Jutta Tagger, ex Directora Editorial del BCI
Seguramente recordarán que en la edición de otoño de 2012 del BCI (Vol. XXXI, nº4, 4º trimestre) les presentamos a nuestros lectores al equipo de idiomas del Boletín, es decir, a las personas que hacen posible que todos los artículos del BCI se publiquen en los cuatro idiomas oficiales de la FIMC.
Por aquel entonces, Helen Baines era la responsable de la edición en español. Helen tuvo que dejar su puesto de coordinadora por motivos personales, pero, afortunadamente para nosotros, antes de dejarnos encontró a una sucesora, María Zugazabeitia, que gentilmente se ha ofrecido a responder el mismo cuestionario que le enviamos al equipo el año pasado. A continuación pueden leer sus respuestas, así como una pequeña reseña biográfica de la nueva coordinadora.
Queremos darle las gracias a María por aceptar –voluntariamente- el puesto y esperamos que disfrute desempeñando esta tarea y que, al mismo tiempo, aproveche la oportunidad para hacer nuevos amigos (la mayoría de ellos virtuales) y aprender sobre la música coral en el mundo. Además, nos gustaría darle las gracias a Helen por todo el trabajo que ha realizado para el BCI. Esperamos que continúe su vida en tan buena forma, física y spiritual y que mantenga su fantástico sentido del humor.
¿Estás –o alguna vez has estado- relacionada de algún modo con el mundo de la música en general y con la música coral, en particular?
Desde el año 2000 formo parte del León de Oro, un proyecto coral que nació a mediados de los 90 en Luanco, un pequeño pueblo del norte de España. Llevo más de media vida cantando en un coro y, si miro a mi alrededor, un gran porcentaje de amigos y conocidos se dedica profesionalmente a la música, por lo que el mundo coral se ha ido convirtiendo en un pilar importante de mi vida.
¿Cómo comenzaste a colaborar con el BCI y desde cuándo lo haces?
Todo ocurrió por casualidad el verano pasado, en julio. Yo acababa de terminar el tercer curso de Traducción e Interpretación, y quería trabajar como traductora voluntaria durante las vacaciones para ganar experiencia y afrontar el último año de la universidad con mejor preparación. Encontré un anuncio en una página web en que Helen Baines (la coordinadora de español por aquel entonces) pedía traductores voluntarios, ¡justo lo que yo estaba buscando! A los cuatro días ya estaba traduciendo un artículo para el BCI.
¿Cuándo comenzó a interesarte la coordinación lingüística? ¿Tienes experiencia previa en este tipo de trabajo?
Helen fue quien me propuso ocupar su puesto de coordinadora cuando decidió dejarlo. Me atrevería a decir que entre ella y yo surgió la química desde el primer email que intercambiamos y para mí fue un enorme placer aceptar su propuesta, al mismo tiempo que sabía que me enfrentaba a un gran reto. Afortunadamente no soy completamente novata en este tipo de coordinación, ya que en las facultades de traducción forman a los estudiantes para desempeñar este tipo de tareas y de febrero a junio de este año fui la coordinadora de un grupo de prácticas de traducción de la universidad en la que estudiaba.
¿Cuál es tu motivación? ¿Cómo valoras tu contribución al BCI?
Me encanta este trabajo y por eso lo hago, ya que creo que es importante estar contenta con lo que haces para poder hacerlo bien. No sé si soy una buena coordinadora o no, eso deberás preguntárselo a los traductores, a los revisores y al editor del BCI, pero puedo decir que hago mi trabajo con mucha ilusión.
¿Cómo es tu relación con los voluntarios que forman tu equipo?
Me gusta tener una relación cercana con ellos: suelo escribirles individualmente para que el trato sea más directo y personal. Soy bastante flexible con los plazos y las condiciones, pero siempre agradezco que los traductores sean puntuales con sus entregas y que hagan bien su tarea. Me gusta alabar el trabajo de los demás y me parece muy desagradable tener que llamarle la atención a alguien, sobre todo en una organización como esta en la que los traductores son voluntarios, pero he de destacar que todos los miembros del equipo se esfuerzan por facilitarme la labor de coordinación.
¿Crees que trabajar como voluntario es importante en la sociedad actual?
Por supuesto. Sin embargo, me gustaría establecer una diferencia entre trabajar como voluntario y trabajar gratis. Estoy absolutamente a favor del trabajo voluntario en organizaciones sin ánimo de lucro como esta, que luchan por mejorar la situación de la cultura en el mundo, ampliar las comunicaciones y que, así, la información (y la música coral en este caso) llegue a todos los rincones del mundo. Por otro lado, me posiciono totalmente en contra de las empresas que se lucran del trabajo gratuito de becarios o ciudadanos con pésimas condiciones contractuales.
María Zugazabeitia Fernández. Luanco (España), 1991. Graduada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Salamanca, en los últimos dos años ha disfrutado de unas prácticas tutorizadas por la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes y ha colaborado como traductora en la Organización de las Naciones Unidas. Sus lenguas de trabajo son el inglés, el francés, el portugués y el castellano y, a pesar de estar especializada en traducción institucional, lo que realmente le gusta es la traducción del turismo y el comercio. En julio de 2012 comenzó a colaborar como traductora voluntaria en el Boletín Coral Internacional y, desde el pasado mes de abril, es la coordinadora del equipo de español de la publicación. Actualmente compagina la traducción con la enseñanza de lenguas extranjeras.
Editado por Gillian Forlivesi Heywood, Italy