en la country dance inglesa. Pero en cada lugar le fueron dando su propia característica, ora en lo acentual, ora en su velocidad, o en cualquier otro parámetro, haciendo una forma diferenciada localmente con el correr del tiempo.  Ese esquema es el siguiente:

 

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Hacia 1940, el ritmo del tango se hace más marcado, acompañando de alguna manera la lógica imperante en ese momento en materia política, ya que, como se sabe, el mundo se encontraba en plena guerra y Argentina desde 1930 venía siendo conmovida por sucesivos golpes de estado y gobiernos militares. El ritmo se fue acercando pues, a las marchas militares quedando de la siguiente forma

 

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La irrupción de Astor Piazzolla en la escena porteña y el advenimiento del nuevo tango, dio como resultado la utilización de un ritmo que puede ser considerado una derivación de aquel original de fines del siglo XIX ya que difiere solo  en el agregado de una ligadura de prolongación entre los dos valores centrales y está expresado en 4/4 en lugar de 2/4. Sin embargo, cabe agregar que el propio Piazzolla hizo mención a ese ritmo y acentuación, que escuchó muchas veces en su infancia en Nueva York. La familia Piazzolla vivía en el Greenwich al lado de una sinagoga y Astor percibía esas acentuaciones de la música popular judía que él escuchaba en los casamientos. Es posible entonces que ambas cosas se hayan unido en su espíritu y se haya producido una síntesis. Ese patrón rítmico es

 

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En la actualidad se puede reconocer la utilización de todos esos patrones rítmicos de manera simultánea superpuesta o yuxtapuesta.

 

Afincamiento

Durante el período de gestación del tango, existía un segmento que rodeaba Buenos Aires donde se producía el intercambio de bienes y servicios entre el campo y la ciudad. Esa zona se denominó de diferentes formas de acuerdo a los nombres provenientes de varias culturas. Es así como de la mozárabe se tomó arrabal, de la latina suburbio (sub y  urbis) o del medioevo extramuros.

Es allí donde nace el tango. En los prostíbulos, en los piringundines, en los conventillos del arrabal, en los suburbios de Buenos Aires. Es pues, de profunda raíz popular y por lo tanto, en sus orígenes, degradado socialmente y destinado a ser practicado en los extramuros de la ciudad ya que la sociedad pacata de la época rechazaba su práctica en sus salones y lo catalogaba de inmoral. Pero fue precisamente de esa pacatería de donde surgen los que lo llevaron a los salones. Los niños bien, hijos de las familias acomodadas, solían ir de juerga y desatar sus primarios instintos en aquellos lugares, donde efectivamente la pasaban muy bien. Allí lo aprendieron y lo practicaron y de allí lo llevaron a los salones, una vez, por supuesto, que el Papa Pio IX dio su permiso, luego de ver a una pareja bailarlo en su presencia lo que lo llevó a decidir que el bailar en parejas abrazadas no tenía nada de obsceno…

Pero el tango tuvo que ser aceptado primero en Francia, país frecuentado y adorado por la burguesía argentina, antes de que se inserte definitivamente en su lugar de origen: Buenos Aires.

Como consecuencia de ello, el tango en su porteña ciudad, fue creciendo en compositores y poetas que desarrollaron sus temas acordes a la estructura social, fundamentalmente machista, de sus primeras épocas.  Carlos Gardel, Alfredo Lepera, Pascual Contursi, fueron utilizando en sus letras temas retrospectivos, políticos, históricos, descriptivos, nostálgicos y fundamentalmente de amores mal correspondidos, donde siempre era el hombre quien era “traicionado” por una mujer. Nunca al revés.

Durante la década del 40, época de oro del tango, no había confitería, restaurante o café que no tuviese una orquesta, grande o pequeña. Se pueden contar, solamente en Buenos Aires, más de trescientas orquestas de tango a las que se les llamaba “Orquestas típicas”. Los músicos comenzaban a trabajar a las seis de la tarde y terminaban a las seis de la mañana. Tal era el auge del tango en aquella época. No se podía siquiera pensar en organizar un baile de carnaval sin una orquesta típica. Y en muchos grandes clubes de fútbol había dos, tres o más orquestas que se alternaban en el escenario. Era habitual hacer “doblete” o “triplete”, significando que debían tocar en dos o tres locales diferentes haciendo dos o tres “entradas” por noche en cada uno.

Grandes nombres como Francisco Canaro, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán, Juan D’Arienzo, Mariano Mores, por nombrar solo un puñado de ellos, hoy forman parte de la historia del tango en letras de oro. Hacia 1950 un joven bandoneonista que tocaba en la orquesta de Anibal Troilo, comenzó su revolución en el tango. Estudió con Alberto Ginastera en Buenos Aires y luego con Nadia Boulanger en Francia. La música de Astor Piazzolla, que es de quien hablamos, a diferencia de la de los grandes compositores de tango, es que ellos componían música “de” Buenos Aires, en cambio la música de Piazzolla “es” Buenos Aires.

Poco a poco grandes poetas se acercaron al tango que desde dentro de esa perspectiva tanguera escribieron textos magistrales. Tal es el caso de Homero Manzi, Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo, Enrique Sántos Discépolo. Y también desde fuera de ella, a través de poetas y escritores del calibre de Jorge Luis Borges, quien no era un poeta de tango, pero asimismo sus versos lo transitaron.

El altísimo nivel artístico al que llegó el tango llevó a que el 28 de junio de 1990, el Poder Ejecutivo Nacional creara la decimosexta en la historia de las Academias Nacionales: la Academia Nacional del Tango. Es presidida actualmente por el poeta Horacio Ferrer.

Hoy, la juventud tomó la posta y se ha producido, por un lado el renacimiento del tango de época con una mirada más rica y arreglos armónica y formalmente más elaborados. Pero también la creación y la búsqueda de nuevas formas expresivas y de fusión se observan en el horizonte.

Muchos críticos dicen que el tango ha muerto. Muy por el contrario, creo que el tango está más vivo que nunca, aunque, desde luego, ya no es el de 1917, así como tampoco ya se compone como lo hacía Mozart.

 

 

oscar-escaladaOscar Escalada es Compositor, Arreglador, Director de Coros y Musicólogo argentino. Durante el WSCM9, será el presentador de las conferencias de los Compositores Invitados al Simposio. Correo electrónico: oscarescalada@mac.com

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