Foro Internacional de Coros Estudiantiles, Minsk, Belarus, 2-6 mayo, 2012
Andrea Angelini, Editor jefe ICB y director de coros
Un viaje a Bielorusia siempre me había ilusionado, incluso desde niño cuando, durante las vacaciones de verano, veía llegar a Rimini grupos enteros de alumnos con sus maestros y guías. El desastre de Chernobyl, que había sucedido hacía relativamente poco, había estimulado la solidaridad humana y se habían creado asociaciones que permitían a aquellos niños desafortunados pasar algunas semanas en la playa para respirar el aire rico en yodo.
Siempre me conmovió la seriedad y dignidad de aquellos huéspedes, además de su simpatía y cultura. El proyecto de ir a Bielorusia sin embargo quedó como guardado en un cajón.
Y así quedé agradablemente sorprendido el invierno pasado cuando recibí una invitación oficial para participar en este Festival coral importante y especial. Especial ya que lo organizaba directamente la “Belarusian State University” y se dirigía a los coros, preferentemente estudiantiles, cuyos miembros cuentan entre 18 a 35 años. El motor organizador del Concurso fue Katsiaryna Saladukha con su magnífico equipo de jóvenes.
El primer aspecto que te conquista en Minsk es la limpieza absoluta de las calles y de las aceras que, unido al sentimiento de seguridad personal que se respira, hace que la capital bielorusa sea un sitio donde pasar unos días apacibles. La ciudad tiene además una vida musical vivaz, quizá no tan aparente como la de Londres o New York, pero seguramente interesante; sólo hace falta confiar en las personas justas del lugar.
El foro coral de Minsk incluye un concurso, dividido en dos jornadas ( repertorio sacro y profano), algunas masterclasses y conciertos. Los coros participantes provenían de Rusia, Polonia, Suecia, Letonia y Bielorusia. El aspecto más original del evento reside en el hecho de que un “foro” no es exactamente un concurso. Naturalmente había un equipo de expertos formado, además de un servidor, por Anatoly Kisilev (Rusia), Inessa Bodyako (Bielorusia), Romualdas Grazinis (Lituania) y Saul Zals (Dinamarca). La tarea principal de ese jurado no era, sin embargo, la de puntuar sino de tomar nota de las características positivas y negativas de cada coro para poder luego proporcionar sugerencias útiles a los directores durante el elemento final del festival, o sea una “mesa redonda” donde se podrían tratar tranquilamente todos los aspectos en un ambiente constructivo y mutuamente útil.
Obviamente los expertos, basándose en los juicios emitidos, al final eligieron el mejor coro (el Radost Girls´ Choir de Moscú), el mejor director (el ruso Alexi Umnov), concediendo además otros premios al mérito en la elección del repertorio y por la tutela del patrimonio folklórico.
El concierto competitivo con repertorio profano tuvo lugar en el patio interior del magnífico castillo de Nesvizh, restaurado hace muy poco, a un centenar de kilómetros al sudoeste de Minsk. Ese sitio es famoso porque fue allí donde se imprimió el primer libro en la lengua bielorusa en 1562 .
El día anterior todos los coros presentaron el repertorio sacro en la catedral católica de Minsk, dedicada a la Santísima Virgen María. La apertura del Festival corrió a cargo de un concierto conmemorativo del “National Capella of the Belarusian State University”, dirigido por Alexander Minenkon y Olga Minenkova.
Naturalmente si pensáis participar en el Foro el año próximo¡ prepararos a la degustación obligatoria de vodka, del que los bielorusos están particularmente orgullosos! Casi en frente de mi hotel se hallaba la famosa destilería “Kristall”. Y sus intensos efluvios son capaces de marearte ¡incluso a través de las rejillas del aire acondicionado! Bromas aparte, tuve que rechazar educadamente la tercera copita de vodka que me ofrecieron en la fiesta de clausura por motivos obvios. Y fue sorprendente sin embargo constatar cómo a mis alrededores los colegas rusos y bielorusos eran capaces de seguir perfectamente lúcidos aún después de multitud de brindis en honor de algo o alguien.
Como colofón se repartieron los premios a los coros participantes y tuvo lugar un magnífico concierto de gala durante el cual se interpretaron las piezas estudiadas durante las masterclasses.
La única nota desafinada ¡el clima! Como buen italiano, me había preparado para encontrar temperaturas polares aún a principios de mayo, sin embargo un suave sol me obligó a reinventar mi vestuario sobre la marcha….
Para info sobre el ‘Paparats Kvetka’ visitar el sitio http://www.chorum.bsu.by/eng/_index.html
Traducido por Helen Baines Clayworth, Spain
Revisado por Juan Casasbellas, Argentina
Edited by Irene Auerbach, UK