La Invención e Innovación de la Música Coral Árabe

  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  

Rahib Haddad, director coral.

 

Hace 26 años, algunos jóvenes de un club particular en Shefa’amr, la ciudad en la que resido, me pidieron formar un coro mixto para representar a la juventud del club de Shefa’amr. Así, en un espacio modesto situado en algún lugar del casco antiguo, decidimos comenzar a crear música y poner a Shefa’amr, pequeña ciudad en Galilea, en el mapa mundial de coros. Hoy puedo decir con total confianza que el número de cantantes corales en Shefa’amr es, en proporción, mayor al de cualquier ciudad del mundo árabe. En ese entonces yo era pianista y profesor, trabajaba en diferentes ciudades árabes y pueblos de Israel e intentaba enseñarles el arte de la música a niños árabes para que pudieran disfrutarlo. 

Comencé pensando en diferentes aspectos del proyecto: ¿Cómo debía elegir a los cantantes? ¿Cuántas horas semanales deberían ensayar? ¿Qué tipo de música deberíamos cantar? ¿Debería formar un conjunto instrumental para acompañar a los cantantes? ¿Dónde conseguiríamos ayuda económica? Me sentía solo, la música coral no era común y no existían músicos profesionales árabes que se destaquen en este campo. No pudimos conseguir ninguna información histórica sobre composiciones específicas para coros, a pesar de que se mencionaba que el género muwashshah del siglo X en Andalucía, España, había sido creado especialmente para que lo interpreten grupos musicales o coros.

Además, no existían coros en el mundo árabe, excepto en iglesias y en los grupos “Zikr” de las mezquitas.  Sin embargo, tampoco se los consideraba coros en el sentido común de la palabra. Debido a la situación política no podía visitar países árabes, excepto Egipto, para un estudio e investigación más profundos. Así que decidí crear un modelo de coro que combinara los conceptos y fundamentos occidentales con los conceptos y requerimientos orientales.

Así, seleccioné a los miembros en base a su musicalidad, y no a sus hermosas voces. Había decidido conformar un “canto colectivo”. Los solos se escuchan en todos lados. No fue fácil convencer a gente con voces increíbles que continuaran en sus coros ya que mi nuevo estilo estaba muy lejos del canto individual, que, en general, se caracteriza por el egoísmo y el autoritarismo.

Esta clase de individualismo ha sido afectado por sistemas sociales y políticos dictadores y patriarcales, sobre todo en la música árabe vocal, más que la instrumental. Me concentré en conformar el grupo, y, a través del canto, sentir el fuerte impacto de algo colectivo que tiene un mismo destino, gracias a la tolerancia, el apoyo mutuo, el escucharse y la sensación de que todos apoyan a cada uno y que cada uno apoya a todos. Estos valores ayudarían al trabajo coral y contribuirían a la creación de una sociedad árabe desarrollada.

Al Baath (Revival) fue el nombre elegido para el coro. El objetivo fue meramente profesional;  estábamos decididos a revivir las canciones árabes y a re-cantarlas de una forma colectiva, lejos de la improvisación y presentación individual. La improvisación es una de las características más importantes de la música árabe y surge del trabajo individual más que del grupal. Por lo tanto, tenía que arreglar mis frases para que el coro pudiera representarlas de forma bella y correcta.

Logramos convertir canciones solísticas al género coral. No había composiciones para coros, excepto aquellas hechas para coro de iglesias. La mayoría de esas composiciones no tenían partitura o, de tenerlas, no estaban accesibles. Entonces, tuve que escribir las notas de las canciones por mi cuenta y enseñarles la música a través de la repetición. Mi tarea era fácil porque las canciones formaban parte de su herencia. 

Al principio no pedí a nadie que componga para el coro. Me concentré en explorar nuestra herencia y a revivirla con mis propios métodos. Decidí lidiar con nuestros mejores compositores como Sayyed Darweesh, los hermanos Rahbani y otros que vivieron en los siglos XIX y XX, la forma en la que el Occidente había lidiado con estos grandes compositores representando sus composiciones con diferentes estilos y varias interpretaciones.

No utilicé la polifonía o la armonía ya que no estaba acostumbrado a escuchar un coro formado por cuartos de tono en una de sus partes, y me sonaba como una disonancia aguda. También sentía que la música oriental perdería su estilo y características si no utilizábamos bien los métodos clásicos del Occidente incluso del vocalismo.

El acompañamiento instrumental también resultaba un problema debido a que yo toco el piano sin cuartos de tono. Aunque desarrollé un método especial para tocar el piano, solía tocar alrededor de la clave y no reparaba en los detalles. A veces utilizaba el teclado oriental e intentaba tocar cuartos de tono. Una de las características de la forma de la canción oriental es su rítmica, donde la métrica de la poesía se fusiona perfectamente con la de la música, acompañada por instrumentos rítmicos como el durbakki. Sin embargo, traté de no utilizar estos instrumentos debido a limitaciones financieras. Solía ser el arreglista, el instrumentista y el director.  

Para hacer las cosas más fáciles y flexibles comencé grabando un acompañamiento instrumental basado en mis propios arreglos vocales, con la ayuda de Bishara Khill – un arreglista/compositor. Ambos éramos pioneros en la búsqueda del arreglo vocal e instrumental, que se considera una renovación para la música árabe. Se necesitó de mucha precisión y mucho ensayo.

