Juan Martin Koch, científico musical y periodista
Tomad multitud de personas, tomadlas de a cientos, de a miles, tratad de que generen interrelaciones humanas tales que cada una pueda ejercitar libremente su personalidad, ya sea por expresión de sentimientos o de palabras; donde al mismo tiempo reciba impresiones homogéneas de todos los demás; donde se vuelva intuitiva y profundamente consciente de su humanidad tanto en lo individual como en lo colectivo; donde reciba y derrame ilustración; donde inmediatamente y con cada respiración absorba y exhale amor, – ¿obtendríais algo que no fuera el canto coral?”
Si bien Friedhelm Brusniak, experto en historia de la actividad coral, entregó esta cita de Hans Georg Nägelis -de 1809- para deleite de los presentes, ella habría sido más significativa si en lugar de referirla ante los ilustrados participantes del Simposio sobre Investigación Coral (que probablemente la conocieran) lo hubiera hecho ante la entusiasta comunidad reunida con motivo de la primera “chor.com” (coro.com) en Dortmund (N. de la Red.: 22 al 25 de sep-tiembre de 2011).
¿Por qué? Pues, una mirada a la historia de las fiestas de cantantes y coros desde principios del siglo XIX, habría podido expresar una sensación sobre la tradición bajo la cual se realiza un encuentro así – ya fuese adrede o sin querer y más allá de su designación ‘internética’ juvenil. Habría, además, preparado adecuadamente el oído para observar que en el incómodo manuscrito del discurso de bienvenida – a cargo de la administradora de las anfitrionas Salas de Westfalia –, justamente se haya incorporado la palabra “camaradería”, para caracterizar a la estirpe de cantores invitada. Y por otra parte, habría podido generar perspectivas sobre la legítima euforia respecto del éxito de esta primera “feria coral”.
¿Feria coral? ¿Encuentro de pares? ¿Congreso? ¿Festival? Es bueno cuando una organización así no se circunscribe a una función determinada, cuando es capaz de ser todo eso y aun más; cuando confía en que sus visitantes pretenden algo más que recibir unos prospectos en los stands y algunas recetas para “afiatar a su coro” en los talleres. Evidentemente la Federación Alemana de Coros (FAC) prestó oídos atentos a su variopinta hueste de asociados preparando para los multiplicadores entre ellos – es decir, principalmente para los directores de coro – un programa elaborado a medida. El eco proveniente de los aproximadamente 1.200 participantes idóneos en los 120 talleres y más de 50 exposiciones (frecuentemente se escucharon desde su lado entusiastas exclamaciones sobre artículos de interés “sin desperdicio”) fue elocuente, a lo que habría que agregar el jugoso resultado de innumerables conversaciones de pasillo. Por último, la exquisita oferta de conciertos, tanto de los Coros de las Radios de Colonia y Berlín como de la “Noche de los Coros”, con más de 30 representaciones, desplegó toda la riqueza del repertorio, desde el gregoriano hasta nuestros días (más sobre esto en la sección “Escena Coral” de la edición de Noviembre).
Para una felicitación sin tacha a la actividad coral alemana, habría que señalar, sin embargo, uno que otro pequeño detalle: por ejemplo el cambio de sentido de la conferencia de prensa introductoria para la “Apertura Cantada”, con deficiencias en el contenido informativo, tuvo como consecuencia una pérdida del efecto promocional general. Con gran interés recibió sin embargo el presidente de la FAC, Henning Scherf, la alocución aparentemente espontánea de Regina Görners, presidente de la Comunidad de Asociaciones Corales Alemanas, dado que la FAC ha decidido su retiro de dicha Comunidad para fin de año. Con más de un millón de socios, entre ellos alrededor de 75.000 activos en cerca de 27.000 coros, la Comunidad es la más importante federación coral de Alemania. El retiro de la FAC debilitaría la posición de la Comunidad y pondría muy en tela de juicio su pretensión de ser también, como agrupación de federaciones corales, la asociación madre del total de los coros amateurs de Alemania.
A pesar de su momentánea sensación de crecimiento, la actividad coral tiene en su esencia todavía una ardua tarea por delante: como mostró Peter Brünger en su disertación sobre la estructura de edad, formación y profesión del cantante coral amateur, podrían conquistarse -mediante alocuciones dirigidas a círculos hasta ahora alejados de la actividad coral- potencias contrarias al cambio demográfico.
Naturalmente que el centro de gravedad de estas preocupaciones – a las que las evaluaciones parciales de un estudio, hechas por Brüngers, agregan argumentos – debería ser verdaderamente el trabajo con el semillero, o sea el fortalecimiento del canto en edad juvenil y adolescente y por ello la posiblemente más importante y excluyente tarea en el campo de la educación musical. Fue pues otra perspicaz decisión del entorno de Veronika Petzold y Moritz Puschke – los ‘hacedores’ de la “Chor.com” – el reunir algunas iniciativas y proyectos activos desde los distintos rincones de la República para intercambiar informaciones, entre ellas el sello de calidad para Jardines de Infantes cantantes, que la FAC está sometiendo actualmente a un retoque, bajo el curioso nombre de “Caruso”.
En el debate final las opiniones difirieron en cuanto a cómo podría surgir, de todos estos multiformes impulsos que bajo distintas ramas pedagógicas buscan las mismas metas, un movimiento con fortaleza abarcadora de todo el país. Pero hubo acuerdo en que no se quedaría en meros reclamos retóricos sino que, bajo la coordinación de la FAC, se buscaría una acción conjunta que, movilizando amplios sectores de la población, creara hechos que en adelante no podrían ser ignorados políticamente.
Pero ¿qué música cantaríamos si de todas estas actividades surgiera realmente algo así como un movimiento coral del siglo XXI? Fue una feliz coincidencia que el Coro de la Radio del Oeste Alemán, dirigido por Rupert Huber, planteara exactamente esta pregunta en su concierto de apertura. También aquí la observación del repertorio de canciones de sobremesa, de los coros masculinos y femeninos -sus perlas pero también lo que por derecho propio ya ha caído y solo se mantiene por su contexto histórico-, ha sensibilizado la mirada respecto de qué podría ser música coral de hoy en día. Una cuestión que quedó sin respuesta fue si entregarse a las improvisaciones de una solista en lugar de obedecer a un director significa verdaderamente una democratización de los cantantes, pero quedará en la memoria el contagioso carisma de Natascha Nikeprelevic. El estimulante encuentro con los raperos Maeckes & Plan B finalmente no hizo madurar ninguna obra maestra consagratoria de la música E o U, pero colocó, con sus erizados textos, un hermoso signo de interrogación detrás de una irreflexiva euforia coral, a la que los jóvenes músicos pusieron después simbólicos bonetes de papel moderadores. Con el turno bianual planeado para la “chor.com”, desde ahora en adelante la FAC ha regalado abiertamente a la escena esa presencia que desde siempre ha esperado. Si además se hiciera realidad ahora la creación de un “Centro Coral Nacional” en Berlín – el incansable y siempre creíble Henning Scherf concretó en su conversación con Theo Geißler la esperanza alimentada desde enero en la „Chor@Berlin“ –, el “Renacimiento del Canto Coral” conjurado por Simon Halsey tendrá finalmente base firme. Ahora se trata de mantenerlo en movimiento.
Publicado originalmente en Neue Musikzeitung 10/2011
Traducido del Alemán por Bernard Moroder, Argentina