Carus-Verlag 2.405/00 (2.406/00)
Por Venanzio Valdinoci, periodista y cantante
El objetivo del libro es ampliar el conocimiento de la gente sobre las canciones infantiles. En esta colección hay 51 canciones con música y letra en el idioma originales provenientes de 37 países. Muchas de estas piezas son europeas, pero también hay algunas de Norteamérica, Suramérica, África, Asia y Australia. Se trata de una colección que documenta la riqueza de la herencia tradicional de todos los continentes. Lo que tienen en común es el ritmo dolce que, dado el hecho de ser canciones de cuna, inspira paz y seguridad para arrullar al niño y dormirlo. La mayoría de las canciones de cuna son bastante cortas y normalmente no tienen acompañamiento instrumental, ya que son parte del ritual nocturno de la familia. La melodía, el ritmo y la repetición son empleados para crear una atmósfera de paz alrededor del niño y para familiarizarlo con su idioma. El libro viene acompañado de un CD que incluye cada canción con la pronunciación correcta –hay canciones en más de cuarenta idiomas, ente los que se incluyen el romanche, el yidis, el euskera, el zulú, el swahili, el sami y el maorí. Las imágenes son particularmente importantes a la hora de crear un texto original sobre el ambiente, las costumbres, las invenciones y los lugares para dormir, pero lo que más impresiona de las imágenes son las expresiones en las caras de los recién nacidos, la luz y los colores.
Las letras de muchas canciones de cuna hablan de sueños, naturaleza, comida, trabajo duro, satisfacciones, sacrificios, el futuro… todo lo que la vida tiene para ofrecerles.
El CD fue realizado por tres músicos (Jens Tröndle, Andreas Koslik y Ramesh Weeratunga) en Berlín, con la contribución de otros músicos de diferentes países (Armenia, China, Corea, Grecia, Italia, Nueva Zelanda, EE.UU., Rusia y Suráfrica). Juntos grabaron veinticinco canciones de cuna en el estudio. Los sonidos auténticos fueron creados usando instrumentos tradicionales tales como kotos, tablas, bayanes, kanteles, ukuleles, congas, kokles, bendixes, címbalos y sazes.
Reijo Kekkonen, editor de la obra, escribe:
“El canto es un precioso e intenso momento entre el padre y el niño. Cuando los padres o los abuelos, u otros miembros de la familia, cantan en la noche para un niño, esto conlleva un sentido de seguridad. Cuando el niño se convierte en adulto, él, a su vez, repetirá este ritual con sus hijos. Cantar siempre ha sido parte de la cultura humana. Una canción puede hacer un trabajo más fácil y ayudar a expresar los sentimientos; las melodías y los ritmos ayudan a enseñar los idiomas y a recordar las cosas. Yendo más allá, cantar tiene un importante aspecto social: la gente que canta junta puede experimentar un sentimiento de solidaridad.”
Traducido del inglés por Vania Romero, Venezuela
Revisado por María Zugazabeitia, España