Luego de varios meses de ensayo intensivo dos veces a la semana, pudimos disfrutar de los frutos del éxito, gracias al cual el público local empezó a admirar a ‘Al Baath’ y a considerarlo un fenómeno cultural. El coro ha ganado devotos. Los jóvenes de pueblos que tienen muy poco contacto con actividades culturales comenzaron a interesarse más en el coro, ya sea uniéndose a él o pidiendo más presentaciones.

Empezamos a escuchar nuestra música por todos lados. A pesar del presupuesto acotado, el coro ‘Al Baath’ demostró ser un modelo ideal en los pueblos árabes palestinos ya que creó un nuevo clima cultural y musical. Ha sido, y lo sigue siendo, el segundo hogar para los miembros y sus familias, aquí se han llevado a cabo celebraciones, festines y galas. También solíamos hacer viajes recreativos y educativos para matrimonios, porque creíamos que fomentar las relaciones cercanas entre los miembros crearía una atmósfera confortable para ensayar y cantar.

Luego de un largo viaje musical, y con la ayuda de Isam Nassrallah, el manager del coro, junto con el Convento Sisters of Nazareth en Shefa’amr, pude establecer y dirigir el ‘Sawa Center’ – un centro cultural independiente que se convirtió en un hogar para ‘Al Baath’ y para otros coros que surgieron de él.

 

Sawa Choir in a workshop with prof. Andre de Quadros
Sawa Choir in a workshop with prof. Andre de Quadros

 

Estos tres proyectos principales enriquecen la vida coral.

 Heisa.

Le pedí a Radi Shehadeha, autor y director palestino, que escriba una obra musical para Al Baath, un nuevo modelo de trabajo que no se conociera en la población palestina de Israel. El coro comenzó con este trabajo musico-teatral utilizando la mayoría de los géneros musicales árabes como los Muwashshah, Dawr, Taqtooqa, y Mawal.

Voces para la paz

Un gran proyecto que incluyó a Al Baath (árabe), Collegium Tel Aviv (judío), y Timna Brawer (cantante judía de Viena), con Eli Meiri. El objetivo de este proyecto era fusionar en el canto a tres religiones: Judaísmo, Cristianismo e Islam.

Luego de intensos ensayos y de una gran determinación, Al Baath logró cantar a cuatro voces (a pesar de que el coro no podía leer música). Este proyecto, además de buscar la unión entre judíos y árabes, representó un salto en el tiempo para el coro. De a poco, el canto polifónico empezó a aparecer en el coro.

Concierto  “Ishtaqtillak”

Este concierto también representó un salto en el tiempo para el coro, cuando se presentó con un conjunto formado por 12 instrumentistas orientales-occidentales (árabes y judíos). Este trabajo consistía en distinguidos arreglos instrumentales de músicos árabes y judíos, en acuerdo con mis propios arreglos vocales. En este trabajo concebí una nueva idea y enfoque para los arreglos vocales. Principalmente comencé a unir frases musicales especiales, haciendo que el coro cante como un solista manipulando el ritmo poético y musical. Además, uní varias canciones cuyas melodías, palabras y ritmos fueron combinados para generar una atmósfera de “caos auditivo” que captara la atención del público hacia un nuevo estilo de ejecución.

No me alcanza un solo artículo para contarles mi largo viaje musical. Sólo quiero transmitir que en este rincón del mundo, lleno de problemas económicos y políticos, guerra y violencia, persecución y hostilidad racial, existe una lucecita de esperanza en un pequeño pueblo (su población no supera los 40 mil habitantes) que se encuentra al pie de las montañas de Galilea, a 20 km de Nazareth y de cara a la costa mediterránea. Aquí hay música y canto, que reflejan nuestros sufrimientos y nuestro optimismo de un mejor futuro para nuestros niños y jóvenes.

 

 

Rahib HaddadCiudadano palestino árabe de Israel,  Rahib Haddad vive en Shefa’amr en Galilea. Estudió música en la Universidad de Tel Aviv, donde Avner Itai fue su profesor de dirección de orquesta. Rahib es director de orquesta, director musical y pionero de la música árabe en Israel. Ha establecido diferentes coros para niños y jóvenes en varios pueblos del sector árabe. En Shefa’amr,  Haddad formó y condujo una banda sinfónica para jovenes musulmanes, cristianos y drusos de diferentes edades. Además de haber participado como docente en numerosas oportunidades, también ha sido profesor de música árabe en la Academia de Música de Jerusalem. Rahib Haddad se dedica de forma activa a re-esculpir la cultura de la música árabe, en especial la de los coros. Ha generado una conciencia especial hacia la música coral árabe, sobre todo en Shafa’amr.  En la actualidad dirige tres coros: Al Baath Choir, Sawa Choir, and Sawa Children’s Choir. Desde 1997, Rahib Haddad ha sido director del centro cultural Sawa en el Convento Sisters of Nazareth en Shafa’amr, uno de los centros culturales más importantes en el sector árabe de Galilea. Email: rahibh@gmail.com

 

Traducido por Cjulieta Sapienza Vera, Argentina

Revisado por Juan Casasbellas, Argentina

PDFPrint

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *